Es poco
conocido e igual ni te suena, pero Juanelo Turriano (versión española del
cremonense Janello Torriano) es uno de los inventores e “ingenieros” más
importantes del siglo de oro. Siempre en compañía de reyes y de grandes
artistas cono el escultor Leone Leoni creo en España algunos de los artefactos
más ingeniosos de la época, como el ingenio que en Toledo elevaba el agua del
Tajo hasta el Alcázar de Toledo, salvando una distancia de 90 metros .
Otra de sus
joyas sería la creación de un reloj
planetario (el Microcosmos) que le valdrá una importante recompensa del
emperador Carlos V. Era la consecuencia de las investigaciones que Turriano
había comenzado con un reloj más pequeño llamado “cristalino”, al que se le
podían ver los engranajes a través del cristal de roca sobre el que estaba
montado. Más allá de su belleza, ambos ejemplos resultaron en la época un
avance técnico tal que serían el primer precedente de los pequeños relojes
personales.
Entre sus
logros una autómata renacentista en forma de dama de la época que colocada
sobre una mesa, danzaba sobre toda la superficie, cual peonza, al son de un
tambor que ella misma tocaba.
Pues si
estos ejemplos te parecen atractivos no son nada comparado con la exposición
que han organizado la
Biblioteca Nacional y las principales instituciones de
Cremona y que reune documentos, libros y obras de arte que nos muestran su obra
y la contextualizan, descubriendo a uno de los grandes genios del renacimiento
europeo y que puedes ver hasta el 6 de mayo.
El
Arquímedes del XVI, como es conocido, fue el autor de la primera fresadora, un
instrumento llamado La máquina de Ctsibio y prácticamente cualquier obra
hidráulica o reloj de la España
del Siglo de Oro, aunque no todos este probado que surgieran de su talento,
dado que la fama del autor llevo en su tiempo a una exagerada mitificación de
sus habilidades
Con todo,
Turriano no sólo es el creador de múltiples ingenios, sino también un guía de
la época que se llegó a denominar “la edad de lo nuevo”, situada entre el renacimiento
de y la revolución científica y que ahora podremos disfrutar en la Biblioteca Nacional.
Imagen
Notodo.com
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