sábado, 5 de julio de 2008

Selectividad, donde yace la esperanza

Se esta acabando la selectividad 2008, una suerte de lotería metida como un pegote en medio de una educación, la nuestra no de la resto de la sociedad, que es lo más caótico que pare madre. Para el que tenga la paciencia de leerme y no este metido en el ajo, conviene recordar que ese grupo de exámenes que llamamos PAU, y que resulta determinante para los más sufridos de los estudiantes, se prepara en dos años, siendo, en el mejor de los casos, lo más conveniente, olvidar todo lo que ocurrió antes. Me explico.

Considero que los de bachiller, los alumnos de PAU (yo lo seré, si Dios quiere el año que viene), somos los mártires del sistema, porque somos los que nos vemos obligados a invertir más tiempo de nuestras vidas en prepararnos para un trabajo que, en el mejor de los casos, no tendremos antes de los 26 o 27, por ejemplo en mi caso, que quiero estudiar medicina. Mucho tiempo en el que tendremos que padecer un sistema absurdo, que primero se dedica a entretenerte y dispersarte en asignaturas reiterativas (yo he estudiado el sistema solar en tres asignaturas distintas), descoordinados (nunca coinciden los tiempos de música, historia o filosofía, con lo que cuando estudias a Kant, otro te explica la prehistoria) o simplemente vacías (yo en química nunca estudie química, hasta 4º de secundaria, y muy poco). Nuestros institutos nos entretienen hasta cuarto en un art atack permanente, en el que promociona hasta el que no se examina, y consigue el titulo cualquiera que haya pasado 10 años sin aprobar nunca lengua, ingles o mates. Tras ello, llega el bachiller, emergiendo entre la niebla, como una hydra de 100 cabezas. Se acabo el recorta y pega, se terminaron las lúdicas asignaturas de una hora, y se acabo el todo vale. Tres faltas de ortografía y a la puta calle, clases de 50 minutos de tostón magistral y a madurar rápido, que si no te quedas. ¿Por que?. Llegan las PAU, unas siglas tétricas que todos los profesores te nombran en voz baja, como para no despertar al monstruo, y que llegará, irremediablemente en 18 meses. Te esfuerzas, vas viendo como la criba sigue, pero tú persistes en el intento. La ley, dicen, es clara, al final tus profesores valoraran tu progresión en conjunto y determinaran la promoción en función de tu madurez. Y una mierda, si en segundo suspendes una, te quedas, aunque sea con un 4, o aunque sea una de la que no te vas a examinar en selectividad. No en todos los centros, pero si en muchos, muchos, muchos.
Ya has pasado todo, las miserias del sistema, la perdida de años en bobadas y la severidad de los catedráticos de bachiller. Salvo que hayas aprobado por fortuna o por ser hijo/a de un compañero, se supone que tienes una preparación suficiente. Pues aun así entre un 15 y 20 por ciento caerá en las PAU, y los que queden sufrirán la ventisca de la universidad y su letanía “cada vez vienen peor preparados, no saben leer, no saben integrales, no tienen habilidades….”. Lo que no tenemos es un par para acabar con esta cuadrilla a palos. Pero no nos desviemos del tema. Con eso y con todo, este absurdo no acaba aquí siempre. A veces, como en las PAU 2008 de Santander, la mala fortuna nos pone a prueba, con más penalidades, con más miserables en medio del camino, estaca en mano. No voy a entrar en detalles, pues la mayoría lo habéis oído, os lo han contado, o ha circulado como un lamento por foros, webs y blogs estos días. Sólo dos ejemplos, los más sangrantes. El viernes, en el examen de química estuvo a punto de haber un motín. Por lo que me cuentan mis colegas, la situación en Torrelavega, pero no solo allí, rozo lo grotesco. Entregado el examen, hubo que hacer aclaraciones de viva voz por los defectos de elaboración de este, errores gramaticales, formulas mal escritas … Pero el colmo llegó cuando los cuidadores tuvieron que afrontar dos problemas serios, la falta de datos en un problema, y la petición oral de que en otro, en lugar de calcular una pila, tal como estaba escrito en el examen, se hiciera una cuba electrolítica, por que el coordinador de la prueba, vía telefónica, así lo quería, esa había sido su intención. El tiempo corre, el examen se interrumpe, los alumnos protestan, otros se desconcentran. Se tacha el problema, se vuelve a hacer, el tiempo corre, algunos gritan que irse, el tiempo corre. Los profesores desbordados, dan indicaciones de cómo solucionar la papeleta, pero no todos las oirán, las clases son muy amplias. Nada distinto a lo que había ocurrido un día antes en dibujo técnico, donde faltaban datos en algunas cuestiones (cotas por ejemplo) o estaban erróneos otros. Nada distinto a otras áreas, donde la polémica ha llegado hasta los medios de comunicación, como las diferencias entre correctores en el examen de inglés.
Ahí no acaba la cosa. Una semana después los profesores van a recoger las notas, para luego dárselas a sus alumnos. Algunos centros llevan pocos alumnos, pero los institutos grandes llevan a más de cincuenta, cada uno ha hecho seis exámenes, ósea más de trescientos. Un solo profesor, y por un ratito, puede ver los exámenes, es difícil ver todos, comprobar todos y leer todos. Y si no los ves pueden pasar dos cosas. Una, que un examen mal sumado, o con alguna pregunta sin corregir no se pueda reclamar, porque nadie lo ha visto (eso pasa). Dos, que sin leerlo, al no tener elementos de juicio no puedas justificar la reclamación. Y tres, ya puestos, que te des cuenta que nos han corregido dos profesores distintos. Es fácil saberlo, la letra de cada uno, el que uno anota los errores y el otro pone nota sin decir por que, y que uno de ellos tira a matar. ¿Qué no?. Un ejemplo de Santander. En Historia hay que hacer en 90 minutos un comentario de texto completo, un vocabulario de tres palabras y contar cuatro temas. Los profesores dicen en los institutos que los temas son breves, que expliquemos lo fundamental en quince líneas, que no se pide más. Cae el tema del imperio de Carlos V y un corrector quita dos décimas sobre un punto (20%) por no citar quien era el papa en aquel momento. En otro examen, el otro corrector no ha dado importancia a ese dato. Es importante, es muy importante, yo me jugare mi plaza en medicina por una milésima. Si a los de Bilbao que viene aquí para estudiar lo mismo que yo, les han puesto las mismas trabas, han sufrido las mismas irregularidades y se han topado con iguales cabrones, ni tan mal. ¿Y si no?, ¿ellos me quitaran la plaza por ser mejores, por haberse esforzado más?.
Pasemos por alto, que en algunos centros, ante la falta de sustituciones o la vagancia de algunos, en algunas áreas no se ha dado el temario completo. Si te cae algo de esa parte, mala suerte.
El resultado ha sido reclamaciones en masa, que han tenido como respuesta que a muchos, encima les han bajado la nota. Otros se topan con que algún profesor les ha recomendado reclamar (una opción, frente a la doble corrección, que teóricamente no baja nota). Pero al hacerlo agotan la vía para revisar el examen, deberían haber pedido primero la doble corrección, y entonces tendrían luego posibilidad de una segunda reclamación. Pero les informaron mal, ya no pueden hacer más.
Quince años después de empezar en tu cole a hacer redacciones y murales, no tienes nada. A preparar septiembre, a hacer derecho o historia, que ahí ni te preguntan el nombre, a ir a una privada, si tu padre tiene pasta, o a maldecir tu suerte y sufrir una carrera donde al empezar ya sabes, que no sabes nada.
A todos los que edificáis la educación en España, a los que diseñáis currículos, programas y leyes, a los que preparáis las PAU, a los que corregís exámenes de PAU y decidís quienes entran en el Olimpo universitario, gracias, muchas gracias. Que alguien os lo pague con un viaje a Mongolia. Y no volváis.

2 comentarios:

Javi Sanchez dijo...

Sobre el examen de selectividad, Maria tiene toda la razón. Lo que aun no entiendo es por que los profesores que van en nombre de los IES al tribunal no hicieron nada, porque lo de quimica y dibujo fue de verguenza.No se pueden cambiar las preguntas e un examen de viva voz, cuando llevas 20 m inutos haciendole. Y hay más que no se ha dicho. Y de nada vale decir que aprueba mucha gente. Yo estoy intentando entrar en biotecnologia. La marranada de quimica me ha costado un 5,25 en una nota que para mi es el 40% de las optativas. Si no entro por una milesima, me vuelves a decir lo de que aprueba mucha gente

James Dean dijo...

Siento deciros que no habeis hecho mas que empezar y que en la Universidad os encontrareis mas de lo mismo... o mucho peor...
Asi que animo!!!!

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