Pocos rasgos habrá tan humanos como la capacidad creativa. Amar, ayudar, impulsar, construir, superar las dificultades de la existencia y la convivencia son los elementos claves del ser social. Y la escuela es una incubadora de seres humanos, positivos, sociales, creativos y, por supuesto felices.
Decenas de compañeros nos muestran cada día sus ideas y proyectos a través de blogs que son fiel reflejo de esa concepción acumulativa y creadora al más puro estilo de Thomas Kuhn. Profesores que insisten en que el aprendizaje debe ser múltiple, multidireccional, y lleno de evidencias, debe ser conclusivo, no solo por el carácter experimental que debe tener, si no por la naturaleza motivadora que impele a los alumnos.
En mi centro jugamos un par de ligas por debajo de estos maestros, pero si que intentamos seguir la estela, tanto en el principio de hacer participes a los alumnos de la reflexión sobre el proceso educativo, como de dotarle de un carácter vivencial.
Este mes hemos repetido un proyecto que nos ha dado juego en los últimos años. Alumnos de 4º de secundaria y 1º y 2º de bachillerato desarrollan un taller de teatro que se sostiene desde las áreas de filosofía, historia, plástica, tecnología, educación física y lengua. Un grupo de ellos, seleccionados por sus propios compañeros asisten con el producto final al encuentro nacional de CaixaEscena de Zaragoza, donde se formaran para luego llevar a cabo pequeños proyectos con sus compañeros, ya en casa.
Mientras otra parte de ese les acompaña para hacer un reportaje que otros editaran al regreso y emitirán en los canales de periodismo del centro. Conocer, experimentar, crear y difundir, el nivel más alto de la taxonomia de Bloom. El objetivo más excelso de nuestro quehacer diario.
Una compleja pirámide (así contado), aunque en realidad es algo natural en nuestros alumnos, que permite aplicar a problemas concretos, soluciones creativas, asumiéndolo no como un juego de distracción, si no con la seriedad de quien crea para hacer que los demás tengan un basamento desde el que construir una columna, cada vez más alta.
Os dejo el enlace a un blog de alumnos que aprenden jugando a ser periodistas, construyendo cada día su visión de la realidad, pero contada con otros ojos y una parte de ese proyecto de teatro, que permite afrontar el reto de crear, con palabras, todo un mundo.
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