martes, 4 de abril de 2017

Manos de campeón



Con nueve años, Dani (León 1995), no pasaba desapercibido en su colegio, el Agustinas Misioneras de la capital leonesa. Mediada la primaria, pocos reparaban ya en que aquel muchacho espigado, enjuto y delgado tuviera un brazo derecho poco desarrollado, sin antebrazo y del que apenas asomaban dos dedos. Era la parte más visible de un síndrome, el de Part, que había marcado su cuerpo en los últimos meses de su gestación.


Pero una fe inquebrantable en sí mismo, el apoyo de su familia y muchas horas de ensayo habían hecho de él un líder. Ninguna, como aquella mano pequeña e inacabada, manejaba el balón de baloncesto. Sus tiros, sus pases y sus canastas eran ya famosas en las ligas escolares de León, y su habilidad y superación la fuente de respeto de sus compañeros. “No tengo tiempo”, respondía a quienes muchos días le gritaban al salir de clase, ”¿Dani, vienes a jugar al parque?”.
Tras cada jornada, y cada entrenamiento en el pabellón del San José le esperaba la piscina, donde largos interminables habían forjado en él a uno de los nadadores más prometedores de Castilla León. Al final del día, poco antes de afrontar en casa sus tareas escolares, una hora de violín, su gran pasión, la que, calmado su cuerpo, exalta cada día su cuerpo.
“Dani no es muy hablador, pero si muy comunicativo, cada gesto, cada acorde, cada mirada, te cuenta continuamente lo que siente, y debes saber leerlo, porque el necesita mucho hablar con esos silencios y que converses así con él”.
Lo dice su madre, con una mirada vidriosa, desbordada de orgullo. Ella y su marido han volcado en el segundo de sus hijos un esfuerzo enorme para seguir el paso que marcaba Dani. “No se puede decir que sea un niño hiperactivo, pero su cuerpo demanda un esfuerzo continuo, necesita tantear sus límites de forma continua, exigirse e ir más allá”.
Su padre brega a diario con Dani. Le trae, le lleva, le anima, le escucha, le apoya, le estimula y le frena, porque en ocasiones es preciso. “Sus notas son buenas, cumple con sus obligaciones y es un niño cariñoso y sufrido, así, no puedes decirle nunca que no”.
El deporte le ha ayudado a superarse, pero también un duro tratamiento. Visitas continuas a especialistas de Madrid  y Barcelona y varias operaciones han conseguido hacer más funcional su brazo. Ha sufrido intervenciones, dolorosos aparatos, infecciones y hospitalizaciones, pero su fe no se ha quebrado.
Con diez años ya era campeón de baloncesto. Con once hacia duatlon. En los años siguientes comenzó a participar en los mejores duatlones naciones, pero no de deporte adaptado, si no compitiendo con niños y jóvenes sin discapacidad.
Con tan solo 15, y tras liderar a la selección castellano leonesa en los campeonatos nacionales, donde obtendría el oro en longitud y triple salto, acudió a la llamada de la selección de atletismo adaptado para participar con la selección española en los europeos de Stadskanaal (Holanda), en un equipo con figuras como David Bravo, doble campeón de España paralímpico en triple salto y salto de longitud o Abderrahman Ait Hhamouch, doble medallista en Pekín en medio fondo.
Desde entonces Dani domina con claridad el atletismo castellano y la natación, de la que es campeón regional de 50 braza y 50 espalda, con su club, el Sprint de León, y ha revalidado en sucesivos nacionales sus medallas de longitud y triple salto.
Sus triunfos en los campeonatos regionales, nacionales, millas urbanas, criteriums y pruebas de decatlón y ciclismo nos han pasado desapercibidos para las autoridades deportivas, que han visto en él a una de las estrellas más precoces y con más proyección de nuestro deporte, integrándole en el proyecto Liberty, un equipo formado por una veintena de jóvenes promesas del deporte con discapacidad física, psíquica o parálisis cerebral.
Con poco más de un año de vida, el equipo Liberty Seguros, impulsado por el Comité Paralímpico Español, con el apoyo de varios patrocinadores se ha propuesto detectar y formar a jóvenes promesas de varias modalidades deportivas. En atletismo, la disciplina donde más se ha avanzado en el proyecto, Dani, y otros valores en alza como Montse Mellado o Daniel Ayora pueden, gracias a este proyecto, emplear el mejor material deportivo adaptado, usar las instalaciones de primer nivel de la federación, aprender con los mejores técnicos paralímpicos, mejorar su técnica y preparación física y compartir experiencias y aprendizaje con las grandes figuras de nuestro deporte adaptado o los becados del programa ADO. En este tiempo, Dani ya ha podido asistir a dos concentraciones, en el centro deportivo de San Javier y en el Centro de Tecnificación Deportiva Infanta Cristina de los Alcázares, ha asistido a pruebas nacionales e internacionales que si no habrían estado vedadas para él, por motivos económicos y dispone de un seguimiento continuo en su formación.
“He mejorado mucho desde que estoy en el programa, pero debo ser humilde y recordar que tengo mucho que aprender y que crecer”.

Ya está en la universidad, y ya no es aquel adolescente desconocido. Pero sigue siendo humilde, sigue creciendo, y sigue lleno de ilusiones. “En España hay grandes campeones como David Casinos y Ruth Aguilar, mi trabajo es coger el testigo en Rio de Janeiro. Mi objetivo ser útil, y ser feliz, haciendo deporte”.

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