Llueve, que
ya es hora. Me muevo por Torrelavega en un coche de cristales cubiertos de
agua, entre calles invisibles por la llovizna, con la mirada fija en el rio.
Una lámina de agua que nos devuelve la imagen de como somos.
Camino del complejo
municipal de deportes, donde entrena mi hijo, medito en una semana intensa. Silencio la música,
necesito encontrarme entre tantas voces como he oído estos días, especialmente
la de María.
“Cada vez
estoy más harta del colegio. Del mió y de todos, no es algo personal. Es una
misa diaria al dios “fingir”. Cubrimos el expediente en una carrera donde todos
buscan salvar el pellejo. Hay que dar el programa, hay que intentar que no se
peguen dentro del centro (fuera da igual), hay que evitar conflictos con el
APA, no hay que mosquear al inspector, cuidado con los del departamento de… , atentos a dar el perfil (más que la clase).
Y encima la sombra agria de mi tutor, frustrado por que Clint Eastwood no le contrato para protagonizar “el sargento de hierro”.
Y encima la sombra agria de mi tutor, frustrado por que Clint Eastwood no le contrato para protagonizar “el sargento de hierro”.
Si fuera
budista se encarnaría en Van Damme, o en Franco o en el padre de Manolito (el
tendero de Mafalda).
Esta semana
tocaba bronca (que novedad!). Las notas claro. Solo eso importa. No tenemos más
suspensos porque no somos más. Si nos dieran un plus por suspender seriamos ricos.
Y claro, abroncar es el método más pedagógico.
Su
argumento preferido “estoy harto de que me digan que sois el peor grupo”. Ahora
resulta que el problema es su imagen y la estadística. Será que si no llega a
un nivel mínimo de aprobados le aumentan algún impuesto, o que tendrá que
justificarse con un papeleo tremendo.
No habla
con nosotros, no nos defiende, no informa a nuestros padres si no le queda más
remedio, no nos da una mueca o una palabra de ánimo. Pero, eso si, necesita que
no le estropeemos las juntas de evaluación. Inmenso. La educación se supera.
La hora de
tutoría de esta semana fue una oda. Que digo oda, un obelisco al absurdo y a la
estupidez. Y con un lema total “Imposible”.
“Es
imposible que aprobéis”. “Es imposible aguantaros”. “Es imposible aprobar
química”. “Aguantar a la de biología es imposible”. “Es mucha materia, es
imposible”. Voces cruzadas escupiendo todas la misma palabra. Imposible. Imposible. ¿Imposible?”
Y tiene
razón María.
No se si
conocéis la Pirena. Es la mayor carrera de
trineos y perros de España, y una de las pruebas más destacadas del campeonato
del mundo. Discurre en los Pirineos. Los que leáis eolapaz, quizá os acordéis
de dos reportajes que los últimos años el año pasado hicieron Carolina, Laura y
Marta, de La Paz ,
a los musher y handler de Torrelavega que han competido estos años, entre ellos
el gran Fernando Vargas. Un autentico atleta, que acabó desgastado como una
colilla tras una prueba en la que alguno ha acabado comiendo la ración de sus
huskyes.
Los últimos
años la prueba ha tenido una novedad agradable, ha competido Ursula Pueyo, una
musher mallorquina entre 43 equipos y 600 perros. Pero no es una más. Ursula es
eso que ahora se llama persona con movilidad reducida (Jesús que miedo nos dan
hasta las palabras). Para competir, pues no tiene piernas, va atada y
semitumbada en su trineo, a merced del frío, con la vida en manos de sus
perros.
El año
pasado consiguió acabar una etapa de más de 200 kilómetros ,
sola. Sin más ayuda que la de sus animales. Pero este año no ha tenido el honor
de ser una excepción. Junto a ella ha tomado la salida Bertrand Tramont, un
madrileño que tras un accidente de moto en 2002, quedó parapléjico. Ahora
compite en el equipo de nuestro paisano Jesús Martínez.
En
invierno, por que en verano sigue metido de lleno en su pasión por los coches.
Corre rallys, este verano, sin ir más lejos el Sahara Adventure, en Marruecos.
Porque una
pierna, o las dos, no son suficiente barrera para quien quiere vivir y luchar
por su futuro, y seguir caminando, aunque sea arrastras.
El año
pasado, cuando Ursula, concluyó la etapa entre Beret y Grau Roig, entre el
asombro del personal, extenuada sobre su trineo, solo acertó a decir “No
existen más limitaciones que las que cada uno quiere ponerse”.
También
podría hablaros de Xavi Torres, un nadador balear al que le faltan sus cuatro
extremidades, por un problema congénito, y que es recordman mundial, español y
europeo en todos los estilos, campeón paralimpico y un tío de una sensatez
extraplanetaria, como pudimos comprobar el pasado año en Torrelavega en el
curso que impartió a los jóvenes nadadores de la ciudad. Y podría hablaros de Lorena
Homar, y de Esther Morales y de ...
Mis alumnos
están sanos, son jóvenes, tienen a gente que les quiere. Es cierto que ellos,
como todos, tenemos siempre algún cabrón infiltrado en nuestras vidas, pero eso
no es bastante estorbo cuando se quiere vivir y crecer.
Y sin
embargo, siempre hay alguien, supuestamente adulto, que entra en un aula y les
dice “sois Imposibles” , “lo tenéis imposible”. Y algunos le hacen el coro, y
hasta somos capaces de recitarlo más alto que él.
Tiene razón
María. Imposible. ¿Imposible?. ¿El que?
PD. Dedicado
a todos los que alguna vez alguien les ha cerrado una puerta. Poco obstáculo para
quienes tienen un sueño y un corazón que late en compañia de otro.
Imagen
Palomeque, DM
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