Hay que reconocer que en Pozuelo saben hacer fiestas. Lo de ayer fue total. Fiesta, música alcohol, tiro al plato, carreras ... hasta fueron los centauros en una actuación fuera de programa, lo más. Y es que hay ayuntamientos que puestos a innovar se salen. La verdad es que en este sentido ha sido un fin de semana completo. Porque la barbarie de Lequeitio ha sido de nota, y la procesión de váteres de los trabajadores de Roca una pasada. En fin, un fin de semana cañón, intenso, agresivo, violento, salvaje, desatado, y además en directo, y de verdad, no como esas tonterías artificiales de las superproducciones de Hollywood.
¿Que por que me lo tomo a cachondeo?. Yo no, España si.
Aquí suscribo totalmente las palabras del ministro de educación (menos mal que hay un ministro mentalmente sano). Sin educación, sin trabajo y sin cultura a lo más que podemos aspirar es a la bronca. Solo es necesario escuchar de pasada el comentario de uno de los autores del follon. “Empezamos a llamar hijos de puta a los policías y a tirarles piedras y fueron a por nosotros como perros”. Sic. Solo hubiera faltado que respondieran con oles. Un tío que dice eso en la tele, justificando así la provocación que dio inicio al lío, o no esta en su sano juicio, o no le da para más, o esta muy mamao.
Claro, las teles, siempre prestas a sacar tajada, han palpado el sentir de la calle. Poneros en lo peor. Que si la juventud esta perdida, que si solo nos dedicamos a beber, que si mucha juerga y poco trabajo.... Hombre eso último tiene su gracia.
Vamos a ver. Uno crea una macrociudad dormitorio, casi sin servicios y con un 40% de población menor de 25 años, en la que un 22% de ese segmento no hace nada, ni estudia ni trabaja, que dedica sus horas a vagabundear y estar fumao a media jornada, les acotamos en una plaza en plenas fiestas y les damos barra libre en un botellón consentido, y cuando están puestos hasta las trancas queremos que canten la canción de los Lunis y se vayan a la cama. Un poco de seso hombre. Yo estoy segura que un chaval con estudios superiores, con trabajo y vida organizada no se la juega de esta manera.
La realidad, lo que nos muestra la algarada de Pozuelo es solo una muestra de lo que nos puede esperar si no andamos listos. Estamos acostumbrados a que grupos antisistema hagan por ahí el tonto. Ahora nos enfrentamos a gente normal, como tu que me lees o como yo. Chicos y chicas impulsados a la marginalidad, desarraigados y convencidos cada vez más que esta no es su sociedad. La noche y el alcohol solo han sido el detonante de lo que ya se ha vivido en países como Francia, y que aquí no ha servido para escarmentarnos. Es un cóctel formado por permisividad, inmigración, ciudades satélite degradadas, descosidos múltiples en el sistema educativo, desarraigo familiar y paro. Y junto a ello administraciones jalonadas de auténticos descerebrados, cuando no de seres amorales.
Lo de Pozuelo es, por otra parte, un reflejo de las debilidades de nuestro sistema político, en el que las administraciones municipales y autonómicas despilfarran dinero sin pudor a la vez que esconden el bulto cuando llueven los problemas. Poca inversión en infraestructuras, poca en políticas de juventud, mirada al tendido cero en educación, y para tapar vergüenzas paso libre a botellones inmundos y acotados, como un gueto donde adormecernos para no dar la lata. Pero cuando vienen mal dadas, que apechugue la policía, que vayan los centauros, para que si hay que acusar de brutalidad, le caiga el muerto a papa estado.
Lo más triste, con todo, me ha parecido la respuesta social. España se ha conmocionado con las imágenes revolucionarias de una turba asaltando una comisaría de policía. Lo de la kale borroka en Lequeitio es grave, pero bueno, eso es más habitual, y además, tiene su porque, es un tema político. Pero estos desgraciados de Pozuelo, que malo es el alcohol y la desocupación.
La violencia es reprobable, sea cual sea cu causa o circunstancia, pero si identificamos un motivo que justifique pasar la línea del estado civil al de naturaleza, nos tranquiliza, sabemos porque los vascos actúan así. Bueno, menos mal, entonces no hay que preocuparse, con aparcar en Burgos, evito que me quemen el coche. Pero lo de Pozuelo, ¿Por que?. No lo comprendemos, y eso es lo que nos turba y desasosiega, eso lo convierte en portada.
Que ignorantes somos. Pozuelo no es la sorpresa, la sorpresa es que haya tardado tanto en llegar. ¿Como es posible que en un país con un paro endémico, que aboca a millones de españoles a la marginación, en crisis o en pleno auge, llenos de barrios de chabolas, y donde el 14% de los jóvenes no hacen nada, ni lo van a hacer, no haya sufrido antes una explosión generalizada de violencia?. ¿Como?. Que alguien me lo explique.
¿Que por que me lo tomo a cachondeo?. Yo no, España si.
Aquí suscribo totalmente las palabras del ministro de educación (menos mal que hay un ministro mentalmente sano). Sin educación, sin trabajo y sin cultura a lo más que podemos aspirar es a la bronca. Solo es necesario escuchar de pasada el comentario de uno de los autores del follon. “Empezamos a llamar hijos de puta a los policías y a tirarles piedras y fueron a por nosotros como perros”. Sic. Solo hubiera faltado que respondieran con oles. Un tío que dice eso en la tele, justificando así la provocación que dio inicio al lío, o no esta en su sano juicio, o no le da para más, o esta muy mamao.
Claro, las teles, siempre prestas a sacar tajada, han palpado el sentir de la calle. Poneros en lo peor. Que si la juventud esta perdida, que si solo nos dedicamos a beber, que si mucha juerga y poco trabajo.... Hombre eso último tiene su gracia.
Vamos a ver. Uno crea una macrociudad dormitorio, casi sin servicios y con un 40% de población menor de 25 años, en la que un 22% de ese segmento no hace nada, ni estudia ni trabaja, que dedica sus horas a vagabundear y estar fumao a media jornada, les acotamos en una plaza en plenas fiestas y les damos barra libre en un botellón consentido, y cuando están puestos hasta las trancas queremos que canten la canción de los Lunis y se vayan a la cama. Un poco de seso hombre. Yo estoy segura que un chaval con estudios superiores, con trabajo y vida organizada no se la juega de esta manera.
La realidad, lo que nos muestra la algarada de Pozuelo es solo una muestra de lo que nos puede esperar si no andamos listos. Estamos acostumbrados a que grupos antisistema hagan por ahí el tonto. Ahora nos enfrentamos a gente normal, como tu que me lees o como yo. Chicos y chicas impulsados a la marginalidad, desarraigados y convencidos cada vez más que esta no es su sociedad. La noche y el alcohol solo han sido el detonante de lo que ya se ha vivido en países como Francia, y que aquí no ha servido para escarmentarnos. Es un cóctel formado por permisividad, inmigración, ciudades satélite degradadas, descosidos múltiples en el sistema educativo, desarraigo familiar y paro. Y junto a ello administraciones jalonadas de auténticos descerebrados, cuando no de seres amorales.
Lo de Pozuelo es, por otra parte, un reflejo de las debilidades de nuestro sistema político, en el que las administraciones municipales y autonómicas despilfarran dinero sin pudor a la vez que esconden el bulto cuando llueven los problemas. Poca inversión en infraestructuras, poca en políticas de juventud, mirada al tendido cero en educación, y para tapar vergüenzas paso libre a botellones inmundos y acotados, como un gueto donde adormecernos para no dar la lata. Pero cuando vienen mal dadas, que apechugue la policía, que vayan los centauros, para que si hay que acusar de brutalidad, le caiga el muerto a papa estado.
Lo más triste, con todo, me ha parecido la respuesta social. España se ha conmocionado con las imágenes revolucionarias de una turba asaltando una comisaría de policía. Lo de la kale borroka en Lequeitio es grave, pero bueno, eso es más habitual, y además, tiene su porque, es un tema político. Pero estos desgraciados de Pozuelo, que malo es el alcohol y la desocupación.
La violencia es reprobable, sea cual sea cu causa o circunstancia, pero si identificamos un motivo que justifique pasar la línea del estado civil al de naturaleza, nos tranquiliza, sabemos porque los vascos actúan así. Bueno, menos mal, entonces no hay que preocuparse, con aparcar en Burgos, evito que me quemen el coche. Pero lo de Pozuelo, ¿Por que?. No lo comprendemos, y eso es lo que nos turba y desasosiega, eso lo convierte en portada.
Que ignorantes somos. Pozuelo no es la sorpresa, la sorpresa es que haya tardado tanto en llegar. ¿Como es posible que en un país con un paro endémico, que aboca a millones de españoles a la marginación, en crisis o en pleno auge, llenos de barrios de chabolas, y donde el 14% de los jóvenes no hacen nada, ni lo van a hacer, no haya sufrido antes una explosión generalizada de violencia?. ¿Como?. Que alguien me lo explique.
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