El caso de
los españoles agredidos en Londres tras el famoso “Brexit” ha devuelto a la primera página de los
periódicos la triste realidad de un racismo solapado en la sociedad europea,
uno de cuyos signos es la terca tendencia de los medios de comunicación de resaltar,
continuamente, el origen de los afectados por cualquier problema o suceso.
España no actúa
de forma diferente con sus foraneos. Según las fuerzas de seguridad España
sufre cuatro delitos de odio al día, más de trece mil el año pasado y más de
seiscientos en lo que llevamos de este.
Muchos
producidos por agresiones de agentes de seguridad privados, que impiden el
acceso a locales o medios de transporte “solo de blancos” a personas de otras
culturas.
La falta de
contundencia de las autoridades trasmite a la sociedad un mensaje sobre lo
barato que sale destrozar la vida a una persona y respaldar posturas xenófobas
más extendidas de lo que pensamos.
Asociaciones
ciudadanas exigen ante estos casos una actuación ejemplar de las autoridades
que erradique estos comportamientos, y una mayor pedagogía ciudadana, que evite
el proselitismo racista. Internet es la sede de vídeos que muestran cientos de
agresiones escandalosas, lo que le convierte en un templo de la violencia, y
nadie actúa de oficio. Grupos pro derechos han exigido “la creación de una
fiscalía especializada, una acción firme de la justicia, protección para las
víctimas, una legislación contra el racismo, mayor implicación de los atestados
policiales, una mejor actuación fiscal ante estos hechos y un sistema
informático que permita ordenar estos delitos para identificar rápidamente al
agresor”.
Para
facilitar la asistencia a las victimas y el asesoramiento, el Movimiento contra
la Intolerancia
tienen habilitado el teléfono 902 180 995.
Pero esta
actitud se extiende sin control en nuestro país, por lo que las posibilidades
de nuevos casos aumentan. Solo en Internet, 400 webs en castellano y foros
sirven de punto de contacto, información o coordinación de grupos racistas
organizados, que extienden su filosofía y captan nuevos adeptos. Como ya hace
tiempo denunció el Instituto Valenciano de la Juventud (IVAJ), durante
la presentación de la campaña Pasaporte europeo contra la intolerancia.
Ellos y
otras asociaciones han pedido el cierre de los servidores web que facilitan
estas páginas y el desarrollo de una legislación internacional "que impida
que haya servidores que alimenten estas web racistas.
Todos
coinciden en que algunas de las razones de este rebrote de actitudes y
comportamientos racistas esta asociado a la extensión y connivencia social con
una subcultura de la violencia que esta por todas partes , así como a un
tratamiento legislativo "deficitario" de la Ley de Responsabilidad Penal
del Menor. Hecho este confirmado en una reciente conferencia por el juez de
menores de Granada Emilio Calatayud, que también insistía en la falta de
control y educación de los jóvenes, ante la dejación de las obligaciones de
Patria Potestad de los padres y las funciones educativas de la sociedad,
amparados todos en una mal entendida protección de los derechos de los menores.
Según un
reciente estudio de estas asociaciones, entre un 15% y un 20% de los jóvenes
"echarían a los judíos de España", mientras que entre un 3% y un 15%
"implantarían las cámaras de gas como método de pena de muerte.
El crecimiento
peligroso de estos comportamientos, crece con el aumento de la presencia de
minorías étnicas y de inmigración importantes, así como también por "una
realidad religiosa diversa". Frente a ellos, los agredidos, temerosos de
una expulsión o un mayor rechazo social, no denuncian, o abandonan los procesos
judiciales abiertos, lo que facilita que no prosperen. Movimientos de todo
tipo, vinculados a la defensa de los derechos humanos, han constatado un
aumento del rechazo y la fobia a los extranjeros, especialmente musulmanes,
tras los atentados perpetrados del 11-M.
Hoy, los
análisis del Brexit que aun nos conmociona revela el componente xenófobo de la
decisión tomada por los británicos. Y es que este incendio no se extingue, se
extiende, por Hungria, Holanda, Francia …
Imagen
juventudsinfuturo.net
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