Álvaro Sáenz

Junto al piloto Dani Sordo, Álvaro en una entrevista para su emisora de radio.

Alto, fuerte, moreno, de gesto generosamente amable y de ojos brillantes, de ese brillo que nos da a todos la vida cuando tenemos una ilusión desbordada. Así es Álvaro, o al menos así lo vemos los que lo hacemos con cierta distancia. En mi caso la que da dos graderios o una pantalla de ordenador. En los campos de sport, el feudo del Racing de Santander, es famoso. Un chaval de poco más de 16 que con teléfono, cámara y pinganillo retransmite o graba crónicas de partidos en vivo, ante la incredulidad de parte del respetable, que desconcertado suele preguntar a cualquier vecino, “¿Quien es este?”. “el es chaval de radio Tanos”. “Ah”.

Y para el que pregunta, el misterio no hace más que acrecentarse. Y sin timidez y sin pinta de cortarse un pelo, Álvaro sigue. Y entrevista a algún espectador, y graba planos, y charla con los periodistas profesionales destacados al encuentro, y hasta al entrenador o a los jugadores si se ponen a tiro. Me lo puedo imaginar, a las dos de la mañana, encerrado en su habitación, con su mesa de mezclas, montando el material o grabando las voces que harán de soporte de tanta vivencia acumulada en esos ratos. Me le puedo imaginar en cualquier momento del día, dándole vueltas a la cabeza sobre cualquier proyecto, de esos que luego nos sorprenden. Algunos pensareis a estas alturas del artículo que de quien hablo. Pues de Álvaro Sáenz, uno de los mejores periodistas de España, una perla que dentro de unos años nos sorprenderá a todos. Conocí de su aventura, como muchos, por un reportaje sobre él y sus compañeros de andanzas que publicó eolapaz hace un año. El reportaje tuvo eco en interaulas, periodistas en acción y el País. La base de la historia es una emisora de radio y televisión, Radio televisión de Tanos, que emite vía Internet (www.rtvtanos.tk) y que esta gestionada por un grupo de adolescentes comandados por Álvaro, y que emiten y funcionan como un medio normal de prensa, desde que tenían trece años. Música, entrevistas, mucho deporte y presencia en todos los acontecimientos locales son la base de esa emisora. Un medio de comunicación hecho solo por jóvenes. No es un caso aislado, ya lo se, y como otros muchos (eolapaz, mandrágora, la sombra del membrillo, Turdenat o libroactivo) ejemplos de una reivindicación permanente del valor de jóvenes talentos poco apoyados, y de una generación, de jóvenes en general, que desdicen los mitos y los prejuicios que sobre nosotros pesan.
A la persistencia, casi heroica, de su proyecto, Álvaro junta el asomarse periódicamente a las páginas de eolapaz.com, con sus críticas deportivas o de arte y, ahora, a su papel destacado en los programas de televisión que bajo en nombre de La Séptima, emite desde hace un mes eolapaz.com a través de la red. Su dominio del medio, su seguridad, el desparpajo con que afronta cualquier tema, y la ilusión y la alegría que transmite se han convertido en uno de los atractivos de esta “cadena” de televisión, que ha comenzado a tener un seguimiento sorprendente a la luz de las estadísticas de visitantes. Memorable resulto su entrevista a Julián Luque, una joven promesa de la selección española de fútbol, y compañero de Sáenz en La Paz. Y memorable resulta el valor inmenso que destila el esfuerzo de, contra viento y marea, luchar cada día por aquello en lo que crees.
Son estas líneas un reconocimiento a todos aquellos, que ante la indiferencia de algunos o el desden de otros, muestran un camino a seguir para muchos de nosotros, y la puerta de salida para tanto dinosaurio que acumula poder, palmito e influencia en nuestro país. Es un pequeño homenaje a Álvaro Sáenz, y muchos como él, cuyo valor no se mide por sus años, sino por sus cualidades. Un homenaje a los que representan, en cualquier actividad, el futuro, que es nuestro, y que ya esta aquí.