Estamos en
un momento clave de la historia de la educación. Un momento de cambio
caracterizado, sobre todo, por la conversión de las aulas en espacios abiertos,
donde se interactúa continuamente, donde la metodología es activa y no hay
espacio para la inacción.
Perfecto,
pero no todos los niños son iguales. Los hay sensibles, retraídos, tímidos, o
que atraviesan una fase en la que temporalmente sus habilidades sociales no
están a pleno rendimiento.
Y eso es
tan importante como la metodología, y tan necesario como la tecnología. Saber
los límites activos de un alumno, en que situaciones va a desarrollar todo su
potencial y en cuales le colocaremos en un límite en el volverá a su refugio,
como un caracol.
Los niños y
niñas introvertidos o reacios a los cambios no son enfermos, son niños
distintos, propios de una escuela diversa y a los que debemos prestar tanta
atención como a uno de compensatoria, un extranjero o un TDAH, por citar tres
ejemplos de niños y niñas sobre los que
debemos volcar nuestra alma. A ellos también, que no todo se resume a
diagnosticar niños y clasificarlos.
A veces
pensamos que estos niños tienen mal humor y agresivos, sin reparar en que al
entrar en su mundo sin permiso hemos desatado un mecanismo de defensa y ese es
el resultado. Ese o el silencio, que es aun peor, porque les expone a la
agresividad de esos otros siempre pendientes de fastidiar al prójimo.
Para querer
a estos niños hay que conocerlos y conocer las situaciones más productivas y
respetar sus tiempos. Eso no significa que hay que aceptar sus pequeñas manías,
pero si saber manejarlas de forma educativa. Los rasgos propios de alguien no
siempre son buenos para él y los demás, por eso existe la educación.
Estas son
algunas formas de acción que he recopilado de varios cursos y buenos maestros
que espero nos sean útiles a todos.
1.Muchos de
estos niños rechazan, por no saber actuar, actividades bulliciosas o en las que
se interactúa mucho, les abruma. Y no es que no les guste socializarse, muchas
veces no saben cómo actuar y se sienten más seguros relacionándose en un
terreno conocido con sus amigos cercanos en vez de la de un montón de
desconocidos en un sitio con mucho ruido.
Hasta que
rompamos sus miedos y les enseñemos a actuar en esos casos es mejor proponerles
interacciones más simples, pero significativas.
2.Todos nos
hemos topado con el típico niño borde que no habla de fútbol o desconecta ante
una situación en que se produce en el aula un dialogo poco académico. Y eso
responde a que las conversaciones banales angustian a estos niños por la misma
razón por la que odian las actividades muy kinestésicas. Para ellos, las
conversaciones profundas son importantes. Prefieren una charla entre pocos que
hablar con esos mismos en un pasillo del colegio.
3.En
situaciones en las que las metodologías activas provocan un ritmo alto de
trabajo, el niño tímido se ve desbordado. Necesita acurrucarse en su pupitre a
soltar la imaginación, dibujar o leer, aunque sea en medio del bullicio, en
esas situaciones, permítele un descanso. Los tímidos necesitan tiempo de
inactividad para recargar las pilas, según los expertos. Para ellos, pasar
tiempo a solas no es una fantasía, es una necesidad.
4.Es un
error mezclar retraimiento o silencio con timidez. Los introvertidos no tardan
en aclarar que no es lo mismo y que ellos no son tímidos ni tienen miedo de dar
su opinión, es que prefieren hacerlo de forma distinta. Por ello, evita
clasificar, nuestra labor es solo ayudar, no poner etiquetas.
5. Es muy fácil
que en una actividad de aula y ante una pregunta directa un niño tímido no te
responda. No porque sean maleducados, sino porque necesitan trazar un plan
porque prefieren mantener una conversación valiosa y tienen un miedo extremo a
no satisfacer no solo tus expectativas, si no las suyas. Y pensemos, como dice Sophia
Dembling que los tímidos y los introvertidos quieren una vida tranquila en un
mundo lleno de ruido.
6.Un punto
importante a tener en cuenta es el contacto físico. Los tímidos valoran mucho su
espacio personal, tanto físico como mental. Así que harán lo que sea para
mantenerlo, ya sea sentarse en la última fila o tomarse su tiempo para relajarse
después de un largo día o salir corriendo para no enfrentarse a esa situación.
7. Otro
aspecto esta relacionado con una nueva tendencia educativa de aulas abiertas o
sin pupitres. Las investigaciones en neuro educación demuestran que las personas
introvertidas y las tímidas reciben más estímulos del entorno de lo normal, por
el desigual desarrollote sus hemisferios cerebrales.. Eso significa que
trabajar en un aula muy ruidosa les resulta prácticamente imposible. Los
introvertidos trabajan mejor en una atmósfera más calmada, por eso es probable
que a menudo estén en las zonas más tranquilas del aula y en lugares
físicamente protegidos (tras su aula, no en un banco con más gente o de pie en
medio del aula.
8. Con todo
esto, hay una conclusión evidente, que saben muy bien los profesores que atienden a niños TEA (los alumnos diagnosticados dentro del espectro autista, aunque no tengan nada que ver con los tímidos). Si estás pensando en
planear una actividad que sorprenderá a tus alumnos, a los tímidos también, descártala inmediatamente. Los introvertidos odian ser el centro de atención.
Pero no es que sean raros, de hecho se les da muy bien comunicarse y actuar, únicamente,
tienen dificultades para lidiar con ser el único centro de atención y para
actuar ante lo imprevisto. Por tanto en una dinámica nueva que empiecen otros, déjales
un tiempo para adaptarse y que vean, de principio como se resuelve, para planear
mejor.
9.Estos
niños son muy observadores (probablemente se deba a la sensibilidad a los
estímulos del entorno). La ciencia cree que los introvertidos realizan más
actividad cerebral al procesar información visual, por eso nada pasa
desapercibido para ellos, cuida tus gestos, evita ironias.
10. Pero,
dicho esto, todo el mundo sabe que la sociedad favorece a los más atrevidos,
pero tener una personalidad más tranquila también tiene sus ventajas. Y no hay
quien lo sepa mejor que un introvertido. Un niño introvertido o uno tímido es
eso, un niño, lleno de valores, capacidades e ilusiones, solo debemos encontrar
la llave para abrirlas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario