Seguimos en
terreno especulativo, los rumores persisten y hasta que el día 30 el gobierno
no publique en el BOE el Real Decreto que regula la nueva selectividad, y las
autonomías y las universidades no acuerden en el mes posterior los reglamentos
de desarrollo, seguimos al borde del abismo con nuestros alumnos de 2º de
bachillerato, ignorantes (es un decir) de que les espera a la vuelta de seis
meses, y con un tercio del curso cumplido.
En
Cantabria, la prensa regional se hace hoy eco de lo que todos comentamos en
cursos, pasillos y grupos de whatsapp, la presión hace recular al gobierno
hasta posiciones parecidas a la de la antigua PAU. Esto es, un largo recorrido
de enfrentamientos y confusiones para volver al mismo sitio y perder por el
camino a los alumnos.
Según ya manifestó
el consejero de educación hace tiempo, y según había dejado caer la CRUE antes del verano, todo
apunta a un pacto para prorrogar un año la PAU , eso si, asumiendo los cambios en programas,
contenidos y currículo que la
LOMCE ya nos ha impuesto.
Lo que
parece claro es que los alumnos de 2º de Bachillerato tendrán una prueba muy
parecida en estructura a la vieja PAU que incluirá sólo materias de segundo
curso, que se aprobará a partir de 4 puntos y que significará el 40% de la nota
final de expediente, de cara a acceder a la universidad.
También
suponemos que se mantendrá el distrito único, la organización por parte de las
universidades y las habituales diferencias de nivel de contenido, dificultad y
fechas entre todas las autonomías.
También
creemos saber que los problemas presupuestarios y organizativos impedirán que
las pruebas de idiomas extranjeros sean orales y que las protestas ante la
simplicidad del método impedirán también que los exámenes sean en forma de
test, lo que impide valorar capacidades como la expresión y la estructuración
de ideas, por muy objetivo que lo vean algunos.
Podría ser
que la prueba estuviera estructurada en dos partes. Una primera común para
todos los alumnos y obligatoria para el acceso a la universidad. Esta parte
estaría compuesta por 4 exámenes, las de las tres comunes (Historia de España,
Lengua Castellana y Literatura y primera lengua extranjera) y en la que no se
podría optar por filosofía (salvo las comunidades en las que está incluida en
la oferta obligatoria, y que no sabemos que harán) y una cuarta asignatura que,
a diferencia de lo que ocurría hasta ahora no será una optativa de cualquier
modalidad, si no la troncal de la modalidad que estudian: Matemáticas II en el
caso de los alumnos de Ciencias; Latín o Matemáticas aplicadas a las Ciencias
Sociales, para los estudiantes de Humanidades; y Fundamentos de Arte, para los
de Artes.
La segunda
parte podría estar formada por dos asignaturas (o más y se escogerían como
hasta ahora las dos mejores notas una vez multiplicadas por el coeficiente de
ponderación), si no dos materias troncales de opción entre las que corresponden
a cada modalidad:
Biología,
Dibujo Técnico II, Física, Geología o Química, en el caso de modalidad de
Ciencias; Economía de la empresa, Geografía, Griego o Historia del Arte, para
los de Humanidades;
y Artes
Escénicas, Cultura Audiovisual y Diseño, para los de Artes.
Quedan
ahora dos escollos importantes, además de comprobar que esto es así. Que se
rehagan las coordinaciones bachillerato-universidad y que está apruebe los
reglamentos. Tras ello solo quedará ajustar la práctica de clase a las nuevas
exigencias y rezar. Mucho y constantemente.
Imagen de una reunión en mi colegio para ¿informar? de la forma de acceso a la universidad
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