domingo, 4 de diciembre de 2016

Cantabria sigue caminando hacia la vieja PAU



Seguimos en terreno especulativo, los rumores persisten y hasta que el día 30 el gobierno no publique en el BOE el Real Decreto que regula la nueva selectividad, y las autonomías y las universidades no acuerden en el mes posterior los reglamentos de desarrollo, seguimos al borde del abismo con nuestros alumnos de 2º de bachillerato, ignorantes (es un decir) de que les espera a la vuelta de seis meses, y con un tercio del curso cumplido.


En Cantabria, la prensa regional se hace hoy eco de lo que todos comentamos en cursos, pasillos y grupos de whatsapp, la presión hace recular al gobierno hasta posiciones parecidas a la de la antigua PAU. Esto es, un largo recorrido de enfrentamientos y confusiones para volver al mismo sitio y perder por el camino a los alumnos.

Según ya manifestó el consejero de educación hace tiempo, y según había dejado caer la CRUE antes del verano, todo apunta a un pacto para prorrogar un año la PAU, eso si, asumiendo los cambios en programas, contenidos y currículo que la LOMCE ya nos ha impuesto.

Lo que parece claro es que los alumnos de 2º de Bachillerato tendrán una prueba muy parecida en estructura a la vieja PAU que incluirá sólo materias de segundo curso, que se aprobará a partir de 4 puntos y que significará el 40% de la nota final de expediente, de cara a acceder a la universidad.

También suponemos que se mantendrá el distrito único, la organización por parte de las universidades y las habituales diferencias de nivel de contenido, dificultad y fechas entre todas las autonomías.

También creemos saber que los problemas presupuestarios y organizativos impedirán que las pruebas de idiomas extranjeros sean orales y que las protestas ante la simplicidad del método impedirán también que los exámenes sean en forma de test, lo que impide valorar capacidades como la expresión y la estructuración de ideas, por muy objetivo que lo vean algunos.

Podría ser que la prueba estuviera estructurada en dos partes. Una primera común para todos los alumnos y obligatoria para el acceso a la universidad. Esta parte estaría compuesta por 4 exámenes, las de las tres comunes (Historia de España, Lengua Castellana y Literatura y primera lengua extranjera) y en la que no se podría optar por filosofía (salvo las comunidades en las que está incluida en la oferta obligatoria, y que no sabemos que harán) y una cuarta asignatura que, a diferencia de lo que ocurría hasta ahora no será una optativa de cualquier modalidad, si no la troncal de la modalidad que estudian: Matemáticas II en el caso de los alumnos de Ciencias; Latín o Matemáticas aplicadas a las Ciencias Sociales, para los estudiantes de Humanidades; y Fundamentos de Arte, para los de Artes.

La segunda parte podría estar formada por dos asignaturas (o más y se escogerían como hasta ahora las dos mejores notas una vez multiplicadas por el coeficiente de ponderación), si no dos materias troncales de opción entre las que corresponden a cada modalidad:

Biología, Dibujo Técnico II, Física, Geología o Química, en el caso de modalidad de Ciencias; Economía de la empresa, Geografía, Griego o Historia del Arte, para los de Humanidades;

y Artes Escénicas, Cultura Audiovisual y Diseño, para los de Artes.

Quedan ahora dos escollos importantes, además de comprobar que esto es así. Que se rehagan las coordinaciones bachillerato-universidad y que está apruebe los reglamentos. Tras ello solo quedará ajustar la práctica de clase a las nuevas exigencias y rezar. Mucho y constantemente.

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