Parecen
solo tres sonrisas. Parecen solo tres miradas llenas de luz. Parece un instante
de alegría. Parece solo el fragmento de un instante. Pero es una imagen sin
tiempo, sin principio ni fin, como es la imagen de la amistad. Ese vínculo
eterno que hace que una persona se sienta perteneciente a otra, sin más razón
que la felicidad de su presencia y el impulso a ofrecer su pequeña vida para
hacerla feliz. Sin saber la razón, sin tener la intención de buscarla.
Parecen
tres personas más, pero son una pequeña parte de una gran comunidad, el símbolo
que representa a un grupo de amantes de la vida, alumnos y profesores que un día
decidieron que la vida se extiende más allá del aula, que conocer es una ventura,
que vivir es mejor compartiendo, que la escuela se acaba, pero la amistad pocas
veces.
Nos han
unido muchas cosas en estos años. Un periódico, muchas reuniones clandestinas,
unas cuantas locuras y el deseo de no crear entre nosotros más barrera que el
aire que compartimos.
Son
profesores y alumnos de La Paz ,
un colegio que un día decidió ser familia. Un lugar donde nunca nos despedimos.
Un grupo de personas que, sin importar la edad o el cargo, un día decidieron
crear un periódico, y contar el mundo con sus propias palabras, y contarlo con
sus propios ojos, y contribuir a mejorarlos con sus propias manos.
Han sido 15
años de aventura, y un tiempo indefinido de amistad. Son mis sonrisas, son mi
regalo. Son mis amigos
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