sábado, 4 de noviembre de 2017

Tema 23. La década moderada



En este tema vamos a estudiar el segundo tercio del siglo XIX, desarrollado bajo el reinado de Isabel II. En cursiva encontraras los contenidos exigidos en EBAU Cantabria, que hemos empleado para estructurar este contenido

Y empezamos con un vídeo




• La mayoría de edad de la reina (1843-1868). 

El reinado de su Isabel II se divide en dos grandes periodos, las regencias y el reinado con mayoría de edad. Este se caracteriza por la implantación de un régimen liberal en donde se mantiene el dominio económico, social y político de la burguesía propietaria.
Políticamente, y hasta sus últimos años, es un régimen de bipartidismo representado por los progresistas y los moderados, dos partidos burgueses. Se mantendrá en estos años un sistema constitucional marcado por una insignificante participación debido al sufragio censitario, lo que facilitará el dominio del país por una élite apoyada en el ejército, cuyos líderes lo serán al mismo tiempo de los partidos.
En consecuencia los gobiernos acceden al poder gracias a la influencia del ejército (pretorianismo). Predominan las tendencias conservadoras y centralistas junto al desarrollo de un sistema capitalista e industrial.




• La década moderada (1844-1854):

-General Narváez: dominio por parte de los liberales moderados de la escena política
-Constitución de 1845: recoge los principios del liberalismo doctrinario. Vigente hasta 1869.
Principios básicos: Soberanía compartida: Rey-Cortes. Confesionalidad del Estado: exclusividad de la religión católica. Bicameralismo: Senado de designación real con funciones judiciales. Congreso elegido por sufragio censitario que podía ser disuelto por la Corona. Sometimiento de Ayuntamientos y Diputaciones a la Administración central. Supresión de la Milicia Nacional.

-Carácter centralista del Estado: división territorial y organización administrativa
-Ley de Ayuntamientos: nombramiento gubernamental de los alcaldes: control sobre los municipios
Reforma del sistema fiscal
- Ley de Moyano: establecimiento de la enseñanza primaria pública gratuita y obligatoria


Concluida la guerra, Mendizabal dejó de ser necesario, pero el intento de la camarilla de la regente por detener sus reformas chocó con las clases urbanas. Un levantamiento militar llevaria al poder, como regente, al progresista Espartero. Fracasado su gobierno, el adelanto de la mayoría de edad de Isabel II en 1843 otorgó el control del poder a los liberales moderados, que lo ejercieron interrumpidamente durante 10 años. El eje del eje de los nuevos gobiernos moderados (entre los que destaca el general Narváez) fue la Constitución de 1845 : rechazo de la soberanía nacional y sustitución por la soberanía conjunta del rey y las Cortes; ampliación de los poderes del ejecutivo y disminución de las atribuciones de las Cortes (legislativo); exclusividad de la religión católica y compromiso de mantenimiento del culto y clero (ratificado con el Concordato con la Santa Sede de 1851); Ayuntamientos y Diputaciones sometidos a la Administración central; supresión de la Milicia Nacional; restricción del derecho a voto, que se remite a la ley electoral posterior, y Senado no electivo sino de nombramiento real entre personalidades relevantes y de su confianza. Se mantenía gran parte del articulado de la Constitución de 1837, sobre todo en la declaración de derechos, pero se remitía su regulación a las leyes posteriores que fueron enormemente restrictivas con las libertades. Por último, confería enormes atribuciones a la Corona, ya que, además de la facultad de nombrar ministros y disolver las Cortes, le otorgaba la facultad de nombrar el Senado.
En síntesis los puntos del ideario moderado al que representa esta constitución son los siguientes:


1º.- frente al principio de soberanía nacional, aparece el de soberanía compartida Corona-Cortes.
2º.- se da un gran margen de libertad a la acción de la Corona
3º.-aparece un nuevo concepto de Senado, el rey puede nombrar a los senadores, que debían ser españoles y cumplir una serie de requisitos; el número de senadores era ilimitado y su condición vitalicia. De esta forma el gobierno puede ejercer el poder apoyándose sólo en el Senado, prescindiendo de la Cámara de diputados.
4º sufragio altamente censitario (vota sólo un 1%). Además el sistema electoral se vio sometido a una fuerte corrupción.






Entre las reformas administrativas más decisivas está la emprendida por Javier de Burgos en 1833 que dividía España en 49 provincias a cuyo frente se colocó a un jefe político (precedente del gobernador civil) de nombramiento real. Esta reforma es la expresión del dominio de la administración central sobre el territorio y será una de las bases de la centralización. Así tras varias reformas municipales, la Ley de Ayuntamientos de 1845 introducía el nombramiento por el gobierno de todos los alcaldes entre aquellos concejales elegidos previamente por los vecinos de cada municipio según un restrictivo sufragio censitario. De este modo, el gobierno (que también podía sustituir fácilmente a los alcaldes según su conveniencia) consiguió estrechar el control de la vida municipal con la intención de evitar insurrecciones locales y manipular las elecciones a su antojo.
Estamos pues, y en conclusión, ante un periodo que consolida el sistema liberal, pero orientado hacia la protección de los intereses oligárquicos, mediante importantes limitaciones del ejercicio de los teóricos derechos, las practicas caciquiles y la intervención continua de los militares, defensores del poder de las dos grandes facciones liberales, moderados y progresistas.

En suma, La década moderada, destaca por las reformas legislativas orientadas al fortalecimiento del estado, tales como La constitución de 1845, Concordato de 1851, El recorte de los derechos y la tendencia conservadora, Ley electoral de 1846, Ley de imprenta, Creación de la Guardia Civil, Ley de provincias

El fin de este período se deberá a la llegada de una fuerte burguesía industrial y un incipiente proletariado que busca cambios políticos, el estallido de la segunda guerra carlista, las revoluciones del 48, la crisis económica de origen agrario y el intento de revolución de Bravo Murillo.

En 1854, el partido moderado se enfrentaba a una fuerte contestación interior. La tendencia autoritaria de ministros como Bravo Murillo, el clima revolucionario que vivía Europa tras las revoluciones de 1848), la rebeldía carlista, la crisis económica y la lenta aparición del movimiento obrero, junto a las demandas de libertad y derecho a voto, que el régimen no había satisfecho.

En un ambiente de protestas y revueltas, progresistas y moderados descontentos provocan en 1852 la dimisión de Bravo Murillo En 1854 el general O'Donnell lidera el pronunciamiento de Vicálvaro que derrota a las fuerzas leales al gobierno. El Manifiesto de Manzanares tras ello, que pedía la regeneración política del país, acabar con la corrupción, reforma electoral, nuevas elecciones, reducción de impuestos y libertades de prensa y expresión (apoyo del pueblo y los obreros). La reina tuvo que plegarse a los golpistas. Comenzaba así el bienio progresista.

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