Me ha
costado descubrir la fecha de esta imagen. Es de antes de ayer, y sin embargo,
mantiene el mismo frescor que hace veinte años. Claro que si la pintáramos de
azul pepero, también saldrían políticos recién salidos de “Cuéntame”. Ah, ¿que
los socialistas también hacen la estenografía en azul?, la globalización, ya se
sabe, que ahora las ideas son todas iguales, como las guitarras, que las hacen
en China igual que en Jaén. ¿O no son todas iguales?.
Este fin de
semana hemos asistido (en directo oiga, como debe ser y por la pública), a la presentación
de la candidatura a secretaria general de Susana Diaz (la del PSOE, no la del
ratón de la canción) y hace un mes nos tocaron los congresos del tridente (C´s,
PP y Podemos) Y claro, bien mirado, que mejor cosa en la que gastar el dinero
que en dar casa, comida, carpeta y pegatina a dos mil delegados.
Ya, ya lo
se, puede haber elecciones y hay que debatir, discutir ideas y organizar la
propuesta que se va a ofrecer a los ciudadanos.
Es lógico,
Apple o Carrefour hacen lo mismo también para la campaña de navidad, y el
mercado electoral, tampoco difiere mucho. Claro está, si se reúnen varios miles
de ciudadanos en Sol para discutir sobre sus vidas es una ordinariez que mancha
el suelo, pero si lo hacen sus señorías en un Palacio de Congresos con aire
acondicionado ...., eso es otra cosa, aunque no sabemos cual.
Lo que chocan
de estas reuniones catárticas, más pensadas para la arenga interna que para la
conexión con el resto de la sociedad, son las fotos. Bien está que los mayores
de 65 sean ya más que los menores de 14, pero ese celo por reproducir en las
cúpulas de los partidos la realidad demográfica resulta pelin insultante. Lo
primero, porque después de varios años de sufrimiento económico y moral (ver
impávidos tanto ladrón), resulta, cuando menos ridículo, que algunos (y me
refiero a gentes de todos los partidos) no solo no hayan pedido perdón, o no se
hayan visto sujetos a responsabilidades políticas, penales o civiles, sino que,
no contentos con eso, aspiren a seguir dirigiendo nuestro destino, o a dirigir
a quien lo dirige.
Que el
gobierno catalán se apoye en las votaciones en ERC, después de reconocerse su
culpabilidad manifiesta en el despilfarro que, ahora, obliga a cerrar hasta
hospitales, es para enervarse.
Pero no es
solo una cuestión de personas, que lo es, porque seguimos sin ver mujeres, ni
jóvenes en los cuadros dirigentes de los grandes partidos nacionales y si
muchas caras que nos han metido en este lío, o nos han empujado más. También es
una cuestión de ideas.
En este
mercado persa en que se convierten normalmente los periodos electorales, nos
estamos encontrando de todo, sobre todo aquello que podríamos suponer, aunque
no lo dijesen. Ideas que hacen imposible no decir eso de “menos mal que ya te
has dado cuenta”.
Algunos
siguen en el reino de la utopía, pidiendo el fin del capitalismo, todos los
servicios gratis y reparto de casas entre el personal. Que no esta mal pensado,
pero antes habría que cambiar casi todo en mentalidades, sistema político y
régimen de propiedad, que si no vamos a tener muchas contradicciones, aun más.
Otros han
convertido la precampaña y el día a día parlamentario en una hemorragia de
ideas. No hay día en que algún candidato socialista no nos deleite con un
ramillete. Y quede por delante que son, en muchos casos, ideas sensatas. Ideas
en las que yo no me voy a unir al coro que jalea todos los días la acusación
del “¿por que esas ideas no las pusiste en práctica cuando gobernabas?”.
Pero en ese
nuevo traje ideológico-pragmático se notan tiranteces en las costuras. No hay
idea que soporte un encargado de ejecutarla poco entusiasta, y menos aun poco
capaz.
Y la
realidad es que todas propuestas contradicen la realidad de los gobiernos
socialistas locales, autonómicos y nacional. La verdad es que en las autonomías
gobernadas aun por ese partido no se han tomado iniciativas en la línea de lo
planteado por Susana, y eso que la apoyan la mayoria, en los campos en que sea
competencialmente posible.
Y donde es
oposición tampoco. Como tampoco se vislumbra en esta catarata de posibilidades
un plan que hile todo. No se puede plantear hoy una política fiscal determinada
y mañana una energética que entra en colisión. No se puede plantear un aspecto
de una política educativa, dejando sin tocar, o informar de los otros cien que
la componen. No es serio.
Y junto a
los idealistas y los hiperactivos llegan los silentes. Y no sabría deciros
quien es peor. Lo de los populares ya es de nota. Desde que llegó el nuevo
gobierno nada se sabe, ni a nivel regional (a parte del lío murciano), cuando
sus gobiernos locales deberían ser un laboratorio de ideas y praxis, una
muestra de sus planes.
Las
autonomías de siempre (Galicia, Murcia, Madrid) descubrimos que están igual de
endeudadas que las de los malos y que empiezan a aplicar recortes igual que las
de los que, dicen, han gobernado fatal.
Esto es, da
igual quien gobierne, o que lo haga bien o mal, al final todas las
administraciones acaban de la misma manera, en el pozo negro.
A nivel
nacional, la situación es parecida, aunque sin el ejemplo que supone ver como
te gobiernan. A penas se sabe nada de los planes del gobierno más allá de una
inversión por aquí y una convocatoria de plazas por allá ni en ideas, ni en
planes de futuro.
Todo se
reduce a ideas sueltas, ser austero y discutir con podemos, pero sin que ello
vaya acompañado de una definición concreta del modelo que va a dirigir a este
país al futuro.
Ya sabemos
que es necesario reducir facturas, pero, ¿para cuando dejamos lo de construir?.
Ello cuando no entramos en contradicciones entre las vagas líneas maestras de
Rajoy (ayudar a los emprendedores) y las acciones de gobiernos locales que
siguen abandonando la investigación.
Algunos
votaran por primera vez la próxima vez. Su decisión se reduce a una oferta muy
limitada, tendrán que elegir entre un jardín de dinosaurios en plena
efervescencia adolescente. Y va a ser complicado encontrar un justo, como decía
la Biblia. Muy
complicado
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