El lunes participé en un encuentro virtual que sustituía lo que debería haber sido una bonita entrega de premios en Madrid. Luego me ha llegado un pequeño objeto, ese que querían darme el lunes y que no pudo ser. Un premio no por un trabajo, si no a una trayectoria que lentamente se apaga. Está siendo un año muy difícil para mucha gente, así que las alegrías deben ser discretas.