Son estudiantes de educación infantil, muchos de ellos viven su primer año escolar, y están sumergidos en la fascinación de descubrir el mundo, este año de la mano de D. Quijote y de su particular Dulcinea, María, su profesora. Son la imagen de la España que, cuatrocientos años después, no quiere olvidar sus raíces, mientras deposita todas sus esperanzas en el futuro, en ellos.