Más que a
la muerte, a la mayoría de mortales nos asusta el dolor y la decadencia. Juan
lo sabe. Su despacho rebosa pantallas y viejos libros. La mezcla exacta que
hace de un médico un sabio y un paciente amante de la vida.
Basta un
quejido, para que te abra su casa, encienda sus aparatos y sus ojos escruten tu
cuerpo buscando salvarte del sufrimiento. Como él, miles de hombres y mujeres
dedican sus horas a que en sus salas de espera se cultive la esperanza de
quienes, presa del dolor , ven en sus batas blancas el último asidero de su
dignidad como personas.
Al otro
lado de la plaza, Ana fija sus ojos en las obras de Becquer. Mañana tiene
examen. Una de esas pruebas que irán jalonando el camino hasta que sea una bata
blanca. Mira por la ventana y ve como Juan mira como a una mujer joven la
acaricia el pelo su marido, ha descubierto que su tumor es benigno y ella
sonríe aliviada. Ana vuelve a sus libros, quiere ser como él, quiere vestir de
blanco. Valentin Alija Lopez Clara Simal Lucia Izquierdo Diaz
Dedicado a
nuestros niños que se preparan para ser médicos como Laura González Gutiérrez y
@Javier Gómez que esta semana nos han visitado y han enseñado a sus compañeros
de 4º de ESO.
Dedicado a
los médicos que un día fueron nuestros niños y hoy, hoy, lo siguen siendo.
Gracias por cuidarnos
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