Las elecciones de noviembre de 1933 tuvieron como resultado un vuelco
electoral hacia el centro derecha, iniciándose el llamado Bienio Negro, Bienio
radical-cedista o Bienio rectificador.
Es difícil
establecer que la derecha se impusiera en las elecciones, pues los partidos de
centro republicano se aliaron en algunas circunscripciones con ella y en otras
con el PSOE, pero podemos dar por valido que la derecha obtuviera 3.365.700
votos frente a los 3.118.000 votos de la izquierda.
Sin
embargo, el presidente Alcalá Zamora,
quien tenía la potestad de nombrar al gobierno, se resistió a entregar el poder
a Gil Robles (líder de la derechista CEDA), por temor a una reacción airada
de la izquierda. Hay que tener en cuenta que en 1933 ya habían llegado al poder
los fascistas en países como Italia, Alemania o Hungría, por lo que muchos
grupos de izquierda veían en Gil Robles ese fantasma en España.
Para
solventar el problema, Alcalá encargo la formación de gobierno al Partido
radical Republicano de Alejandro Lerroux, que sería apoyado en las cortes por la CEDA.
Para entender esta confusa situación
de victoria electoral de la derecha y fuerte influencia social de la izquierda hay
que tener en cuenta varias causas.
C la
llegada de la II
República , muchos trabajadores albergaron esperanzas de
vencer a la miseria, la opresión, el hambre y la explotación. Como sabemos, en
los primeros años de la
República se pusieron en marcha muchas reformas de contenido
social, como la ley de accidentes de trabajo, la ley de términos municipales, o
la ley de Jurados Mixtos. Pero la crisis económica, que reducía los recursos
disponibles, y la oposición de los sectores más conservadores, ralentizaron las
reformas o las paralizaron directamente. Todo ello provocó el desencanto de las
clases populares y su abstención.
También es
un factor el hecho de que tras la crisis de casas Viejas la izquierda
republicana y la socialista se presentaran separadas, lo que les penalizaba
dada la ley electoral del periodo.
Tampoco hay
que olvidar que la Rusia
de Stalin tenia mucha influencia en las democracias de la época a través de la III Internacional , o Komitern,
lo que había aumentado el poder de influencia del PCE español, en la misma
medida que lo había hecho la CNT. Grupos
ambos cada vez más hostiles a los grupos de derechas de la época, en una
movilización “anti-fascista” permanente, una de cuyas acciones había sido aconsejar
a los trabajadores no votar en las elecciones de 1933, favoreciendo así a los
representantes políticos de la burguesía.
Todo ello
explica ese ambiente combativo en las calles contra un gobierno que había
obtenido la victoria electoral.
Para que
entendamos la situación es conveniente, también que comprendas que era la CEDA.
Ante las
dificultades de agrupar a más sectores, Gil-Robles tuvo que variar de discurso
y hacerlo más demagógico y populista para intentar arrastrar a sectores que
estaban sufriendo la crisis económica galopante de principios de los años
treinta: parados, trabajadores del campo ocasionales, pequeños propietarios
arruinados, etc. Era por tanto el partido de unas clases medias afectadas por
el miedo a los movimientos obreros muy ideologizadas, en un contexto de crisis
económicas.
Los
primeros meses fueron difíciles, entre críticas de la derecha de Gil Robles a esta
situación, desconfianzas de la izquierda y levantamientos obreros (como el de la CNT en Aragón y Rioja).
En los meses siguientes, el gobierno amnistío a los golpistas de 1932
(Sanjurjo), paralizo la reforma agraria y la entrega de tierras (Al tiempo que
los patronos hacia popular su grito de "¡Comed República!", se
eliminaron las escasas medidas que habían favorecido a los trabajadores. Así,
se suprime el turno de trabajo y las trabas que se pusieron a la selección
caprichosa de los terratenientes para dar empleo, quitaron topes salariales en
el campo y en la industria dejándolos al "libre intercambio entre
empresario y trabajador", promovieron el desahucio de miles de yunteros en
el campo,etc).
También se
crearon dotaciones económicas para culto y clero, se paraliza la reforma
militar y la laboral, regresando los abusos empresariales y los sueldos de
miseria en el campo y las fábricas. Junto a ello, los estatutos en tramite
fueron paralizados (vascos) o suspendidos los que estaban en vigor (catalán),
lo que provocó un duro enfrentamiento del presidente catalán Luis Companys con
el gobierno.
Mientras
las juventudes de la CEDA
y otros sectores de la derecha se radicalizaban, lo hacian en paralelo las
juventudes socialistas y otros sectores de la izquierda.
En octubre de 1934, la CEDA le retira su confianza al gobierno centrista
de los radicales de Lerroux y exige participación. El presidente de la República Alcalá-Zamora ,
a pesar de los temores que le inspiraba Gil-Robles decide indicar a Lerroux que
se incluyan tres ministros de la
CEDA en el Gabinete. Sin embargo, este nombramiento no es
aceptado por los partidos de izquierda, especialmente el PSOE, que esperaban
una convocatoria anticipada de elecciones generales.
La
consecuencia inmediata fue el inicio de la denominada Revolución de 1934, un movimiento huelguístico revolucionario que
se produjo entre los días 5 y 19 de octubre de 1934, alentado desde amplios
sectores y por importantes dirigentes del PSOE y la UGT , como Largo Caballero o
Indalecio Prieto y de forma desigual por la Confederación Nacional
del Trabajo (CNT), la
Federación Anarquista Ibérica (FAI) y el Partido Comunista de
España (PCE).
Pero a la CEDA , que manejaba al
gobierno de Lerroux , no le tembló el pulso. Se movilizó a la Guardia Civil ,
Guardia de Asalto, Ejército y hasta la Armada para sofocar la huelga revolucionaria.
La derecha
antirrepublicana aprovechó la insurrección de las izquierdas para incitar a una
"revolución auténtica y salvadora para España". Para esta extrema
derecha la revolución “rojo-separatista” de Octubre, como la llamaron, fue la
comprobación de que la “revolución antiespañola” estaba en marcha y de que sólo
podía ser vencida por la fuerza.
Incluso no
son pocos los historiadores que la
CEDA quiso aprovechar la situación para dar un autentico
golpe que aplastará a las fuerzas de izquierda como había hecho Musolini en
1925 tras asesinar al diputado socialista Mateotti o Hitler en Alñemania en
1933, tras el incendio del Reichstag.
A la CEDA no le templo el pulso y llamó
al ejercito de África dirigido por Franco, cuyas tropas tropas sofocaron la
revuelta catalana y bañaron en sangre la revolución minera de Asturias en medio
de una durísima represión. El balance, más de 1000 muertos y 30000 detenidos.
Condenados
a muerte los dirigentes de la rebelión fueron amnistiados por el presidente de
la republica Alcalá Zamora, lo que provocaría la marcha del gobierno de la CEDA.
La
debilidad subsiguiente del ejecutivo, la crisis económica, la radicalización
social y la crítica a la paralización de las reformas, junto al escándalo del
estraperlo (se trataba de que varios altos cargos y ministros del partido
radical de Lerroux habían autorizado al fabricante holanes Strauss a introducir
en España, en casinos ilegales, maquinas tragaperras a cambio de sobornos)
llevarían al presidente Alcalá Zamora a la disolución de las cortes y la
convocatoria de elecciones para febrero de 1936. Empezaba el final
Podemos,
finalmente, entender que la revolución de octubre acarrearía tres importantes consecuencias: el aumento de la
influencia de la CEDA
en el gobierno y el envalentonamiento de las derechas; la suspensión del
Estatuto de Cataluña y la represión que facilitó la unión de las fuerzas de la
izquierda que se presentarían unidas y muy activas en las siguientes elecciones.
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