Se atribuye
a Homero decir que los hijos son la única ventana a la eternidad de la que
disponen los hombres. Son un trazo azul cielo en la inmensidad que nos rodea.
Cada otoño, cada viaje a la aventura, cada maleta que cierran, cada camino que
inician, cada despedida tras unos instantes entre nuestros brazos tomamos conciencia de ello, y de que con su marcha se abre una ventana
por la que se nos escapa la luz, y con ella se apaga un poco más nuestra vida, que poco sentido tiene sin ellos.
Imagen E.Balbás, Alfajeria de Zaragoza
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