¿Que ocurre
cuando el alumno enseña?. ¿Que ocurre cuando el alumno deja de ser un receptor
de información, y se convierte en fuente de esta?. Ocurre que entramos en una
forma mucho más inclusiva de la educación. O mejor dicho, entramos en la
educación real
Hasta ahora
hemos pasado por varias fases en la visión educativa de las TIC. Construir el
eje de la acción docente en torno a la tecnología, obsesionarnos con aparatos y
una amplia parafernalia de gadget y aplicaciones. Construir blogs y otras
plataformas para acceder al alumno soslayando la tiza y la pizarra y abrir
posibilidades de que en nuestros espacios digitales los alumnos pudieran
mostrar el trabajo que nosotros les planteábamos.
La idea de
CiberEspiral , cuando se adentró hace 30 años en la tecnología educativa, era respetar
los intereses de aprendizaje del alumno, y el ritmo que él sentía y precisaba.
El alumno debía establecer su proyecto, con nuestra ayuda, debía descubrir sus
necesidades con nuestro apoyo, debía llevarlas a la práctica con nuestra
colaboración, y debía asumir la responsabilidad de informar, opinar, transmitir
y coeducar a sus iguales, saltar barreras y crecer entre los mayores, más allá
de las paredes de un aula, con nuestro tímido amparo.
Desde sus
inicios Espiral fue una inspiración para muchos, yo entre ellos, que decidí
poco después crear un colectivo de alumnos (eolapaz) que recogiera y gestionara
esas necesidades y participara en el diseño de lo que hacíamos en el aula, y lo
que hacíamos como colectivo fuera de ella para aprender, para crecer y para
alcanzar sus sueños. Decidimos crear para ello un anillo educativo. Una web de
actualización semanal donde los alumnos mostraban el fruto de sus debates,
discusiones y proyectos semanales. Una revista donde diseccionar la actualidad
que les rodeaba, como ciudadanos críticos y constructivos. Entrevistar, analizar,
debatir, descubrir... siempre asumiendo la responsabilidad de que sus aventuras
intelectuales y emocionales, su aprendizaje, podía influir en los demás, al ser
públicas, al atreverse a mostrar al mundo la realidad con otros ojos, con los
suyos, no solo a percibirla pasivamente con los de los demás.
Esta web
diseñada, editada, construida con mimo cada fin de semana, cada viernes por la
tarde por ellos mismos, sería, además, la puerta de entrada al universo que
pretendíamos construir para enmarcar su educación. La web daría acceso y
presentaría una segunda, dedicada a organizar y facilitar materiales
propiamente educativos. Artículos, apps y su aplicación métodos de trabajo,
recopilaciones de ideas y su contextualización en nuestro entorno, videos
construidos por ellos, mooc, slide, ejercicios interactivos que permitieran a
los demás revisar su aprendizaje, realidad aumentada con JigSpace …
Pero la red
es inmediatez, y la educación es compartir en directo. Y además precisábamos
una herramienta de debate, algo con lo que discutir cada paso que dábamos, un
lugar instantáneo para que unos ayudasen a otros a resolver sus dudas, despejar
el camino boscoso en que habían decidido meterse, desenmarañar una herramienta
que no acababan de dominar, o recibir un rapapolvo de sus compañeros por haber
iniciado una ruta que los demás no veían, aunque él si. Así nacieron blogs,
revistas de papel, itinerarios con qr por la ciudad, espacios de lectura
compartida como el aula Ñ, la página de youtube, con sus programas satíricos de
“la séptima”, la página de Ivoox, con sus podcast, el grupo de facebook para
debates, el twitter que te avisa al instante y te permite compartir información
o quedar con tus compañeros, los espacios en la prensa, el foro, donde cada
jueves y martes de 8 a
10 se abre el espacio asesor, los debates informales en un bar de la ciudad o
las actividades con socios externos como los erasmus en Cantabria o los niños
de educación especial de nuestro colegio vecino, con los que representamos la
vida en la tarima de nuestro teatro.
Cada lunes
se ha hecho tan igual, y tan distinto, que se ha hecho para mí el momento más
deseado de la semana. Cuando entro en mi clase de historia, casi no hay mesas
porque las han retirado para hacer mejor la asamblea que decidirá la escaleta
de la semana. El delegado ya ha enchufado el cañón, y cada uno ya se apresura a
abrir el portátil o los iPads de su grupo de trabajo, e iniciar la discusión.
Cada vez más, se acercan al colegio el viernes por la tarde, fuera de las horas
de clase. Un alumno de 2º de químicas se ha ofrecido para dirigir un taller de
html, dos de ciencias de 1º de bachiller coordinan la exposición que la semana
que viene abriremos en el vestíbulo sobre Amnistía. Los de 4º están discutiendo
como plasmar en la web el trabajo de esa semana en “ELAS”, el proyecto sobre
igualdad de género que quieren llevar adelante, un padre de un alumno de 3º de
secundaria esta dirigiendo un taller para crear juegos que luego los mayores
desarrollaran con los alumnos de 6º de primaria y así enseñarles la crueldad de
la guerra en la historia. Paco Juanco, que estudia ADE ha montado un coloquio
con los de economía sobre nuevos tipos de empresa, que estos están grabando y
luego compartirán en youtube y eolapaz.com, y Jorge esta ayudando a Sonia, que
tiene problemas con su portfolio digital sobre matemáticas. Aunque sus
auriculares no engañan, están escuchando el programa de radio de Álvaro, un
alumno de 1º de publicidad, y su grupo de bachillerato, están haciendo una
entrevista por teléfono al vicerrector de estudiantes y muchos están atentos a
las novedades que desgrana sobre la selectividad de este año.
Todos están
aprendiendo, a su ritmo, en su interés, pero la vida la aprenden en común. Y
quienes les leen cada semana en sus blogs o sus web, miran por una ventanita
que ocurre dentro de un colegio, dentro de las vidas de jóvenes que se preparan
para ser ciudadanos. No se dan cuenta, pero están mirando el futuro.
Eso es lo
que te propone Espiral, no un producto, no un blog, no un resultado. Buscamos
tu intrahistoria, toda esa vida, toda esa luz que emana de tu aula, todo ese
caos ordenado en el que tus alumnos aprenden, mirándote con los ojos brillantes
de quien ve en su maestro la llave que le abre al mundo.
No siempre
gamificarás, no siempre harás APS, no siempre estarás en un proyecto de
realidad aumentada, porque casi siempre la educación solo son las palabras
entre un joven y su maestro, con tan solo el aire de por medio. Pero seguro que
algo (o mucho) de lo que has leído aquí lo haces, y eso es lo que te proponemos
este año en el premio espiral, no que nos muestres un resultado, si no que nos
cuentes y compartas con toda la comunidad educativa todos esos pequeños o
grandes pasos, todos esos proyectos, todas esas ideas, todos esos objetivos,
toda esa metodología toda herramienta que te permita mirar en global tu idea y
mejorarla. Te pedimos un susurro de inspiración de esos momentos mágicos que
convierten tu aula en un teatro de sueños
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