
Eso de que el buen paño en el arca se vende es un refrán que no parece ir con Cantabria, que desde hace años parece fiada en su futuro y su riqueza al turismo. Tanto, que Altamira se ha convertido en estas últimas semanas en base del debate político y ciudadano en la región, anteponiéndola, por momentos, a problemas que, aparentemente, parecen más serios y perentorios. Siendo mala, podría decirse que con Altamira y el Racing le ha venido Dios a ver al gobierno, y autoridades en general, manteniendo, en parte, a la opinión pública con la oreja ocupada.