En esta penúltima entrega de los básicos de historia de España en segundo de bachillerato de Cantabria, vamos a estudiar la última fase de la República Española: "Explica las causas de la formación del Frente Popular y las actuaciones
tras su triunfo electoral, hasta el comienzo de la guerra."
Los sucesos de octubre del 34 reforzaron ante el electorado
conservador la posición de la
CEDA. La “amenaza” de clase obrera parecía que se encontraba
al fin con la oposición de un partido fuerte capaz de actuar sin miramientos.
España comenzaba a ser un escenario donde se enfrentaban las dos ideologías emergentes en Europa, el
fascismo y el stalinismo.
Amparado en
ese apoyo el gobierno radical-cedista suspendió el estatuto de autonomía de
Cataluña, redactó una nueva Ley de Reforma Agraria, que en la práctica anulaba
la anterior y sus conquistas sociales y reprimió con dureza los brotes de
rebeldía surgidos en la revolución de octubre.
Paralelamente,
desde principios de 1935 la debilidad de PRR, socio de los cedistas iba en
aumento. Altos dirigentes del PRR habían sido acusados y condenados por
comercio ilegal de bienes sometidos a impuestos y violación de las leyes del
juego (escándalo del estraperlo). Pero la gota que colmó el vaso fue el llamado
escándalo Nombela. Era el nombre de
un funcionario del gobierno que se había negado a pagar una cuantiosa y
fraudulenta indemnización al empresario catalán Antonio Tayá, que había perdido
dos barcos en la colonia de Guinea Ecuatorial, donde tenía la concesión de
transporte marítimo. El funcionario llevó su denuncia a las cortes,
descubriendo que Lerroux, presidente del gobierno y del PRR estaba directamente
implicado en el fraude. Viendo a su socio contra las cuerdas, y con la
oportunidad de erigirse en líder único del centro-derecha Gil Robles dejó caer
a su socio, dejo de apoyar el gobierno de coalición y pidió al presidente
Alcalá Zamora la presidencia para él y el gobierno en exclusiva para su
partido.
Sin
embargo, el presidente de la
República , ante el giro conservador del gobierno, la dureza
de la represión y la falta de mayorías claras decide suspender las cortes y
convocar nuevas elecciones para febrero
de 1936.
Pero no
serían unas elecciones normales. El país, tras los sucesos de 1934 y la
influencia de la crisis de la democracia europea y el auge de los
totalitarismos, estaba crecientemente fragmentado en dos bloques que cada vez
se odiaban más y estaban más alejados.
De una lado
el Frente Popular, un pacto
electoral formado por Izquierda Republicana, PSOE, PCE, POUM (Partido Obrero de
Unificación Marxista) y Esquerra Republicana de Catalunya. Este pacto agrupaba
a todas las izquierdas. Fuera del pacto, otro movimiento obrero, la CNT , no pidió como siempre la
abstención, si no que, perseguida y con muchos miembros en la cárcel, pidió el
voto para el FP. Su programa giraba en torno a la recuperación de las reformas
del Bienio Reformador y en conceder una amplia amnistía a los encarcelados en
la revolución de 1934.
En el otro
extremo, se encontraba el llamado por muchos “frente de la contrarrevolución o frente nacional
contrarrevolucionario”, articulado en torno a la CEDA , Renovación Española y
otros partidos menores, que intentaba movilizar a la burguesía y a los
propietarios para conseguir 300 diputados y así poder reformar la constitución,
aunque no se dijese en concreto de que manera y con que objetivo. Su debilidad
era no haber conseguido un acuerdo conservador en todas las provincias, lo que,
ante el sistema electoral de mayorías, le alejaba de sus objetivos
Fuera de
esos dos bloques se encontraban partidos nacionalistas moderados como la Falange , el PNV y algunas
candidaturas centristas, como la de Portela Valladares.
Aunque la
polémica sobre los resultados continúa hasta hoy, parece razonable pensar que
la izquierda ganó por un reducido margen de votos, pero el sistema electoral la
dio una amplia mayoría. Así el Frente
Popular obtuvo (Según Muñón de Lara) 257 escaños, por 139 de la derecha y 57 de
centristas y nacionalistas moderados (PNV y Lliga).
Los grandes
triunfadores, dentro del bloque izquierdista serian los republicanos de Azaña,
los nacionalistas catalanes de Luís Companys y los socialistas.
Con los
resultados en la mano, la izquierda se hizo con todo el poder. Removió de su
sitio al católico Alcalá Zamora y colocó en ese puesto clave a Manuel Azaña.
Sien embargo las disensiones se vieron pronto. El PSOE, dividido, se negó a
entrar en el gobierno, que sería formado solo por republicanos bajo el mando
del galleguista Casares Quiroga. El gobierno nacía así en minoría y con las
fuerzas obreras vigilantes.
En marzo el
gobierno comenzó a aplicar su programa
reformista:
- se amnistió a los represaliados
por la revolución de octubre de 1934
- se restableció el Estatuto
catalán
- Se alejo del centro del poder a
los militares sospechosos de ser contrarios a la república de izquierdas (Franco,
Mola y Goded)
- Se reanudó la reforma agraria,
aunque el cauce legal quedo pronto inactivo ante las ocupaciones de
tierras y el reparto de estas por los jornaleros y los sindicatos agrarios
de CNT y UGT
- Se comenzó a estudiar los estatutos
de autonomía de Galicia y País Vasco, terminados antes del verano estaba
prácticamente terminado en julio de 1936.
Pronto la iglesia se enfrentó a la
política anticlerical y los terratenientes a la ocupación de sus fincas, al tiempo que los
movimientos obreros se quejaban de la lentitud y poca profundidad de las
reformas tomándose la justicia por su mano.
Las
reformas no frenaron los vientos revolucionarios ni el resentimiento y la
oposición a las reformas de los grupos conservadores. La izquierda obrera no quería
una república burguesa, si no la revolución, y la derecha buscaba poner fin al
sistema democrático.
Desde el
mes de abril se sucedieron los enfrentamientos violentos entre grupos
falangistas y milicias socialistas, comunistas y anarquistas, al tiempo que un
creciente grupo de militares, instigados por la derecha preparaban una conspiración militar contra el gobierno
del Frente Popular avanzaba.
Entre los
civiles implicados se encontraban Gil Robles, Calvo Sotelo (Renovación
Española) y , José Antonio Primo de Rivera (Falange y de las JONS). Entre los
militares Franco, Goded, Fanjul, Varela y su líder, Emilio Mola. Muy pronto se
iniciaron los contactos con Mussolini y Hitler buscando apoyos internacionales,
de la misma manera que los sectores marxistas de la izquierda buscaban apoyos
en el Komitern.
En este clima de violencia y odios, el 12 de
julio era asesinado por extremistas de derecha un oficial de la Guardia de Asalto y
dirigente ugetista, el teniente Castillo. La respuesta llegó la siguiente
madrugada con el asesinato de José Calvo Sotelo por parte de un grupo de
miembros de las fuerzas de seguridad.
El gobierno
de Casares Quiroga, que no había decidido tomar medidas pese a las continuas
advertencias de las organizaciones obreras, vio como el 17 de julio de 1936 el
ejército de Marruecos liderado por Franco iniciaba la rebelión contra el gobierno
de la República ,
a lo que seguía, el 18 de julio la
sublevación de tropas en todas las regiones. Ese mismo día las milicias obreras
se armaban y se enfrentaban a los insurgentes. Comenzaba la guerra civil.
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