Muchas son
las tendencias en educación. Hoy nos queremos fijar en el uso de badges o
insignias. Un método que certifica los logros en el aprendizaje y en el
progreso educativo de maestros y alumnos.
La insignia
es una marca especial o distintivo que revelan en las organizaciones educativas
y en los alumnos han alcanzado un objetivo o aportado una innovación, denotando
un comportamiento creativo y positivo en formación o logros concretos.
Con ellos
alumnos y profesores pueden crear y comunicar una “tarjeta de identificación
digital” , un registro de sus logros, que esconde, tras un pequeño logo, una
serie de metadatos sobre las condiciones del progreso educativo, que permiten
al resto de la comunidad reconocer el trabajo desarrollado.
Pero las
insignias no son solo una constancia, si no un importante elemento motivador en
la creación de una nueva educación y una ruta de aprendizaje que podrá ser útil
para otros, al representar un conjunto de habilidades y cualidades que se
producen a lo largo del camino de aprendizaje.
Hemos
recibido este año dos insignias del INTEF, un instituto público dedicado a la
formación del profesorado, dependiente del MECD. Un regalo que puede paraecer
sencillo, y lo es, pero que para nosotros es muy importante porque nos ayuda a
construir una reputación con la que queremos contribuir, modestamente, a la de
toda la educación española. Lo es también porque llama la atención de pequeños
proyectos que, creemos, pueden ser útiles para que desde ellos otros compañeros
creen proyectos importantes y útiles para nuestro alumnado. Y es importante
porque reconoce nuestro afán continuo por el aprendizaje y la formación. De
alumnos y profesores.
Nuestra
primera insignia la obtuvimos en el curso INTEF sobre mobile learning, del cual
salió uno de nuestras pequeñas aportaciones, “Ártico”, un proyecto de elaboración
y edición de video a través de dispositivos móviles con objetivos de educación
ambiental, como os explicábamos en mayo.
La segunda
la hemos obtenido en septiembre al finalizar el curso de ABP colaborativo, por
una variante de nuestras “Crónicas de mi ciudad” que pronto os presentaremos,
en colaboración con varios colegios.
Son
modestas palmadas en la espalda que en hablineses valoramos mucho, porque son
nuestro estímulo y nuestra conciencia de que servimos para algo, que somos
útiles a alguien.
A quienes
nos las conceden gracias. Y a quien hace posible la magia diaria de la educación,
nuestros alumnos, gracias
No hay comentarios:
Publicar un comentario