Como todo manifiesto, el fragmento presenta una estructura lógica compuesta por dos bloques de contenido. En el primero de ellos, que abarca hasta la séptima línea, aborda la parte argumentativa del texto, donde se analiza la realidad que justifica la actuación obrera-socialista. Tres “que” nos introducen en los tres conceptos marxistas empleados como herramientas de análisis: la lucha de clases, que enfrenta a los poseedores de los medios de producción con quienes no poseen nada (materialismo dialéctico); el control de la infraestructura de la burguesía que somete a los obreros, y en control por la burguesía del poder político (superestructura), en una alusión al caciquismo y el voto censitario vigente en la época.
Este bloque, por tanto, lleva a cabo el planteamiento de un problema: el papel político y económico preferente de la burguesía, propietaria de los medios de producción y partícipe única en el juego electoral, provoca la situación de malestar que vive el proletariado. El soporte de la Restauración fue una aristocracia más atenta a conservar sus intereses que a buscar la renovación política, que enfocó el sistema parlamentario según las necesidades de cada momento. Un sufragio censitario controlado por caciques daría paso, a partir del parlamento de Sagasta, a uno universal, que no haría sino más palpable un sistema electoral amañado, definido en ese momento por el bipartidismo.
En el segundo bloque (desde “el partido socialista tiene por aspiración), que se corresponde con el resto del documento, aparece una declaración de intenciones del recién nacido Partido Socialista Obrero Español, que busca el control del estado, de poder político, por parte del proletariado (una alusión revolucionaria a la dictadura del proletariado). En segundo lugar una colectividad de los medios de producción, eliminando la propiedad privada. Una propiedad privada muy concentrada en aquella época por motivo de las sucesivas desamortizaciones y la industrialización de la época. En suma (tercer objetivo), liberar a los proletarios acabando con las clases sociales, una vez que estas se distinguen por su propiedad (que se pretende eliminar) y su control de la política (que se pretende tomen los obreros). Un planteamiento marxista que pretende alcanzar el objetivo de una sociedad comunista
Imagen cultura.ugt.es
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