
No han sido pocos los que en estas últimas semanas han mostrado su indignación contra el contenido de la última película de Alejandro Amenabar, “Ágora”. La actitud crítica ha procedido de sectores conservadores de la iglesia, y de seglares que, incluso de buena fe, suelen mostrar una escasa capacidad de enmienda y aceptación de crítica. En esas estábamos cuando hace una semana, una amable lectora de Madrid escribió a la redacción de eolapaz.com para mostrar su indignación sobre uno de mis artículos, aquel en el que en los prolegómenos de un texto que criticaba a quienes se arrogan poderes sin permiso de nadie, véase el comité olímpico, yo hacia una mención, al entender de esta señora cruel, hacia San Cirilo, a la sazón la mente ejecutora de Hypatia de Alejandría, la heroína de Amenabar.