Comenzamos
con este tema la Edad
contemporánea, en un final del siglo XVIII en el que no solo la nación, invadida
por Francia, afrontaba una situación crítica, sino que la monarquía y el
sistema daban sintomas evidentes de agotamiento, y de final de una era, la del
imperio.
Como siempre, antes de empezar vamos a fijarnos en este vídeo de la practicopedia para situarnos brevemente en el enredo internacional y palaciego que va a desembocar en la Guerra de la Independencia
1. Carlos
IV, el rey de la crisis
El final
del AR se fraguó en la incapacidad reformista de los privilegiados. Pero tuvo
su marco temporal en el reinado de Carlos IV. Este reinado (1788-1808) fue un
periodo de crisis continua motivada por:
a- fue una
etapa de crisis económica. El crecimiento económico de las décadas anteriores
se agotó, lo que frustró las expectativas de diversos sectores de la población
y agudizó la conflictividad social.
b- cambió
el contexto internacional con el desarrollo de la Revolución Francesa.
La monarquía española se vio inmersa desde 1793 hasta 1814 en un prolongado
ciclo de guerras contra las dos grandes potencias mundiales, Francia y Gran
Bretaña. La guerra y sus gastos marcaron negativamente al imperio colonial y a
la hacienda, paralizando la política de reformas
c- Pero la
crisis fue ante todo política y llegó a afectar al propio prestigio de la
monarquía. El momento culminante de este desprestigio y desgobierno, se
produciría en 1808, cuando mediante los abyectos Pactos de Bayona, el rey,
empleando un sentido muy patrimonial, abdico en beneficio de un rey extranjero:
Napoleón
La crisis
fue, en realidad, y en medio de un proceso internacional liberal, el triunfo de
las tesis rupturitas, ante las reformistas, ante los graves problemas del país,
y que esencialmente eran:
- Gastos
del estado crecientes e ingresos fijos y estabilizados por causa de las
exenciones de los ricos, lo que unido al agotamiento de la capacidad de
tributaria del Estado llano llevarán a la bancarrota en varias ocasiones.
Disparidad
entre la capacidad y posibilidades de la burguesía y el papel político que
representaba. La capacidad de la burguesía para generar riqueza, privada y
pública, no se correspondía con el limitado papel político y social que
desempeñaba. Esta situación la llevó a adoptar posturas muy críticas frente la
irracionalidad del sistema, tal como habían puesto de relieve los ilustrados.
Incapacidad
nacional de generar recursos materiales e intelectuales para su crecimiento,
hecho solo solucionable rompiendo la vinculación de la tierra, y eliminado las
trabas al desarrollo educativo, comunicativa y científico.
2. EL
INICIO DE LA CRISIS DEL
ANTIGUO RÉGIMEN (1789-1808). EL REINADO DE CARLOS IV
A la muerte
de Carlos III en 1788 le sucede su hijo Carlos IV, que se había casado con
María Luisa de Parma. Inicialmente mantuvo a los ministros de su padre, caso de
Floridablanca, lo que dio un cierto aire de continuidad a esos tiempos.
Sin
embargo, pronto (1789) la situación internacional marcaría al gobierno, a
través de guerras, crisis agrarias y de subsistencias, los gastos militares y
la inflación que generaron, las epidemias, así como por un déficit galopante.
Los males
venían también del reinado anterior, en el que las reformas no habían llegado
hasta sus últimas consecuencias. Los ministros más reformistas, caso de
Olavide, Ensenada, Macanaz, etc., terminaron en prisión o desterrados. Carlos
IV heredó instituciones como la
Mesta , los señoríos, la Inquisición , los
municipios controlados por las oligarquías agrarias, los estamentos: las
estructuras, en definitiva, que algunos ministros ilustrados trataron de
cambiar o reformar en profundidad sin lograrlo. Todos este conjunto de
circunstancias, propias y heredadas, contribuyeron a que el sistema se colocara
al borde de la bancarrota.
En estas
circunstancias, surgió la figura del ambicioso y manipulador Manuel Godoy, de
quien se decía que mantenía relaciones íntimas con la reina (e incluso con el
rey). Que manejando hábilmente a estos dos , controlaría el reino a su
capricho.
Una de las
primeras tareas de Carlos IV fue convocar Cortes para jurar al príncipe
Fernando, el futuro Fernando VI, como heredero de la corona. En las sesiones se
aprobó una Pragmática Sanción que derogaba la Ley Sálica , que impedía
reinar a las mujeres. La
Pragmática no fue publicada en el diario oficial del reino,
requisito absolutamente necesario para que entrara en vigor. Esta omisión
traería graves consecuencias al país en 1834.
3. LAS
CAUSAS ESTRUCTURALES.
3.1. Crisis
económica y política
El
crecimiento económico comenzó a frenarse en las décadas de los ochenta y
noventa. Las causas fueron diversas según las regiones, pero, en general,
estaban relacionadas con el carácter extensivo del crecimiento anterior: la
caída de los rendimientos al cultivar tierras menos productivas.
A ello se
unió el estancamiento demográfico desde la década de los noventa. La pérdida de
las cosechas de cereales provocaba crisis de subsistencia, que daban lugar a
hambrunas generalizadas que elevaban enormemente la mortalidad. Junto a ellas
la gripe y la fiebre amarilla mermaron el potencial demográfico español. La
pervivencia del Antiguo Régimen limitaba el alcance de las medidas que podrían
solucionar los problemas de las crisis de subsistencia y la caída de la
producción agraria. La superación de la crisis económica dependía de la
introducción de métodos intensivos capaces de mejorar la producción. Pero ello
requería grandes inversiones de capital.
Los
cultivadores campesinos carecían de capital suficiente. Los grupos
privilegiados, no se plantearon las inversiones productivas, debido a su
mentalidad y a que ello no les reportaban beneficios evidentes sobre una
propiedad, que por ley no podían perder, loo que limitaba también su liquidez.
Así, la estructura social del Antiguo Régimen condicionaba las posibles
soluciones a la crisis.
3.2. La
crisis fiscal de la monarquía absoluta
Las guerras
tuvieron un elevado coste económico y provocaron la práctica bancarrota de la
hacienda real. Los ministros de Carlos III habían puesto en marcha diversas
reformas para aumentar los ingresos, pero todas chocaron con la exención de los
privilegiados del pago de los impuestos directos, sobre todo en la Corona de Castilla.
Con las
guerras, las deudas crecieron y los ingresos procedentes de América se
redujeron. La Corona
se vio obligada a recurrir a nuevas medidas fiscales, como el aumento de la presión
fiscal, la emisión de títulos de deuda pública o la contratación de empréstitos
en el extranjero con cláusulas muy exigentes. Finalmente, en 1798 se recurrió a
la desamortización es decir, la venta en pública subasta de parte de las
tierras pertenecientes a la
Iglesia. Los ingresos de las ventas fueron absorbidos por los
gastos de la guerra. Esta medida atacaba directamente uno de los pilares del
Antiguo Régimen, y abría la posibilidad de eliminar otros muchos elementos del
sistema.
Los
problemas de la hacienda no se resolvieron y se convirtieron en un factor
determinante en la crisis cada vez más profunda de la monarquía absoluta. La
población no podía aportar más recursos, sometida como estaba a una grave
crisis económica y de subsistencia. Las únicas vías para aumentar los ingresos
eran extender la fiscalidad a todos los privilegiados y promover la venta de
propiedad amortizada. Pero esas vías atacaban los fundamentos sociales del
Antiguo Régimen.
3.3. La
crisis del comercio colonial
Como
consecuencia de los conflictos bélicos en que se vio inmersa la monarquía de
Carlos IV, el tráfico mercantil con América se redujo drásticamente. Fue muy
grave la guerra marítima con Gran Bretaña. La armada británica del almirante
Nelson derrotó a la española en 1797 y en 1805, en la batalla de Trafalgar. Los
británicos, dueños de los mares, controlaron e interrumpieron el comercio entre
España y América y entorpecieron las entradas y salidas del puerto de Cádiz.
A partir de
1796, España perdió el monopolio con América y otros países comerciaron
directamente con los territorios americanos.
La crisis
del comercio colonial afectó a aquellos sectores que hasta entonces dirigían
sus productos agrarios y manufactureros al mercado americano y a los ingresos
de la hacienda. Mostró también a los comerciantes criollos los beneficios de
acceder al mercado europeo sin la intermediación de la metrópoli. La guerra y
la incapacidad de la monarquía contribuyeron, de este modo, a estimular ideas
favorables a la emancipación de las colonias.
Godoy, el valido
4 LAS
GUERRASY SUS CONSECUENCIAS
Los inicios
del reinado de Carlos IV coincidieron con el estallido de la Revolución Francesa ,
que cuestionaba los fundamentos políticos y sociales del Antiguo Régimen.
Inicialmente,
la monarquía cerró las fronteras a la propaganda revolucionaria procedente del
país vecino y acentuó la censura contra las críticas que se realizaban desde
España a la estructura de poder imperante. Pero tras ello, el gobierno decidió
atacar a la
Francia Revolucionaria , por defender esta los valores
contrarios a su sistema. Y he aquí el gran dilema. ¿Atacar al aliado
tradicional, el único país que con garantías podría ayudarnos en nuestra lucha
permanente con Inglaterra, o mantener l alianza con un país anticatólico,
antimonárquico y contrario al antiguo régimen, para así mantener un aliado
frente a los ingleses?
Tras la
ejecución del Luís XVI en 1793, el dilema se resolvió. España se alió con Gran
Bretaña y Portugal, pero, a pesar de esto, los ejércitos franceses invadieron
zonas vascas y catalanas en 1794. Ante la inhibición política de la monarquía,
los municipios organizaron su propia defensa. La Guerra Gran , como se
conoce en Cataluña este conflicto, provocó la formación de Juntas de defensa
militar por primera vez en la historia de España, organismos populares que
serian protagonistas en las guerras liberales del XIX.
La grave
situación militar llevó a la firma de la
Paz de Basilea en julio de 1795. Por este tratado Francia
obtuvo un trato preferente en el comercio colonial, así como la cesión de la
parte española de la isla de Santo Domingo. España se convirtió en la práctica
en un Estado supeditado a los intereses franceses. Se retornaba al espíritu de
los pactos de familia mediante la alianza hispano-francesa. Pero Godoy intento
ir más lejos. La emergente Francia revolucionaria aparecía como el socio ideal
para el dominio mundial. Así, en 1796, tras la firma del Tratado de San
Ildefonso son Francia, España, mas en beneficio del francés, que del suyo
propio, se lanza contra su previo aliado y ataca a Inglaterra en 1796. Esta
subordinación política llevó al conflicto naval con Gran Bretaña, la primera
potencia marítima mundial. Las hostilidades se abrirían en 1797, y tendrían
como hecho mas significativo la derrota naval en el Cabo San Vicente. Visto el
abismo al que la política de Godoy conducía, el rey, bajo grandes presiones,
relevaría del poder a Godoy en 1798. Ya para entonces la guerra empeoraba,
España había perdido Trinidad y varias islas del Caribe frente a los ingleses,
y el comercio estaba casi paralizado.
La llegada
al poder en Francia, en 1800, de Napoleón Bonaparte, y el deseo de este de
controlar Europa, reavivan el interés francés por la Península , su imperio y
su flota. Pero controlar nuestro país, el corso precisa de un hombre fiel en el
gobierno, lo que hace que presione a España para que Godoy recupere su cargo,
firmando el Segundo Tratado de San Ildefonso. La guerra se recrudece España
sigue los intereses de Francia y la ayuda en su intento de neutralizar a
Inglaterra, pero la derrota ante Nelson en Trafalgar da al traste con todos los
planes. Desde ese momento, España queda a merced de su aliado y de sus
enemigos, a la vez que Francia, que desconfía de un gobierno sin capacidad, y
sobre el que pende la sombra de un golpe de estado que podría hacer cambiar su
política de alianzas, planea la intervención militar en España para ejercer un
control directo. El Motín de El Escorial, que llevaría al trono a Fernando VII,
el Tratado de Fontainebleau, que permitirá a Francia introducir su poderoso
ejercito en España, o los Tratados de Bayona, por los que la familia real se
entregaba a Napoleón y le regalaba el trono, son elementos que marcan el final
de esta crisis.
Además de
las pérdidas demográficas, las consecuencias de este ciclo de guerras continuas
fueron básicamente dos: el endeudamiento de la hacienda real y la crisis del
comercio colonial.
5. LA CRISIS POLÍTICA DE
LA MONARQUÍA
Con ser
graves los problemas descritos, lo determinante en la quiebra del Antiguo
Régimen fue la crisis política de la monarquía, que hemos ido describiendo y
que se prolongaría hasta el siglo siguiente.
Las
dificultades interiores y exteriores, y la incapacidad para resolverlas,
condujeron a una profunda crítica, que llevó al enfrentamiento de la nación con
Godoy, ministro y hombre de confianza de Carlos IV, y finalmente con el propio
rey. El descontento procedía de distintos ámbitos sociales y políticos:
. Sectores
privilegiados de la Iglesia
y de la nobleza eran contrarios a la política de Godoy de fortalecimiento de la
voluntad real y de medidas fiscales que cuestionaban los derechos de estos
grupos (impuestos, desamortización).
. Algunos
escritores y políticos difundían clandestinamente desde España y Francia una
literatura cercana a los presupuestos ideológicos de la Revolución Francesa.
• En
algunas ciudades y pueblos se produjeron movimientos de oposición al
absolutismo que, aunque fallidos, no dejaron de inquietar a las autoridades.
. El
malestar popular se tradujo en motines de subsistencia y conflictos agrarios
contra el pago de derechos señoriales, que jalonaron los años finadles del
siglo XVIII y primera década del XIX.
La
monarquía comenzó el siglo XIX inmerso en un proceso de pérdida de credibilidad
y de crisis de legitimidad. Derrotada en las guerras, era incapaz de garantizar
la defensa del territorio. Sin los caudales de América, se cerraba toda
posibilidad de reforma. En este contexto de crisis se impuso entre los sectores
privilegiados la idea de que la solución a todos los problemas era la
eliminación de Godoy, la abdicación de Carlos IV y la entronización de su hijo
Fernando. Se produjo, así, una conspiración palaciega en 1807, que fracasó, y
en marzo de 1808 triunfó el motín de Aranjuez. Godoy fue encarcelado y Carlos
IV fue obligado a renunciar a la
Corona a favor del príncipe Fernando.
Al mismo
tiempo, España, sometida a las injerencias de Napoleón, firmaba el Tratado de
Fontainebleau (1807), que preveía el reparto de Portugal, aliado de Gran
Bretaña, y autorizaba la entrada de los ejércitos napoleónicos en España.
Repasemos lo anterior y veamos como se desarrolla la guerra en este vídeo
6. LA
GUERRA DE LA INDEPENDENCIA
Como hemos
visto en el tema anterior, el Antiguo Régimen, había entrado desde el reinado
de Carlos III en una profunda crisis en la que se mezclaban elementos
estructurales (parálisis del mercado de tierras, privilegios, crisis fiscal,
endeudamiento.), y circunstancias coyunturales asociadas a la debilidad del rey
Carlos IV, a la sazón , el que viviría la crisis.
Sucintamente,
Carlos IV se había abandonado a los dictados de su favorito Manuel de Godoy,
que con una política errática y poco consistente en materia fiscal y de
desamortización, se había ganado la enemistad de los privilegiados, a la postre
los sustentadores del Antiguo Régimen, con lo que el gobierno se quedaba apenas
con apoyo social. El estallido de la revolución Francesa coloco a España en la tesitura
de apoyar a su revolucionario aliado o enfrentarse a él, con lo que quedaba
sola en la disputa mundial contra Inglaterra. La Guerra contra Francia fue
la decisión, formando parte España de una coalición internacional absolutista.
El conflicto fue un desastre, y España tras rendirse a los revolucionarios (Paz
de Basilea) se unió a estos (Tratado de San Ildefonso), con lo que Europa
quedaba dividida en dos bloques, España y Francia (dos países muy heterogéneos)
contra el resto. El inevitable choque contra Inglaterra se saldaría con la
derrota del cabo San Vicente, que en España fue entendida como signo del mal
gobierno, del error de las alianzas y del presagio de un desastre naval que nos
dejaría sin flota y, por tanto sin imperio. Lo peor es que la alianza con
Francia facilitaba la influencia revolucionaria de este país, que calaba en
capas de la población urbana que venían demandando, desde hacia tiempo, una
apertura que acabase con privilegios y el atraso económico. La llegada al poder
de Napoleón y sus sueños de grandeza solo empeoro las cosas. El Emperador de
los franceses ambicionaba dominar Europa, colocarla bajo dominio francés y
extender los ideales revolucionarios, y precisaba para ello la flota y el
imperio español. La Guerra
volvió y España perdió su horizonte americano en Trafalgar. Tras el desastre,
el príncipe heredero destrono a su padre y aparto a Godoy del poder en el Motín
de Aranjuez. Perdida la flota, la única posibilidad que le quedaba a Napoleón
era el bloqueo Continental, el ahogamiento económico de Inglaterra, para lo que
debía evitar que cualquier país comerciara con los británicos. Pero el cambio
de monarca en España, creaba dudas sobre la fiabilidad de su alianza. Temiendo
que España bajo el dominio de Fernando VII cambiase de bando idea un plan para
controlar el país. Consigue que el gobierno permita introducir sus tropas en
España, so pretexto de que se dirigen a Portugal, país amigo y aliado de
Inglaterra (Tratado de Fontainebleau) y la renuncia de los reyes, al
intermediar en sus disputas familiares y aprovechando su debilidad (Pactos de
Bayona). Así, sin reyes y con su ejército dentro, se hará con el país colocando
a su mando a su hermano José I. La negativa popular a aceptar esta situación
desatará la Guerra
de la Independencia.
7.EL PRIMER
LIBERALISMO
Uno de los
aspectos más importantes de la guerra que se iniciaba se encuentra en el hecho
de facilitar un cambio de régimen, sustituyendo el señorial por un régimen liberal
no democrático, que quedaría implantado en España en la primera parte del nuevo
siglo
El
conflicto modifico las bases de la sociedad estamental y el sistema político,
es la revolución liberal
La guerra
de la Independencia
entre 1808 y 1814 contra Napoleón fue escenario de ensayos políticos diversos,
que buscaban solucionar el vacío de poder creada en 1808, tras el motín de
Aranjuez y la salida a Bayona de la familia real.
En síntesis
debes tener en cuenta que el régimen naciente se sostendría en varios pilares:
-Desaparición
de estamentos, privilegios y régimen señorial
-aparición
de un sistema legal de igualdad y derechos políticos reconocidos a los
ciudadanos (la nación, no el pueblo)
-un régimen
monárquico constitucional, esto es una monarquía limitada
-división
de poderes, con toma de importancia de las cortes
-régimen
constitucional, con una ley escrita, suprema e igual que evitara los abusos y
la interpretación personal de la ley
-voto y
participación de la población a través de partidos políticos
-aparición
de los primeros signos de capitalismo
-desarrollo
urbano e industrial
-pero con
eso y con todo, es un régimen burgués, hecho a su medida e intereses
8. EL
DESARROLLO DE LA GUERRA
La
abdicación de Carlos IV en marzo de 1808 y la ocupación francesa del territorio
dieron comienzo a la guerra de la Independencia (1808-1814), en cuyo marco se
transformarían las viejas estructuras políticas y sociales que habían dado
forma a la monarquía absoluta.
En 1808,
Napoleón era el verdadero dueño de Europa en aquel momento, escapando de su poder
Inglaterra, y Rusia, aunque esta actuaba como aliada. El destronado Carlos IV
(1788-1808) Y el nuevo rey, Fernando VII (1814-1833), esperaban contar con su
apoyo. Sin embargo, Napoleón obligó a una sucesión de abdicaciones y eligió a
su hermano José como rey de España, quien reinó con el nombre de José I
(1808-1813). Sin embargo sus planes fracasaron por la negativa de la población
a permitir la perdida de la independencia como nación. Sabida la salida de los
reyes, y la entrada del ejército del general francés Murat, el pueblo de Madrid
dirigido por mandos intermedios como los oficiales Daoiz, Velarde y Ruiz, se
enfrento a los franceses el 2 y 3 de mayo de 1808. El levantamiento popular fue
un fracaso bañado en sangre, pero el ejemplo se extendió como la pólvora y toda
España se levanto contra el francés, que no pudo en esos primeros meses
controlar plazas tan importantes como Gerona o Zaragoza, en sus líneas de
transporte, bien defendidas.
9. LA FORMACIÓN DE LAS JUNTAS
El ejército
y las instituciones del país asistieron pasivamente a la represión francesa
contra los patriotas. Así, se creó una situación de gran desconfianza y de
vacío de poder que obligo a los sublevados a crear su propia estructura de
mando: las Juntas locales y regionales, que en septiembre de 1808 se reunieron
en la Junta Suprema
Central Gubernativa del Reino.
Las Juntas
surgieron al margen de las autoridades tradicionales y asumieron la autoridad
en nombre del pueblo, que por primera vez se convertía en protagonista de la
acción política.
Las Juntas
eran organismos políticos espontáneos que asumieron el poder en su ámbito
territorial, al margen de la legalidad establecida. Su programa político
inicial consistió en la negación de las abdicaciones de Bayona, organizar la
resistencia militar y asumir el poder sin limitaciones.
Las Juntas
no tenían un carácter popular en todos los lugares. En muchas partes estaban
formadas por nobles, oligarquías locales y grupos mercantiles. Políticamente,
sus individuos también eran heterogéneos. Había desde partidarios del Antiguo
Régimen hasta liberales. Sin embargo, todos tenían en común la oposición a los
franceses y la defensa de la independencia de España y de la monarquía de Fernando
VII.
10. LAS
FASES DE LA GUERRA
La guerra
de la Independencia
fue por una parte un conflicto civil interno entre los afrancesados,
partidarios de José 1, y los llamados «patriotas». Por otra, fue también un
conflicto internacional entre las dos grandes potencias, Francia y Gran
Bretaña, ahora aliada de España, que dirimían en la Península su lucha por
la hegemonía mundial.
Los
acontecimientos militares se sucedieron en tres fases:
• En la
primera, hasta finales de 1808, la sublevación popular se transformó en guerra
abierta, con episodios victoriosos como la derrota francesa en Bailen y la
resistencia tomó la forma de sitio, como ocurrió en Gerona y Zaragoza.
• La
segunda, desde finales de 1808 hasta 1812, se caracterizó por la hegemonía
militar francesa y por la actuación de la guerrilla, apoyada por las primeras
tropas inglesas y aliadas. Pese a ello, la llegada en persona de Napoleón, inclina
del bando francés los sitios de Zaragoza y Gerona, la toma de Madrid y la ocupación
de Aragón, Cataluña, Valencia…
• La última
fase, entre 1812 y 1813, se definió por la pérdida de posiciones de las tropas
francesas, embarcadas también en la campaña de Rusia, y el avance militar
español, con la cobertura del ejército ingles de Wellington y de la flota
británica. Así, el contraataque de las tropas españolas y anglo portuguesas al
mando del general Wellington, vence a un ejército francés en retirada en Arapiles,
Madrid, Vitoria y San Marcial.
A finales
de 1813 firma del Tratado de Valencia pondrá fin a la ocupación y el
reconocimiento de la independencia española, bajo el gobierno de Fernando VII
como rey de España, aunque las tropas francesas no abandonaron Cataluña hasta
1814.
El mayor
problema militar de Napoleón en España fue enfrentarse a las guerrillas, para
lo que sus tropas no estaban preparadas. Las guerrillas eran pequeñas partidas,
conocedoras del terreno, que hostigaban constantemente a los franceses y
amenazaban sus líneas de comunicación. Formadas de manera más o menos
espontánea por la población civil, rompían los esquemas militares. Desde el
punto de vista político, los guerrilleros no eran uniformes: los hubo
liberales, como El Empecinado o Espoz y Mina, y los hubo absolutistas, como el
cura Merino.
Imágenes ABC.es y ellaberintodelahistoriadelcamoens.blogspot
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