Los Reyes
Católicos fueron los monarcas que permitieron superar la crisis bajo medieval y
la construcción de un estado moderno, en plena época renacentista. Vamos a
intentar responde en esta pregunta a estas cuestiones:
1. La
explicación del tema comienza aludiendo que durante la baja Edad media llegan
al poder los Trastámara en Aragón y Castilla, pero que alcanzarán distintos
poderes en cada reino
2. Isabel y
Fernando se casan, constituyendo una Unión Dinástica
3. Isabel
comienza a desarrollar el estado
4. Este
adopta la forma de una Monarquia autoritaria en Castilla
5. Para los
cual desarrollan nuevas instituciones
6. Con el
apoyo de los privilegiados, se desarrollan privilegios como la amortización
7. Sentadas
las bases del estado se inicia la expansión, describe líneas y escenarios.
Durante la Baja Edad Media la Península atravesó una
profunda crisis. Rebeliones campesinas (remensa o irmandiña), crisis urbanas,
hundimiento económico, enfrentamiento nobiliarios, crisis del prestigio de la Iglesia (Cisma de Avignon)
y guerras civiles. En Castilla, a la muerte en la guerra civil del siglo XIII
del rey Pedro I, los nobles llevaron al poder a Enrique II de Trastámara,
arrancando a la corona importantes privilegios (las mercedes). En Aragón, los
conflictos civiles se saldaron con el Compromiso de Caspe, que llevaron al
poder a los Trastámara (Fernando I), consolidando una monarquía débil y
limitada por las cortes de cada reino (pactismo).
A fines del
siglo XV, los enfrentamientos entre la nobleza castellana y Enrique IV
apartaron del poder a su ambiciosa hija Juana (la Beltraneja ) y llevaron
a la sucesión a su hermana Isabel (Pacto de los Toros de Guisando). La joven
Isabel se casaría en esos años finales del siglo con el heredero aragonés
Fernando II, uniendo las dos coronas, tras lo que impondría su voluntad y poder
en Castilla.
Sin
embargo, ambos reinos mantenían una organización política muy diferente,
pactista en Aragón, más autoritaria en Castilla, ella es la causa del primer
gran rasgo de la nueva monarquía, la Unión Dinástica o personal, pero manteniendo cada
reino sus instituciones, leyes, costumbres y poder. Un nuevo estado asimétrico.
Y ese es el
segundo rasgo a abordar, un estado. Durante la crisis bajo medieval se había
hecho evidente la necesidad de una organización política más fuerte, capaz de
organizar comunidades más grandes, más complejas, donde las ciudades y el
comercio tomaban protagonismo, escapando del control de las rígidas
jurisdicciones señoriales. Junto a ello, y tras la caida de Bizancio, habían
llegado a Europa nuevas teorías jurídicas (de origen romano, el imperio del que
había surgido Bizancio), que defendían el predominio del poder de los reyes
sobre los demás grupos (cesarismo). Así se definía la nueva organización como
un conjunto de leyes e instituciones racionales, impersonales, superiores e
identificables.
En Castilla
el nuevo estado adoptó la forma de una Monarquía Autoritaria, una monarquía que
asumía ahora cuatro grandes facultades (judicial, fiscal, diplomática y militar),
para lo cual de desarrollan viejas instituciones (las cortes, representación
paritaria de nobleza, clero y ciudades libres) y de nuevos órganos que ayuden a
la reina a aplicar su poder (polisinodio o asambleas de nobles, clérigos y
burgueses que asesoran a la reina y aplican sus decisiones en temas concretos,
audiencias o tribunales territoriales de justicia, ejercito profesional y
permanente, corregidores en los ayuntamientos, virreyes o gobernadores
provinciales o Santa Hermandad) y del apoyo social necesario para afrontarlo,
caso de la nobleza (que a cambio obtendrá el privilegio de la amortización
(vinculación indisoluble sobre la tierra que posee) o el clero (que a cambio de
ejercer un monopolio moral y religioso sobre el reino aceptará el patronato (derecho
de la monarquía a controlar cargos y rentas).
La
importancia, por tanto, reside en que los RR.CC. son el primer paso hacia la
constitución de un Estado español. La monarquía de los RR.CC significó el
tránsito político de una monarquía débil y feudal a un estado moderno sostenido
en la forma de una monarquía autoritaria, que adopta una idea federal para
salvar las diferencias entre Castilla y Aragón
Es el
transito político de una monarquía débil y feudal a un estado moderno definido
como un sistema de gobierno, una estructura de poder, donde todos los poderes
fragmentados del mundo feudal medieval (territoriales, administrativos,
militares, fiscales, judiciales) se concentran en la persona del rey.
Significa
el final de la reconquista y la creación de una identidad "nacional"
de fuerte componente religioso.
Y significa
la superación de la crisis bajo medieval, el cierre de los conflictos y guerras
civiles y el inicio de la expansión de España fuera de sus fronteras.
El primer
objetivo fue la unión peninsular
La nueva
monarquía estableció como una de sus prioridades la expansión del reino. En
algunos casos la causa fue la defensa de la fe católica, en otros la defensa o
ampliación de su espacio vital económico, en la mayoría una forma de
apropiación de rentas feudal, la expansión, colocando a Europa bajo su dominio
para explotarlo, y también el aislamiento de Francia, su gran rival continental
en aquel momento.
La guerra.
No fue empleada de forma generalizada y destacó en ella la capacidad de liderazgo
de los reyes, y la innovación en tácticas y organización, de lo ya era el nuevo
ejercito permanente español. Ejemplos fueron la guerra de Granada, que cerró la
reconquista, unió a la sociedad castellana en un empeño común y experimento
nuevas formas militares.
Las Guerras
de Italia, donde la nueva Monarquía se enfrentó a Francia por el dominio del
Mediterráneo occidental, tras lo que vendría la disputa de los ricos mercados
belgas y holandeses.
Las tropas
castellanas, dirigidas por El Gran Capitán, creador de los tercios, derrotaron
a los franceses, que pese a mantener Milán hubieron de renunciar a la resto de la Península Italiana.
Las Guerras
del norte de África intentaron enfrentarse al infiel, cortar la posibilidad de
una invasión peninsular y proteger las vías de comercio mediterráneo. Fue
elemento importante la política del cardenal Cisneros, regente del reino la
muerte de Isabel.
La
diplomacia. La política de alianzas matrimoniales fue el recurso mas usado. Los
reyes casaron a sus hijas con la finalidad de que los hijos de esos matrimonios
fueran creando una tela de araña de alianzas en torno a Castilla. Los objetivos
prioritarios fueron Inglaterra, Borgoña y Portugal, en el ánimo de aislar a
Francia. También se inscribe en esta política la aproximación a Navarra, que
permitiría su incorporación “pacífica” a Castilla en el XVI, acercándose a si a
la obsesiva unidad peninsular.
La
colonización y exploración científica. Las razones de esta vía son varias.
La
necesidad de conseguir nuevas rutas de comercio con los mercados asiáticos,
ante la imposibilidad de acceder a ellos por la ruta mediterránea, cortada por
los turcos tras la caída de Bizancio. La sospecha, cada vez mas fundada, de que
la tierra era redonda (teorías renacentistas), con lo que se podría acceder a
China por el Oeste. El desarrollo de nuevas técnicas (brújulas, portulanos,
barcos mas rápidos como las carabelas, astrolabios para calcular posiciones)
que permitían adentrarse en el mar en exploración. La búsqueda de nuevas
tierras y zonas de explotación.
Castilla
rivalizo con Portugal en este camino. Tras la guerra civil de Enrique IV se
firmó el tratado de Alcacovas-Toledo, que significaba la renuncia portuguesa a
las Canarias, al que seguiría el de Tordesillas, después de llegar Colon a suelo
americano, que repartía el mundo recién descubierto en dos grandes áreas. Dos
episodios marcaron los descubrimientos castellanos: La conquista y colonización
de las Canarias por Betancourt, que estableció una importante base de
operaciones en el Atlántico y la conquista de América por Colón, aunque este
muriese suponiendo que había llegado a China.
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