
Bien mirado, que distintas son las personas, que distintos efectos promueve cada ser humano en la sociedad en la que vive. Y a menudo de forma independiente a lo que se les requiere.
Leia esta semana en un diario de tirada nacional una frase memorable “A los mejores, una vez que han alcanzado la cima del mundo, se les acostumbra a medir por los detalles”. Lo de la cima del mundo no deja de ser una metáfora, relativa conforme sea quien miramos. Para Alonso la cima es ser campeón del mundo. Para Rubalcaba sentarse en la Moncloa, pero de presidente, para mi, en este momento, ser delegado de facultad. Para Miguel Ángel Revilla y Nacho Diego actuar de manera madura y de acuerdo a los intereses de los ciudadanos, de manera que resalte su trabajo, y permanezca en penumbra su figura.