
Puede parecer, y así me lo han dicho, que hay en mis textos una fijación enfermiza y agresiva hacia la profesión periodística. Es más, que en eolapaz mantenemos una actitud injustificadamente agresiva hacia los medios de comunicación, algo que, dada nuestra naturaleza, parece profundamente contradictorio. No es así. Antes bien, lo contrario. La pasión y la profesión de informar es algo muy serio. Trascendente incluso. Y el oficio de periodista resulta, por ello de los más nobles y necesarios. Una sociedad no es sana, y no esta abierta al progreso, la justicia y la igualdad, sin estos hombres y mujeres dedicados, cada hora de su vida a contar las historias que jalonan nuestros sueños colectivos, y nuestros anhelos anónimos. Tanto es así, que algunos, como los que formamos eolapaz, hemos convertido el trabajo de estos profesionales en objeto de admiración y herramienta educativa para, modestamente, aportar un esfuerzo más en la tarea de educar, incluso entre iguales.