sábado, 24 de febrero de 2007

¡Hasta el cielo soldado!


Nacida en la lucense aldea de Nodar, en la parroquia de Friol, Idoia Rodríguez Bujan era una mujer de tan solo 23 años, enrolada en la Brigada Ligera aerotransportada de Pontevedra, que prestaba servicios con su unidad en el área de Shindand, en Afganistán.Esta semana murió, cuando el vehiculo blindado tipo BMR que conducía, piso una mina anticarro de mas de seis kilos, colocada por las tropas talibanes. Al paso del blindado, su puesto de conducción desapareció. En el mismo ataque fueron heridos el alférez Cesar Muñoz Pantoja, caballero legionario, y el cabo Jorge Liaño del Río, miembro de la Rilat 29, la misma unidad a la que pertenecía el helicóptero Cougar derribado en tierras afganas en agosto de 2005. Idoia y sus compañeros cumplían en el momento del ataque una misión de apoyo al contingente italiano que realiza tareas de instrucción del ejército afgano
Idoia prestaba servicios en Afganistán desde octubre, estando muy próximo el relevo de su unidad, y el regreso a España.
Su unidad es parte de los 690 soldados españoles desplegados allí actualmente, y de los 7.247 que en diversos relevos han desarrollado operaciones en ese país asiático, dentro de la misión ISAF (Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad), que dirige la OTAN. Junto al destacamento de Idoia en Shindand, el ejército español se encuentra desplegado en la Base Avanzada de Herat y de la de "General Urrutia" en Qala-e-Naw, sede del Equipo de Reconstrucción Provincial.
España inicio su presencia en Afganistán en 2002, bajo el gobierno de José Maria Aznar, aumentando su presencia en 2004, con la llegada de José Luís Rodríguez Zapatero, y manteniéndose remiso en la actualidad a ampliar nuestros efectivos, en contra de las peticiones de la OTAN.
Esta historia debería concluir aquí. Tanto el relato de este drama humano, como de este error nacional. Y debería hacerlo con una frase sencilla, dirigida a Idoia y a cuantos la querían, que eran muchos. Lo sentimos Idoia. No volverá a ocurrir.Pero eso no ocurrirá. Volverá a ocurrir, para nuestra desgracia. Hay varios perfiles en este asunto, que por duro que resulte, no debemos dejar pasar. El dolor y el respeto no son en este caso incompatibles con la razón, la precaucación y la rectificación.Somos un país moderno, avanzado y pleno en valores. La octava potencia mundial dicen. Pero no somos ya la potencia imperial de antaño. Eso es una realidad. Y no podemos comprar un sitio en la escena mundial, un reconocimiento de las demás naciones a nuestra capacidad de decisión en los problemas del mundo a golpe de talonario. Enviando tropas aquí y allá, y ofreciéndonos voluntarios para el primer problema que surge, y demostrar así, que se debe contar con nosotros. El prestigio y el respeto no se pueden construir en base a la vida de nuestros jóvenes. Alguien podrá pensar que nuestra riqueza y desarrollo exige que asumamos responsabilidades en los problemas internacionales, y que como país del primer mundo tenemos obligaciones morales. Cierto. Indiscutible. ¿Pero que problemas exigen nuestra intervención, y como debe ser la formulación de esta? Por que lo que no parece muy sostenible es ir a los conflictos cuando nosotros queramos (ahora me voy de Irak, ahora mando mas tropas a Afganistán, ahora la OTAN me pide mas soldados y no quiero…). Tampoco entiendo como se organiza la estructura de mando decisión y control de nuestras tropas en el extranjero. Tan pronto vamos por libre, como somos cascos azules, como estamos en el mando integrado de la OTAN, como somos unidades de apoyo, como nos colocamos bajo control de tropas senegalesas o brasileñas o…. ni se sabe. Si tanto prestigio y poder tenemos, tampoco entiendo nuestra supeditación orgánica a ejércitos que no lo tienen, por mucho que se expongan razones de oportunidad cultural o para evitar suspicacias de la población civil. No me gustaría que olvidáramos tampoco que nos estamos acostumbrando a “indefinir” nuestras misiones, calificando a estas de paz y humanitarias, cuando nuestros soldados están en zona de guerra, y combatiendo. Y no es una cuestión semántica. Las ordenes que reciban de actuación nuestros soldados, el permiso de uso de la fuerza. O simplemente su cobertura y armamento, no son las mismas para combatir, que para hacer pozos de agua. Y eso lo dejaron claro el teniente general Bernardo Alvarez del manzano, jefe de operaciones en Afganistan, y el coronel Rafael Roel, jefe del PRT, que llevan meses pidiendo al ministro Alonso, medios, material y hombres, para protegerse en una situación clara de guerra.Y en este sentido que solo desde 2002, hayan muerto 82 de nuestros hombres y mujeres en Afganistán, siendo su misión de paz, me parece insostenible. Tengamos en cuenta que desde 1990 han muerto 127 de nuestros soldados en todas las misiones. Dicho de otro modo, 2 de cada 3 soldados españoles que mueren en el extranjero, lo hacen en ese país. ¿Misión de paz?. ¿Bien preparada?. Pues pasa ser de paz, solo 1 de cada 5 euros se emplea en gastos humanitarios, un quinto de los 800 millones que nos ha costado el infierno afgano en el último año.
Ya se que son soldados profesionales. Que la guerra entraña riesgos, y que cuando un soldado firma su contrato no lo hace para desfilar. Pero con eso y con todo. Vendemos a nuestros jóvenes un mundo de oportunidades, promoción y preparación que no existe. Y lanzado el anzuelo, y picado el pez, a la pecera de Afganistán. Porque tenemos pendiente una ley que establezca con claridad el valor y homologación de las enseñanzas (las que existan, que no lo se), que reciben nuestros soldados en la posterior vida civil. Como a tenor de lo que vivimos, tenemos pendientes un análisis sesudo y sincero del papel de nuestras fuerzas armadas, su dotación y su papel social, aun poco valorado. Y otra duda, ¿Por qué estaba alli Idoia?. Porque ahora resulta que no todas nuestras unidades son aptas para este tipo de misiones. Hasta el punto de que las rotaciones se realizan sobre un grupo restringido de uniformados, hasta, en algunos casos, la saturación. Y ello porque parte de nuestras no se encuentran debidamente adiestradas, equipadas o completas, ante la falta de efectivos. Y ello porque algunas de ellas no son plenamente de fiar, y no pueden salir de sus ciudades y cuarteles. Si. He querido decir lo que he dicho. Y la fuente es pública, el CNI. Un 35 por cientos de los efectivos de las guarniciones del norte de África son musulmanes, y de ellos el 40% están bajo sospecha de islamismo radical y falta de fidelidad a España. Y varios de ellos expulsados por ese motivo del ejército.
En otros países de nuestro entorno y nivel, la muerte de 127 de sus soldados hubiera desatado una turbulencia social capaz de hacer tambalearse a un gobierno (que se lo digan a Berlusconi). Aquí no. Nada podemos esperar en este tema del Partido Popular, muy dado al seguidismo de los Estados Unidos, y de las intervenciones románticas (como el viento de sotavento que proclamaba Trillo en Perejil). ¿Pero la izquierda?, o lo que quede de ella, ¿Dónde esta?. Un tímido “que vuelvan” del inclasificable Llamazares, y poco mas. Porque hasta en este tema, nuestra clase política es miserable. Una medalla ramplona. Un responso en un hangar, un líder de la oposición criticando en medio del dolor y quejándose que no le invitaron al recibimiento. Cuanto orgullo y entereza demuestra la población de este país, y cuanto deberían aprender de ella, los políticos que Dios nos ha mandado. 18 muertos en Bosnia, 20 en Afganistán, 62 cuando regresaban de allí en el Yak, 10 en Irak , 6 en Kosovo, 3 en Guinea, 1 en Abu Dhabi y 1 en Guatemala. Y ante ellos, un lamento callado en una aldea gallega, y solo uno. Como alguien dijo en esta páginas, ¡hasta el cielo soldados!

jueves, 22 de febrero de 2007

Y llovió el cielo sobre una mujer



Nunca he tenido la virtud de manifestarme monárquico, y no considero adecuado el momento, por más que no seria sincero.
Hoy no quisiera reflexionar con vosotros sobre una princesa, sino sobre una mujer. Me mantengo al margen de la polémica sobre la vulgarización de la monarquía, que el casamiento del príncipe de Asturias con una plebeya implica. Siento desairar al señor Peñafiel, pero ya bastante poco favor se hace el mismo no colocando un candado en sus labios, para hacerle mas propaganda.

domingo, 18 de febrero de 2007

No se puede ser reina y madre


Dicen que soy en mis comentarios muy feminista, y que suelo resultar monotemática en mis artículos. Pero convendréis conmigo que la realidad parece empeñada en empujarme a una actitud hostil y desafiante hacia una parte del mundo, absurdo hasta el agotamiento.

jueves, 15 de febrero de 2007

La responsabilidad de tener un micrófono



Es indudable que son tiempos inciertos, y ellos son propios para el surgimiento de héroes y de farsantes. De hombres y mujeres que desde su conciencia pretenden despertar la de los que les rodean, o que desde su ambición pretenden beneficiarse de la falta de aquella en sus semejantes. Para algunos, hoy, Federico Jiménez Losantos es de, los primeros, para los azotados por su verbo, claramente lo segundo.

lunes, 12 de febrero de 2007

Cien imágenes para ser libres, y una canción para morir esclavos



La organización de los derechos del periodismo libre “Reporteros sin Fronteras”, acaba de sacar a la venta, al precio de 8,90 € un libro de imágenes, encargado en su factura a Studio Harcourt, una prestigiosa agencia fotográfica, dedicada desde 1934 a retratar a grandes estrellas de todos los ámbitos sociales. La iniciativa, que pretende llamar a las conciencias sobre la libertad de expresión, y recaudar dinero para defenderla, es continuación, en sus objetivos, del libro fotográfico sobre el deporte, que vio la luz antes del Mundial de Fútbol de este año, o el álbum homenaje a Gilles Caron.

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