El tema
aborda el inicio y desarrollo de la civilización musulmana en la Península Ibérica
En este vídeo de la practicopedia vamos a conocer como se origina Al Andalus y como evoluciona en los primeros siglos. Mira este vídeo antes de estudiar el texto explicativo
1. LOS
ORIGENES
A mediados
del siglo VII, Arabia era un lugar inhóspito, marginal en el desarrollo
histórico del Mediterráneo. Pero en estos años, la predicación en las ciudades
de Medina y La Meca
de un joven profeta, Mahoma, cambiaría el curso de la historia. Seducidos por
una religión nueva, sencilla, próxima al hombre, ausente de grandes contenidos
teológicos, prometedora del paraíso y comprensible, miles de hombres siguieron
a aquel líder, para crear el reino de Allah (Dios) en la tierra. Agotados por
interminables guerras, y hartas sus poblaciones de absurdas querellas
religiosas, los grandes imperios orientales (Persas y Bizantinos) sucumbieron
ante la marea verde que se extendía desde Arabia. A comienzos del siglo VIII,
el Islam, el mundo de los seguidores de Mahoma, se había extendido por el norte
de África y Próximo Oriente, y se acercaba a las fronteras de España. Los
seguidores de Mahoma habían incorporado a la nueva fé las poblaciones pobres y
nómadas del norte de África (Beréberes), creando provincias y estados
dependientes del nuevo imperio religioso. En medio de ese avance incontenible,
que unía a todas las tierras del Mediterráneo bajo un nuevo credo y una nueva
fe, el reino visigodo aparecía como una presa fácil:
- accesible
con solo cruzar el Estrecho de Gibraltar,
- débil
ante sus conflictos internos
- agotado
por siglos de guerras y enfrentamientos religiosos entre católicos y arrianos
que habían desesperado a la población
La petición
de ayuda de los seguidores de Julián, gobernador visigodo de Ceuta era un
invitación para los musulmanes, no a intervenir en España, sino a quedarse con
ella en su intento de extender la "verdadera fe".
Con todo, atraídos
por el fácil botín que ofrecía el reino visigodo, el desmoronamiento de la
estructura política hispana y la colaboración espontánea de buena parte de la
población, permitió a un ejercito berebere de 12.000 soldados, al mando de los
gobernadores Tariq y Muza desembarcar en Andalucía, derrotar a Rodrigo, dar
buena cuenta de los witizanos, y bajo la apariencia de apoyar a un nuevo rey
(Oppas), controlar la mayoría del territorio peninsular.
El éxito,
por tanto de esta fulgurante victoria hay que buscarlo en
- la falta
de solidez de las creencias religiosas de la población,
- la falta
de identidad de la población hispano-romana con el reino visigodo (tras dos
siglos de separación legal)
- y el
cansancio de guerras, abusos e impuestos, que se creía quedarían superados con
las formas de gobierno del invasor.
Hasta el
año 732 los musulmanes desembarcaron en la Península cuantiosas tropas dedicadas al
sometimiento, junto a los visigodos colaboradores o capitulados (visigodos
convertidos o no que a cambio de ayudar al invasor podían mantener su status y
su riqueza), del territorio y al intento de penetración en Europa a través de
Francia.
A esto
ayudaría la conversión masiva al Islam de miles de españoles (muladies), de
poca base religiosa y que veían en la conversión una manera de medrar, de
mejorar con los nuevos amos, o simplemente una fe más convincente.
La muerte
de Oppas (último miembro de la familia real visigoda y colaborador de los
musulmanes) ,la creación de núcleos estables de resistencia, que rompía la
apariencia de armonía entre cristianos y musulmanes y la derrota ante los
francos en Poitiers, hicieron cambiar esta ambigua política de asentamiento por
una ocupación mas clara.
España fue
convertida en una provincia más (emirato) del Islam y sujeta a las leyes
musulmanas. La capitalidad fue fijada en Córdoba, mientras una política de
asentamiento masivo de árabes y bereberes, y el reparto entre estos de tierras
y propiedades provocaba un nuevo cambio étnico en la Península. Estos
cambios crearon los primeros problemas a los ocupadores. De un lado, los
invasores no eran un grupo homogéneo.
Los
bereberes eran la mayoría y habían servido fielmente en los ejércitos de
conquista, pero estaban siendo asentados en las frías tierras de la meseta, en
las zonas mas en vanguardia con los cristianos del norte.
Los árabes,
la aristocracia del Islam, coparon las ricas tierras del sur, el comercio y la
administración.
Los
mercenarios y jenízaros eslavos, por su parte ambicionaban el control del
ejercito y parte de la administración.
Frente a
estas tensiones, los muladies y mozárabes veían con preocupación como a pesar
de su colaboración quedaban relegados a un papel social muy secundario, se
recortaban peligrosamente sus derechos y se mermaban sus propiedades vía
impuestos o expropiaciones.
Las luchas
derivadas de esta situación turbaron Al Andalus hasta mediados de siglo, en que
ante una grave crisis de subsistencia la mayoría de los bereberes abandonaron la Península en dirección
al Norte de África. El hecho, empero, alivio parte de los problemas, pero creo
otros, al generar un gran desierto demográfico en el valle del Duero, que
sería, aprovechado por los cristianos para su lento avance hacia el sur o
presura.
Este vídeo de Carlos Gónzalez nos va a permitir repasar el origen, conocer el califato y organizar la evolución política
2.EL EMIRATO INDEPENDIENTE
Por estas
fechas, en Oriente, en el corazón del Islam, tenían lugar acontecimientos que
cambiarían el destino de Al Ándalus. En el 749, un golpe de estado
protagonizado por Abul Abbas, descendiente de un tío del profeta Mahoma, acabo
con la vida de todos los miembros de la familia reinante, los omeyas, convirtiéndose
así en nuevo califa. No era solo una lucha entre familias, pues tras el golpe
se escondía el deseo de la nobleza persa de desbancar del poder a los árabes.
Solo el joven príncipe Omeya Abd ar-Rahman escapó a la matanza, llegando, tras
un largo peregrinar, a la provincia de Al-Ándalus. A su llegada, y dado que la
mayoría de los ocupantes eran árabes, no le resultaría difícil levantar en
armas la provincia proclamando la independencia de esta. No se proclamó, sin
embargo, jefe político y espiritual (califa) sino solo político (emir
independiente), evitando así caer en actuaciones blasfemantes que le podrían
haber hecho perder apoyos.
Sus
sucesores, los emires omeyas independientes de Córdoba, continuaron esta línea
pero manteniendo fuertes vínculos comerciales y espirituales con el Islam, lo
que fortaleció Al Andalus, al convertirla en la puerta comercial de Europa. Un
estado rico y prospero basado en la intermediación exterior y la pluralidad
interna. Así la cultura islámica se desarrolló de tal modo que comenzó a
eclipsar a la latina representada por los mozárabes Junto a este hecho, el
gobierno musulmán, con el fin de uniformizar un territorio excesivamente
fragmentado en lo racial, comenzó a elevar los impuestos especiales aplicados a
los no creyentes, a fin de animarles a la conversión. La dureza económica que
sufrían los mozárabes se comenzó a complicar con la difusión por Al Andalus de
sectas (malequies) que predicaban la necesidad de pureza religiosa en el seno de
la sociedad, el recorte de la libertad religiosa y el recelo hacia los
cristianos, hermanos de los que desde los reinos del norte atacaban Al Andalus.
Contra la asfixia cultural, la presión fiscal y los atropellos de que eran
objeto, muchos mozárabes reaccionaron con la rebeldía, la propagación de su fe
o el martirio (también en este caso para llamar la atención de aquellos
mozárabes que cedían a la presión y se convertían) en los últimos años de
reinado del emir Abd ar-Rahman II y en los primeros de Muhammad I. En la
segunda mitad de este siglo, el descontento ante la intransigencia religiosa
prendió entre las comunidades de muladíes, provocando amplias y sangrientas
revueltas de tinte nacionalista en Toledo, Meseta y Ebro, que llevarían,
incluso, a la creación de efímeros estados independientes que redujeron, a
fines del siglo IX, el poder de los emires al valle del Guadalquivir.
3. LOS ORÍGENES DEL CALIFATO
Tras la
llegada de los musulmanes a la Península Ibérica , esta había pasado por una fase
de dependencia del Imperio Islámico (Waliato o emirato dependiente),
proclamando posteriormente su independencia, tras la purga de la familia Omeya
(emirato Independiente). A mediados del siglo X, los emires (reyes) de
Al-Andalus, decidieron romper lazos con el Islam y alcanzar la autonomía
religiosa, lo que les elevaría al máximo grado de soberanía, esta actitud ha y
que buscarla en varias razones:
1-El caos interno,
con rebeliones, provincias rebeldes al gobierno central y alzamientos
militares, lo que exigía un poder fuerte.
2-la
fragmentación política del mundo islámico
3- Las
tensiones entre abbasies y omeyas, dirigentes del Islam y Al-Andalus
respectivamente
4- la
crisis económica
5- el
avance cristiano desde Asturias y Aragón
Todo ello
tendría su punto final con la llegada al poder del príncipe omeya Ab-del-Rahman
III, que iniciaría una época de esplendor con la creación del califato, cuya
capital se encontraría en la ciudad de Córdoba. El joven emir:
- rompió
sus vínculos con el resto del Islam (salvo en lo concerniente al comercio) proclamándose
enviado de Dios y guía de creyentes (califa)
- corto la
intolerancia religiosa, sabedor del debilitamiento económico que producía la
persecución de los comerciantes y pequeños agricultores;
- recuperó
los territorios independizados;
-
reestructuró la administración dotándola de profesionales y eliminando la
entrega de cargos y puestos que podía haber conducido a una incipiente
feudalización;
- repartió
tierras entre los campesinos;
- inició la
intervención económica del estado,
- afrontó
con éxito los ataques vikingos
- e inició
una política de mano dura y feroz agresividad contra los reinos del norte que
los llevaría al colapso militar y económico (victorias de Valdejunqueras, Osma
y Simancas, además de innumerables razzias, entre las que se cuentan la
destrucción de Oviedo, Santiago o San Millán de la Cogolla ).A mitad de su
reinado, el califato cordobés era ya la primera potencia militar, económica y
cultural de Europa. Embajadores de todo Occidente viajaban a Córdoba para
rendir pleitesía y firmar acuerdos de paz, mientras decenas de artesanos,
artistas y científicos, buscaban la protección del califa.
4 .LAS
FORMAS DE VIDA DE AL ANDALUS
4.1-La
organización política.
a. El poder
musulmán es teocrático y se concentra totalmente en manos del califa.
b. A fin de
evitar la feudalización, el poder es mantenido por el califa en sus manos
ejerciéndole a través de una importante administración profesional. Ello va
asociado a un fuerte desarrollo de las universidades, al cobro de impuestos y a
la unión social en torno a su fé.
c. El jefe
de la administración central es el visir. Otros cargos importantes son los
administradores de las coras o provincias (walis) y los alcaldes (cadi),junto
al resto de los funcionarios.
d. Hasta la
llegada de la secta malequí, los visigodos capitulados y las comunidades
mozárabes fueron respetadas y pudieron gozar de ciertas libertades, respeto y
cierto poder (los terratenientes en sus tierras).
4.2-La
organización económica.
a. La
economía andalusí fue una economía diversificada, de carácter urbano y no
autosuficiente.
b. El
sector mayoritario fue el comercial, especialmente el comercio internacional de
intermediación, para el que Al Andalus era un auténtico cruce de caminos entre África,
Europa y Oriente. Junto a ello destacaron la artesanía (armas, barcos,
curtidos, textiles de consumo y lujo, madera y orfebrería),la agricultura
selectiva de regadío y la ganadería (ovina bereber y caballar).
c. La
propiedad estaba muy repartida, predominando el minifundio, tanto artesanal
(mozárabe y árabe), comercial (judio y árabe) y agrícola (bereberes, árabes y
muladies principalmente. La gran propiedad se circunscribía a la artesanía
estratégica (estatal) y a los grandes latifundios estatales, de la nobleza
árabe y mozárabe, estos hasta el siglo XI.
d. Para
mantener los servicios comunes y las infraestructuras económicas existía un
notable nivel fiscal, más alto para los no musulmanes que para los creyentes.
Existían dos tipos de impuestos, los de renta y los de patrimonio (Azaque).
4.3-La
organización social.
a. Hasta el
siglo XI en que los malequies y las invasiones norteafricanas iniciarían una
oleada de fanatismo e intolerancia fue una sociedad multiétnica y plural.
b. Los
principales grupos eran los árabes, mozárabes, bereberes, judios, eslavos y
muladíes. La jerarquía era tanto étnica como económica y las relaciones de base
jurídica, salvo en los latifundios mozárabes.
En resumen,
durante esta época Al-Andalus alcanzó por tanto:
a-una
organización política teocratita y centralizada
b-una
sociedad libre y tolerante alejada de los principios feudales y con fuerte
presencia del estado como garante, donde la preeminencia de los árabes frente a
bereberes, mozárabes o judíos no era un signo de existencia de estamentos.
c-una
fuerte economía basada en las parias (tributos cobrados a los cristianos, la
agricultura de regadío, la artesanía, la existencia de amplias capas de
pequeños propietarios y el comercio internacional de intermediación
5. EL FINAL
DE CALIFATO
A su
muerte, los reinados de Al Hakem II y Hixem II mantuvieron la misma línea. El
poder, sin embargo, fue estructurado de forma muy personal, por lo que tras el
paso de estos califas de fuerte autoridad Al Andalus habría de regresar en la
inestabilidad. Así durante el periodo amiri (el gobierno del genial visir y
general Almanzor), la hegemonía árabe comenzaría a apuntar a la decadencia ante
- la falta
de nuevos califas con capacidad de mando.
- Las
tensiones sociales entre bereberes, árabes y eslavos
- La
decadencia del comercio con oriente
- El
rebrote de los movimientos de intransigencia religiosa (malequies que exhortaban
a la persecución contra mazárabes y judíos )
- La
progresiva maduración de los estados del norte
- La oposición
de la nobleza árabe al creciente poder de funcionarios como los amiríes (
Almanzor y su familia), en detrimento de la nobleza tradicional.
Abordamos
hoy el ocaso de la España
musulmana, dividida y enfrentada, sujeta a la arbitrariedad y la pobreza
cultural de los reinos bereberes africanos que la defienden, este es su final.
Mira ahora este vídeo sobre la formación y caida de los reinos de Taifas
6.LOS
REINOS DE TAIFAS
Los dos
primeros siglos de la Alta
Edad Media, estuvieron caracterizados por un abrumador
predominio musulmán, bajo el mando de los primeros califas Omeyas, que, sin
embargo, no pudieron convertir su hegemonía política, económica y cultural, en
un dominio real de la
Península Ibérica.
Poco
después de la muerte de Almanzor (1002),la anarquía hizo presa de Al-Andalus,
como hemos visto en los temas anteriores. La aristocracia árabe y los distintos
grupos étnicos que formaban parte del ejército cordobés (eslavos, bereberes),
se enzarzaron en una agotadora lucha por el poder, elevando y derribando
califas a su antojo, al tiempo que el nacionalismo mozárabe y las revueltas
sociales muladíes desgarraban el país. Finalmente, la crisis desembocó, en el
año 1031, en el fraccionamiento del califato en casi medio centenar de pequeños
reinos o taifas gobernados por dinastías locales, y de diferente origen étnico
en cada reino.
Mira ahora este vídeo sobre la formación y caida del mundo almoravide
7.LOS
ALMORAVIDES
Ante esa
situación los progresos cristianos fueron considerables, ocuparon taifas,
reconquistaron tierras fértiles del Ebro y el Duero e impusieron parias a
varios estados.
El avance incontenible,
sobre todo la toma de Toledo, alarmaron a los taifas, por lo que el importante
rey Al-Motamid de Sevilla llamo en su auxilio a los almorávides norteafricanos.
Al mando de Yusuf Ben Texufin, el Imperio Berebere envió a la Península un importante
cuerpo expedicionario que derrotó a la coalición cristiana liderada por Alfonso
VI en Zalaca, arrancó territorios a los reinos del Norte y unificó las taifas
bajo el mando berebere de Fez.
Los
almorávides son fiel exponente de la crisis interna que vivía el Islam y de su
división internacional, de la que era ejemplo el califato de Córdoba.
Constituían un movimiento religioso, de carácter integrista, y base racial
bereber, que predicaban la pureza y el rigor de los creyentes, la guerra santa
y la unidad, y que constituyeron un imperio militar considerable en el norte de
África y hasta el valle del Níger, y por el este hasta las tierras del Indo.
Aportaron estabilidad, revitalizaron la economía al controlar las rutas de
caravanas y aliviaron la presión fiscal al acabar con las parias. Sin embargo,
debieron enfrentarse con el poder creciente de los cristianos (derrotas en el
valle del Ebro ante Alfonso I), la guerra en África contra sus enemigos (y
también integristas) los almohades y sobre todo con la oposición de los
andalusíes.
El
fanatismo y la intolerancia religiosa de los almorávides produjo una reacción
del mismo signo entre los cristianos, que iniciarían ahora un gigantesco
movimiento de cruzada, ( la
Reconquista ), en la que destacarían importantes lideres de la
posterior mitología española, como el Cid Campeador, señor de Valencia.
Una
revuelta interna en 1145 acabó con su presencia en nuestro país, surgiendo una
nueva división en taifas.
Mira ahora este vídeo sobre la formación y caida del mundo almohade
8.LOS
ALMOHADES
La
inestabilidad existente a mediados del siglo XII por el enfrentamiento entre
las ciudades sublevadas de Al-Andalus con lo que quedaba del poder almorávide,
fue aprovechada por los almohades para hacer su aparición en el escenario
peninsular dos años después. La nueva potencia bereber del norte de Africa que había
derrotado y sustituido al imperio almorávides ocupó Al Andalus, unificó sus
reinos ( con la oposición de sus habitantes, que preferían ser libres y pagar
impuestos a los cristianos que encontrarse bajo la autoridad de estos
fanaticos) y se enfrentó con éxito a los cristianos (derrota cristiana de
Alarcos)
Al igual
que los almorávides, los almohades comenzaron como un movimiento de reforma
religiosa que predicaba la vuelta a los preceptos originales del Islam. Su
fundador, Ibn Tumart (1080-1130), rechazaba la excesiva radicalidad de los
almorávides en el cumplimiento de la ley islámica olvidando otros aspectos más
espirituales de la religión. Igualmente, predicaba la vuelta al principio
fundamental del Islam de la unidad en torno a un mismo Dios, por encima de
diferencias doctrinales, rituales o de jerarquía (ya entonces, el islam se había
comenzado a dividir en varias corrientes, especialmente Sunnies y Shiies) . De ahí
reciben su nombre: los unitarios (almohades).
A su
llegada a la Península
se encontraron con los reinos de taifas enfrentados con las últimas fuerzas
almorávides y con los reinos cristianos igualmente enfrentados entre sí, por lo
que no les fue difícil imponer su dominio tras unas pocas batallas.
Al igual
que los almorávides, los almohades impusieron en las tierras conquistadas de la Península una estricta
observancia del la moral religiosa, lo que implicó que las comunidades
religiosas no musulmanas, cristianos y judíos, fueran perseguidos con especial
saña. Igualmente las artes fueron estrictamente vigiladas, sin embargo, hubo un
florecimiento de la actividad intelectual: son los años de madurez de Averroes
y Maimonides. Las ciudades de Andalucía, como Sevilla, vivieron durante estos
años un periodo de esplendor. Sevilla fue erigida capital de los dominios almohades
en la Península
y se convirtió en un importantísimo centro comercial a nivel internacional. De
la época almohade datan , por ejemplo, la Torre del Oro y la Giralda , ( que era el
minarete de la mezquita).
A pesar de
todo, al igual que pasó con el imperio almorávide, los almohades fueron
perdiendo apoyo popular y, además terminaron sufriendo serias derrotas ante los
ejércitos de los reinos cristianos.
En las
Navas de Tolosa (1212), la derrota del ejército almohade ante las tropas unidas
de los reyes de Castilla, Navarra, Aragón y Portugal, se iniciaría el final de
la presencia almohade en Al-Andalus. Después de ello, unos nuevos reinos de
taifas volvieron a surgir; sin embargo, su capacidad de resistencia ante los
ejércitos cristianos, decididos ya a completar la conquista de las tierras
musulmanas, era muy limitada, como las conquistas castellano-aragonesas del
siglo XIII evidenciaron. Un nuevo intento bereber de acudir en auxilio de estos
reinos (la invasión benimerin) fracasaría en la batalla de El Salado.
9.EL REINO
NAZARITA DE GRANADA
Los
nazaritas eran una dinastía de origen sirio, que estableció un reino vasallo de
los reyes de Castilla en la Andalucía
oriental, desde donde colaboraron con los castellanos en la derrota de los
almohades, lo cual explica su pervivencia, junto a:
- sus
condiciones naturales inmejorables para la defensa
- su
posición privilegiada en las rutas de comercio
- su
poderosa agricultura y artesanía
Fueron
durante su existencia la puerta de entrada a Castilla de las mercancías de
Oriente y basaron su fortaleza en la modernidad de su estado, su alto nivel
cultural, las condiciones orográficas que favorecían su defensa y su alto nivel
productivo en los sectores artesanal y de agricultura de regadío.
A fines del
siglo XV, a los problemas económicos derivados de la aparición de una nueva
potencia comercial en el Mediterráneo oriental (los turcos) se unieron las
divergencias entre los abencerrajes (partidarios de la convivencia con Castilla
y la vida urbana) y los zegries (de mayor rigor religioso y defensores de la
total oposición a los cristianos). En ese clima enrarecido, los últimos emires
(Boabdil) sucumbieron ante el empuje militar y la astucia de los Reyes
Católicos. El 2 de enero de 1492, Al Andalus ya formaba parte de la historia.
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