Ha sido como
un leve parpadeo, como un destello brillante. Unos pocos minutos para transmitir
a sus compañeros sus vivencias, traslucir sus alegrías y contar como sus sueños
van llenándose de color, aunque a veces parezca que son en blanco y negro.
Ha sido
apenas un instante, lo justo para estrechar manos, acariciar con un beso, hacer
repaso de niñez y compartir planes.
Están
lejos, cada vez más lejos de mí y tienen otras vidas, pero estos días han
vuelto y nos han regalado una sonrisa y la alegría de saber que están bien. Hoy
han vuelto nuestros niños mayores.
Creen que
hoy no les he visto, pero cada vez que cierro los ojos noto su presencia en el
aire, siento el olor de su pelo, veo sus ojos iluminados y escucho quedamente
sus palabras.
Creen que hoy
no les he visto, aunque nunca dejo de sentirles, en cada esquina, en cada
sombra, en cada voz que me cuenta como crecen.
Quizá hoy
no les visto, aunque nunca he dejado de añorarles.
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