Las DANA son comunes en zonas del Mediterráneo en otoño y suelen causar precipitaciones intensas en poco tiempo, lo que puede provocar inundaciones repentinas. En algunos países de habla hispana, también se les llama gota fría. En síntesis es la combinación de una borrasca llena de humedad y una masa muy fría desprendida de la corriente de chorro que bordea el polo, y que enfría bruscamente el vapor de agua provocando una fuerte precipitación.
La DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) que afectó a
Valencia hace una semana fue especialmente devastadora por la intensidad y la
duración de las precipitaciones. Este fenómeno produjo lluvias intensas en la
región, acumulando hasta 500 mm por metro cuadrado en menos de 24 horas, lo que
provocó inundaciones masivas en varias localidades, particularmente en
Paiporta, Alfafar, Utiel, Requena o Cullera. Las intensas lluvias causaron el
desbordamiento de ríos como el Júcar y el Magro, lo que llevó a la evacuación
de residentes y el cierre de carreteras, líneas ferroviarias y centros
educativos en toda el área metropolitana de Valencia, que han quedado parcialmente
destruidos.
Esta DANA fue particularmente peligrosa porque el flujo
constante de humedad desde el Mediterráneo incrementó el potencial de tormentas
organizadas, algunas con características de supercélulas, lo que amplificó las
lluvias y provocó daños estructurales y pérdidas humanas sin precedentes en la
zona. Además, la temperatura elevada del mar favoreció la formación de nubes de
gran desarrollo, aumentando la intensidad de las lluvias y el riesgo de
inundaciones en áreas cercanas.
El cambio climático influye en la frecuencia y la intensidad
de fenómenos como la DANA que afectó recientemente a Valencia. El aumento de
las temperaturas globales, especialmente en el mar Mediterráneo, incrementa la
energía disponible en la atmósfera y la humedad de las nubes, lo que puede
intensificar eventos meteorológicos extremos. Cuando el mar está más cálido, se
evapora más agua y se carga la atmósfera de humedad, lo que alimenta la
formación de tormentas más fuertes y prolongadas, con la gasolina lista solo
hace falta la mecha, en este caso, la masa fría, muy fría, procedente del polo,
también afectada por el cambio climático.
Los científicos destacan que el cambio climático favorece
condiciones que hacen que las DANAs se vuelvan más severas. En este caso, las
temperaturas anormalmente altas en el Mediterráneo y un sistema de baja presión
altamente activo crearon un ambiente propicio para lluvias torrenciales,
granizo y vientos intensos. Esto ya se observa en las DANAs recientes, que
tienen una mayor capacidad de producir lluvias extremas e inundaciones debido
al cambio climático
Estudios sugieren que estos fenómenos comenzarán
incrementándose en frecuencia e intensidad en el futuro debido al cambio
climático, lo que plantea desafíos para la adaptación en regiones vulnerables
como el Mediterráneo
La respuesta gubernamental a la DANA que afectó a Valencia
ha generado debate sobre la preparación y reacción tanto de la Generalitat
Valenciana como del Gobierno central. Algunas críticas apuntan a una falta de
coordinación en las alertas de emergencia, lo cual pudo haber afectado las
decisiones de evacuación y el despliegue de recursos. La Generalitat Valenciana
recibió cuestionamientos por no haber elevado la alerta al máximo nivel a
tiempo, a pesar de las predicciones meteorológicas. La decisión de activar el
protocolo de emergencia en nivel 2, en lugar del nivel máximo, fue criticada ya
que el nivel máximo hubiera permitido una mayor intervención directa.
Por su parte, el Gobierno central argumentó que actuó según
el protocolo en función de las solicitudes de apoyo y coordinación de la
Generalitat. Sin embargo, algunos sectores cuestionaron si pudieran haber
agotado los recursos de emergencia más rápidamente para contener los efectos de
las lluvias. Estas críticas han generado un debate sobre si se deben ajustar
los protocolos de protección civil en eventos climáticos extremos que, debido
al cambio climático, pueden ser cada vez más frecuentes y peligrosos.
Solo el tiempo y las investigaciones en marcha determinaran
quien falló en la respuesta, porque en el origen, en la DANA, ya tenemos el
culpable: el hombre
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