No ha sido fácil, porque no lo es desprenderse de algo que ha marcada tanto, tan intensamente y con tanto éxito mi vida, en estos diez años, hasta convertirse en el hálito de mis días, pero he decidido cerrar esa revista digital que llamé eolapaz. Tanto eolapaz.com, la revista de actualidad que dio nombre a esta aventura, como la más reciente eolapaz.es, una web educativa dedicada a recursos de aula, y orientación estudiantil.
Desde el 1 de noviembre está cerrado el acceso a lo que fue la web eolapaz.com. Un pequeño menú rss de acceso a los blogs, indica el cierre definitivo y desvía el tráfico desde los dos portales a este blog y a un repositorio del trabajo de mis alumnos, “eolapaz3”, donde se pueden consultar los contenidos de lo que fue la revista, constituyéndose como una hemeroteca que se pueda consultar de forma indefinida, y que mantiene una alta actividad de visitas, y de vez en cuando nuevos textos. Parte de los jóvenes que han mantenido viva esta idea, en su mayoría de otros centros educativos y universidades, han decidido continuar la experiencia de compartir y contar la actualidad en un blog que primero heredó el nombre de la primera aventura editorial de nuestro colegio en la época reciente, “TuQuePias”, una revista alternativa que un grupo de jóvenes de bachillerato crearon en papel en la década de los 90, con cierto éxito, y de la que nacería, años después, el eolapaz que ahora desaparece, y que ahora permanece en la web con el nombre que nos dio identidad, eolapaz.
Un tercer blog es una pequeña aventura personal, este que estás leyendo, “yademás historia”, un espacio para mis reflexiones, las aventuras que aun me quedan por vivir y los recursos que creo para el aula, entre ellos aquella maravillosa Séptima (una locura en video de la generación 10).
Tres blogs, junto a los de colaboradores como Zina o Aintze que permanecerán de forma indefinida, pero ya no como una revista semanal de actualización regular. De hecho, desde el comienzo de este curso, eolapaz ha dejado de ser una herramienta habitual de aula y con ello la participación, como actividad obligatoria de clase de los alumnos de secundaria y bachillerato, ha concluido. Así, y desde junio, la revista solo ofrece artículos de colaboradores ajenos al centro o publicaciones de entradas de alumnos, pendientes de dar a conocer, que me han parecido interesantes, que se crearon para ser publicadas y que, de esta manera, quedarán en nuestra hemeroteca, como parte de nuestra historia. Los dominios y las portadas de estas dos web se mantendrán, para evitar que otro proyecto pueda desarrollarse con nuestra historia, y tampoco serán vendidos, pese a que una editorial se ha interesado por adquirir el nombre, hecho que agradecemos y nos halaga.
Las direcciones de correo vinculadas al dominio eolapaz.com desaparecerán el 1 de enero, razón por la que se ha comenzado a informar a los contactos habituales de la necesidad de comunicarse a través de otras direcciones, en caso de que fuera necesario. Los proyectos de colaboración con algunas entidades educativas, los espacios en plataformas abiertas de las que formábamos parte y la participación en actividades educativas se han cancelado en su mayoría y los contenidos han sido borrados, salvo los repositorios de audio y video, que se mantendrán sin actualizar, como desde hace varios meses, pero accesibles.
En abril, con la reunión de los equipos participantes en las distintas ediciones de “El País de los Estudiantes” , el alma que ha impulsado este proyecto, pondremos fin a una aventura que comenzó hace poco más de diez años, y que ya hace un tiempo, como intuyó Aintze, empezaba a agotarse.
Previsiblemente el centro mantendrá iniciativas en este ámbito educativo, mejores, más arraigadas y más eficientes. De hecho, este año continuará la participación en un importante evento educativo nacional, “El País de los Estudiantes”, pero con un planteamiento renovado y, posiblemente, nuevos responsables, nuevos equipos y nueva marca, cambios necesarios para atender, desde esta parcela, lo único que de verdad nos debe importar, los jóvenes a los que se dirigen estas actividades, a los que queremos ayudar a crecer.
Terminan algo más de diez años, catorce millones y medio de visitas, setecientos jóvenes participantes, solo en el colegio en el que nació, y 21 premios, el último el 20 de octubre de este año, el Juvenard 2012, cifras que deben darnos una moderada satisfacción, a los que hemos formado parte de eolapaz.com, al tiempo que me enseñan la certidumbre de un fracaso.
He de reconocer que el proyecto no ha cuajado en lo que fue de inicio su principal objetivo, una herramienta TIC asumida por todos y de uso habitual en la práctica docente del centro. Con el tiempo se ha ido tornando obsoleto y ha dejado de ser considerado por profesores y alumnos como algo propio. Eolapaz se ha convertido en una rareza en la que unos pocos cosechaban halagos y premios, pero fuera. Y eolapaz nació para ser el orgullo de un colegio y para ser útil en el día a día de este, no para ser un medio de comunicación, lejano, frío, impuesto e incomprensible. Desde ese punto de vista, he de reconocer que ha defraudado a la comunidad en la que surgió, que tiene, por otra parte, muchas alternativas y medios para trabajar estas competencias con los alumnos, de mayor calidad y de mayor respaldo.
Pese a todo, queda mucho en las TIC, en el periodismo y en el compromiso social que nos puede ayudar a educar. Cierro una etapa, y un instrumento, pero no la ilusión por educar y compartir
Es momento de agradecer a los que han participado su ilusión, su paciencia y su esfuerzo. Agradecer a las instituciones y entidades que nos han apoyado y reconocido su ayuda y su fe en esta idea. El momento de decir a todos aquellos chicos y chicas que me han padecido, que han sido años muy felices, que ellos han sido lo único por lo que todo merece la pena y que lamento tantos y tantos errores que ellos, vosotros, no merecíais.
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