
Vuitton buscaba más que un nuevo talento, un medio con el que romper su imagen y abrir mercado entre las clases medias. Pero claro, tampoco penséis que se han ido a Vallecas y han rebuscado en las callejas a un nuevo talento parapetado entre la marginalidad de Madrid. Que va!, han encontrado a Marcos entre los estudiantes de la prestigiosa escuela de diseño Saint Martins, la misma en que estudiaron John Galliano y Alexander McQueen. Y allí hicieron un concurso, el latitude 48014/longitude 02286, las coordenadas del taller de Vuitton en Asnières, Francia. Pues bien, Marcos y Cris Lawson, otro compi han ganado. En fin, mucha pose de novedad y revolución estilística, pero menos, y es que hasta en eso, en el arte de engañar que es la publicidad, nos engañan.
Grafitero y adorador de la Mahou, Marcos vive ahora en Londres, entre sus clases en esa “modesta” academia y el glamour de noches de fiestas exclusivas y fotos para el Vogue británico. Vuela en primera clase, viaja cada semana a Nueva York, come en restaurantes increíbles, y hace noche (dice) en su modesto piso de una barriada social de Londres.
Licenciado en Comunicación Audiovisual, ha trabajado en Turín en la agencia de Armando Testa, y canta maravillas de Saint Martins, un centro donde se alimenta la creatividad y el espíritu libre, dice, más que la técnica. Y vive en Londres, por que la mezcla cultural y la oferta expositiva proporcionan inspiración. Le encanta el diseño sutil y poco obvio, algo difícil de encontrar en España, por eso se ha ido de “este insufrible y pueblerino país” (le ha faltado decir), un país repleto de una tensión sobrecogedora entre lo excesivamente moderno, lo brillante, lo nuevo y lo impuesto, bajo un estilo ligeramente retro casposo.
Un ejemplo más del príncipe mendigo y del español acomplejado, en la corte del lujo y la farsa. Señores, que siga la resaca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario