martes, 27 de marzo de 2007

Sergio Pitol y el valor de los universal



Quien tenga la fortuna de adentrarse en el mundo de Sergio Pitol, a través de sus libros, descubrirá en él la fascinación propia de un gran escritor y de un gran hombre por lo universal. “El mago de Viena”, una de las últimas aventuras del premio Cervantes, recrea un marco de libertades humanas, donde el hombre escapa de sus prisiones, y sigue la estela del autor del Quijote y de sus deudos, todos los escritores que merezcan tal nombre según Pitol, en un mundo en el que, hasta la locura del hidalgo es una vía voluntaria a la libertad. Y es que el gran mago mexicano de la palabra es un hombre de influencias intensas, pero todas marcadas por la búsqueda de la libertad.

viernes, 9 de marzo de 2007

La Casa de mis sueños


Amalia es una mujer menuda, coqueta y radiante. Lleva sus 81 años con la dignidad que se presupone a quien esta orgullosa de una vida densa y honesta, pero con la ilusión y la alegría mas propia de un joven. Pero claro Amalia lo es. Suelo encontrarme con ella cada mañana de sábado, en la frutería de la calle que aloja nuestros sueños, y allí, atestiguo la misma escena de cada mañana. "Buenos días Dª Amalia, pero que guapa se nos ha puesto hoy", es el recibimiento cariñoso de Mario. "Gracias hijo, tu que me quieres", y continua, "Pero hoy tengo unos dolores tremendos, yo creo que va a cambiar el tiempo". Tras el preámbulo, una comedida y larga conversación, en la que tras temas tópicos, y formulas retóricas, se esconde mucho cariño y mucha complicidad. Los sábados, además, son días especiales. Dª Amalia no va sola como cualquier mañana. Parece mas alta esas mañanas, mas luminosa, mas exultante de vida, mas acompañada. Los fines de semana hace la compra, da un pequeño paseo y toma sus aceitunas con tónica, en la terracita de la esquina, junto a su chico, junto a Pedro. Son dos almas gemelas. Dos partes ya indisolubles de una pareja singular, y no por ello menos perfecta. Amalia es viuda, no tiene hijos y carece de eso tan escaso hoy en día que es cariño y conversación. Pedro es joven y vital, estudiante de arquitectura, afectuoso... y sin casa. La Comunidad de Madrid, una institución preocupada por los problemas de ambos...y por los suyos, reducir costes sociales y abordar las dificultades operativas y financieras de asistir a una población mayor creciente, y de una población joven crecientemente soslayada. La solución, Amalia acoge a Pedro,y Pedro cuida de Amalia.
Las finalidades sociales del proyecto son innegables. Un proyecto que favorece el dialogo intergeneracional, que facilita la convivencia entre dos mundos hoy tan dispares y alejados, que nos hace recordar nuestras obligaciones y nuestros valores hacia aquellos que, con desagradable frecuencia, desaparecen de nuestras vidas por mero utilitarismo, solo puede ser alabado. Pero, ¿la historia de Pedro y Amalia es el resultado de la convicción social de que no podemos almacenar a nuestros mayores, de que debemos erradicar nuestros egoísmos y crear un modelo social donde el hombre no quede devaluado por su edad, o por su rendimiento?. ¿O es el resultado natural de la simbiosis de dos supervivientes, un anciano y un mileurista, dos marginados al fin?.Yo tengo mis dudas, y kelifinder.com solo las ha acrecentado. Desde hace un año funciona en la red el portal kelifinder.com, una iniciativa del Consejo de la Juventud de España y del ministerio de la vivienda, que pretende centralizar y facilitar el acceso a toda la información disponible sobre bolsas de vivienda en régimen de compra o alquiler, subvenciones, programas de ayuda, etc. Situando todo en un lugar de fácil acceso, que evite la dispersión o la perdida de información. Hasta ahí impecable.Las críticas han sido feroces, y en parte surgen de una imagen denostada y devaluada de la ministra entre ciertos sectores, frustrados por la falta de resultados de algunos proyectos (agencia estatal de alquileres) o por la discutible funcionalidad y validez de otras propuestas (los mini pisos).Pienso, honestamente que algunas de las criticas vertidas son mas viscerales que fundamentadas.Para muchos jóvenes, y especialmente internautas, es una campaña hortera, que minusvalora a los jóvenes, que no ataca la raíz del problema y que tiene un cierto tufillo a corrupción. Si analizamos la forma del problema, podremos darnos cuenta de que estamos ante una campaña original, efectiva (se trata de llamar la atención y dar a conocer un producto) y en costes mas o menos normales. Es cierto que costo 140.000 €. Pero hay que tener en cuenta que hablamos de un portal corporativo realizado bajo metodología Métrica 3, que pretende alta calidad y fácil mantenimiento. Ello obliga a un organigrama mas complejo de lo habitual (directores, analistas, programadores, mercadotécnicos, etc.) y manejar e integrar mucha información que estará en formatos y lenguajes diversos, pero que deben ser compatibles. A ese primer coste le debemos sumar el hardware, el pago de licencias de los productos utilizados, los equipos de soporte, las operaciones de paso y el marketing. El problema de costes se complica por que Kelifinder no usa un software trivial, sino que exige la integración con diversas fuentes de información, que en muchos casos ha exigido pagar a operadores que introduzcan los datos a mano. Vamos que no estamos hablando de un dominio y un Wordpress, simplemente. La idea de las zapatillas cierto que es discutible. Ha conseguido de manera original llamar la atención (mas fracaso seria invertir en un proyecto que luego no fuera conocido), pero si que es cierto que ante un problema que afecta tanto a tanta gente, y sobre el que hay mucha frustración, ha habido una escasa sensibilidad, y se ha transmitido una sensación de trivialidad, de ironía recóndita. Algo que se ha reforzado, negativamente con la jerga empleada, a medio camino entre dar la impresión de dirigirse a gente vulgar, americanizada e ingenua, o gente superficial incapaz de comprender mensajes y lenguajes de cierta enjundia. ¿No hay verbos castellanos que sustituyan a "finder", "Kely" es la forma mas habitual en la que los jóvenes denominamos a nuestras casas?. Es efectista, es cierto. Es sonoro, es cierto. Es lamentable que una institución pública deba recurrir a clichés e instrumentos de otras culturas para comunicarse con nosotros, es cierto.Quizás menos fundamento han tenido las críticas sobre la capacidad de funcionamiento del portal en los primeros días. Comprendamos que la contratación de servidores y enlaces se hace en función del trafico habitual previsto, no de una punta de acceso, lógica en el primer día (el efecto novedad), por que de lo contrario, deberíamos asumir el coste de un trafico muy concreto y ocasional, para un uso diario mucho menor, con lo que parte de nuestras infraestructuras digitales habían de ser pagadas para, la mayor parte del tiempo no ser utilizadas, desaprovechadas durante 364 días al año. La metodología Métrica 3 empleada en este caso, se adapta a una proporción eficiente de costes y trafico, de forma que se dimensiona el hardware para la audiencia esperada habitual, no para el primer día cuando se sale en todos los medios. Pero dicho todo eso, por ser justos, el fondo de la cuestión, no es un portal de Internet. El fondo, el propio gobierno lo ha reconocido, es nuestra incapacidad como sociedad para conseguir que una juventud, en general bien preparada, pueda acceder al mercado de trabajo, tenga expectativas de futuro, una remuneración digna, un respeto profesional, y ya puestos a pedir, una casa. Las estadísticas indican que sólo el 41% por ciento de los menores de 34 años están emancipados, según el CJE, y que el coste mensual de las hipotecas que los compradores deben afrontar ronda el 53% de su sueldo mensual, alrededor de 1.000€, lo cual implica que Pedro, si quisiera acceder a una vivienda, debería vivir a 70 Km. de Madrid, en un piso de 60 metros, y sobrevivir con 470 € al mes, deducidos sus gastos de hipoteca. La cuestión no es que nos enrollemos, como nos propone la publicidad (por cierto de la misma empresa que habitualmente realiza las campañas del gobierno, recordemos el "referéndum plus", otra mensaje simplista), ni de que pateemos la ciudad en busca de pisos, todos sabemos donde están, sino de que solucionemos problemas muy concretos y conocidos. Los tipos de interés facilitan una inversión continua de capitales en vivienda con la finalidad de especular, que sobredimensiona los precios por una demanda exagerada. La falta de control fiscal sobre sectores muy conocidos del país permite una afloración continua de dinero negro que se refugia en este sector para legalizar sus fondos. El consumo esta alejado de las generaciones de renta en un país que mantiene su alto crecimiento económico sustituyendo un sector exterior endeble, por un mercado interno inflado hasta lo irracional a base de cuentas de crédito, tarjetas y promociones. El empleo es alto pero precario, lo que crea una falta intensa de confianza en el futuro que limita la capacidad de los jóvenes para asumir inversiones a tan largo plazo. Y así, podríamos señalar una larga lista de factores sociales, laborales, macroeconómicos y políticos (la connivencia del poder con los constructores, omnipresentes en toda la vida publica, y no siempre de forma limpia), que reflejan no solo una relación de problemas, sino de cuentas pendientes de nuestros gobiernos con nosotros. Y la prueba son esos maravillosos planes de vivienda, como el que en la actualidad prevé la construcción de 226.400 viviendas para compra y 105.050 para alquiler, y en el que los jóvenes y los compradores que accedan por primera vez a una casa tendrán preferencia, y que apenas permiten modificar una realidad enraizada ya hace mucho tiempo en minas muy profundas.
No es cuestión, en suma de maquillar nuestros problemas o de facilitar que los jóvenes podamos encontrar facilidades en el juego tal como esta montado. la cuestión es cambiar las reglas de juego, revolucionar el mercado, laboral, financiero e inmobiliario, apostar por las nuevas generaciones y acabar con tanto ladrón. Tenemos un sistema educativo penoso, en el que los pocos genios que sobreviven deben irse a que otros países rentabilicen lo que hemos invertido en ellos, o mal vivir en su país, y sin seguridad en el futuro. Unos medios de comunicación aborregantes, afianzados en lo banal y lo zafio. Unas instituciones, que en casos son capaces de dispensar miles de euros en carpas para los macro botellones y que te niegan una beca o unas decenas de euros para una rampa de minusvalidos en un edificio.¿Podemos reducir paulatinamente las deducciones por compra (que en definitiva van al promotor)?. ¿Podemos aumentar las deducciones por alquiler?. ¿Podemos controlar a los bancos para que no se hagan con toda una generación de hipotecados a 40 años?. ¿Podemos controlar la concesión de ampliaciones de hipoteca para encubrir créditos al consumo?. ¿Podemos reducir las VPO de venta y apostar por las VPO de alquiler (la mayoría ya estamos "fuera del mercado" de vivienda libre; además, el fraude en el alquiler puede ser detectado al revisarlo cada cierto tiempo). ¿Podemos ordenar el mercado de trabajo para evitar que las empresas se escuden en los contratos de practicas y los temporales para tener buenos profesionales, recién preparados a bajo coste?. ¿Podemos obligar a que un particular acumule propiedades o terrenos con fines especulativos, mientras malviven jóvenes sin vivienda?. ¿Podemos poner firmes a políticos y promotores en los ámbitos territoriales, evitando que las administraciones municipales y autonómicas se conviertan en la cueva de Ali Baba?. ¿Podemos modificar la ley de haciendas locales e IRPF, como propuso hace unos días IU, para permitir a los Ayuntamientos aumentar entre el 50% y el 150% el gravamen del IBI de las viviendas desocupadas, con el objetivo de impulsar el alquiler y frenar la especulación inmobiliaria?.Pues si podemos hagámoslo, y dejémonos de kely tonterías.

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