El modelo romano entró en crisis desde el siglo III d. C., su sustitución por otra civilización solo era cuestión de tiempo. En el siglo IV, un pueblo procedente de Europa oriental, los visigodos, ocuparon, junto a otros, los territorios romanos occidentales, más débiles y más difíciles de defender. Debemos, sin embargo, entender que los visigodos se hacen cargo de una estructura de civilización ya existente, poco aportan. Servirán para que con ellos fragüe el feudalismo que ha ido apareciendo al final del mundo romano. Su debilidad se traducirá en una existencia breve (dos siglos), que dará paso al mundo islámico.
1. LOS ORIGENES DEL REINO VISIGODO
Tras la lectura te recomendamos que mires con atención este video de artehistoria para seguir el proceso de asentamiento godo paralelo a la decadencia romana. tras ello, te explicaremos con más detenimiento la historia de este reino español.
2.
CARACTERES GENERALES
Las
comunidades hispano-romana y visigoda se mantuvieron durante un periodo muy
largo de tiempo separadas a nivel físico y legal. Probablemente ello respondía
a un deseo visigodo de proteger su cultura e idiosincrasia, ante una sociedad
hispano-romana más numerosa y mas avanzada, sobre la que la única manera de
ejercer la autoridad era la fuerza. Veamos algunos aspectos que diferenciaron a
la población del reino y algunos mecanismos que les obligaron a compartir su
vida.
Las herejías
fueron en esta época sectas derivadas del cristianismo que ante la crisis
general prometían caminos de salvación en base a realizar ritos y magias.
Algunas de estas sectas culpaban de la crisis a la iglesia, y para
desprestigiarla rebatían y deformaban muchos de sus principios. Así surgieron
herejías como los monofisistas, los nestorianitas y los arrianos que negaban
principios como el de la Inmaculada Concepción o la divinidad de Cristo.
Los visigodos profesaron esta última herejía, en parte por una errónea
evangelización fruto de las diferencias idiomáticas, y en parte por un deseo
visigodo de sentirse diferentes. Tanto que los romanos sentían rechazo hacia
esos bárbaros herejes. Ello explica, en parte la separación física y legal que
las dos comunidades vivieron durante los primeros 150 años de presencia
visigoda en España.
Primer asentamiento visigodo, antes de ser expulsados por los francos de territorio galo. Foto Edelvives
Por su
parte la hospitalitas fue un mecanismo para integrar a los germanos en la
economía existente. Consistía en que cada una de las hordas (grupos militares
unidos por lazos familiares) de los pueblos germanos debía asentarse en una
tierra. Para ello cada latifundista romano debía ceder a una horda un sesenta
por ciento de sus tierras, sus esclavos y sus trabajadores. Como el número de
hordas era inferior al de latifundios, la ley se aplicó en pocos lugares,
aplicándose en las demás tierras un impuesto monetario compensatorio, la
llamada sorte. El mecanismo de asentamiento trajo indudables consecuencias. De
una parte no hubo alternativa económica, todo siguió igual, solo que con distintos
amos, pero no hubo innovaciones, y por tanto, perduró el sistema anterior de
crisis y ruralización; en segundo lugar la crisis económica se agravó al
añadirse a la economía existente la dirección de un grupo pobre e inexperto en
la organización de un estado; en tercero los germanos asimilaron las formas
económicas y sociales existentes, destruyéndose su tradición nómada e
igualitaria.
Originalmente
la sociedad germana era igualitaria. La esclavitud era algo casi desconocido y
reservado como pena para graves delitos. Fuera de esta circunstancia todos los
hombres eran iguales, las decisiones se tomaban en asambleas de hombres libres
y los cargos, sobre todo los militares tenían valor solo en periodo de guerra.
Sin embargo, tras la llegada, el sedentarismo hizo innecesario mantener a todos
los hombres en el ejército, rasgo distintivo de la igualdad, desviándose parte
de la población a tareas agrícolas en las tierras ocupadas por la hospitalitas.
De ahí
surgiría una primera división social basada en las diferencias de trabajo. De
un lado los agricultores pobres dependientes de jefes de horda, parecidos a los
siervos romanos; de otro los campesinos independientes; después los soldados y
funcionarios; por último los jefes militares y políticos, parecidos los
terratenientes romanos.
Políticamente
los germanos establecieron monarquías electivas. El carácter monárquico se
adecuaba mejor a una sociedad ya no igualitaria y necesitada de un mando único
y eficiente ante tanto problema, además, ello les daba la categoría de los
antiguos emperadores. Pero sin embargo, el carácter electivo les mantenía
cercanos a sus viejas tradiciones. Sin embargo, este sistema electivo debilito
el poder de los reyes, necesitados de contentar a la nobleza para que les
otorgara sus votos, así, sumado ese hecho al feudalismo naciente en la última
época romana, el poder se fue progresivamente fragmentando en manos de una
nobleza latifundista que gobernaba a su antojo en sus tierras y explotaba a sus
campesinos.
Así se
forjo una sociedad dividida en grupos, fuertemente separados por sus
privilegios (estamentos),con un poder político central inexistente, en el que
el rey solo asumía poderes de coordinación en casos extraordinarios, y cuya
autoridad se basaba no en obligaciones legales, sino en fidelidades personales
(vasallaje),y en una economía agrícola, autosuficiente y rural.
Foto Edelvives
Foto Edelvives
3. LA EVOLUCIÓN DEL REINO.
3.1. La
primera fase.
Los
primeros años de los reinos germanos fueron duros. Grupos de campesinos sin
tierra y vagabundos generados por la crisis imperial formaron bandas de
ladrones y rebeldes contra el nuevo gobierno, eran los llamados bagaudas, que
resultaron extremadamente peligrosos para el nuevo poder. Los nuevos reinos
disputaron entre si las fronteras, y el intento de reunificar toda Europa, como
herederos que eran de Roma. Las disputas fueron alentadas por Bizancio, la
mitad oriental de Roma, que durante los años siguientes, y bajo el mandato de
grandes emperadores como Justiniano, no solo sobrevivió, sino que consiguió recuperar
parte de la zona occidental.
Pese a los
intentos de unificación y desarrollo de reyes germanos como el visigodo
Recaredo o el ostrogodo Teodorico, la Europa Occidental
se fue sumiendo en un periodo pobre y oscuro, marcado por la arbitrariedad, la
pobreza cultural y el declive económico, mientras Bizancio mantenía su poder.
La
oposición hispano romana también resultó un problema en estos primeros tiempos.
Hemos de tener en cuenta que la población romana alcanzaba una cifra 25 veces
superior a la de los invasores germanos. Sin embargo, esta minoría controlaba
el ejército, la política y una porción considerable del aparato económico. La
situación se veía agravada por cuanto que los germanos, en lugar de generar una
sociedad integrada con igualdad para las dos comunidades, facilitaron el odio
racial y la división social de los dos grupos. Así, hasta el siglo VI, el
gobierno visigodo mantuvo leyes separadas para visigodos (código de Alarico) e
hispano-romanos (código de Eurico), barrios separados en las ciudades,
privilegios para los visigodos en materia de impuestos, justicia, posesión de
armas y participación política, prohibiendo los matrimonios y la convivencia
entre ambas comunidades, en un torpe intento de preservar sus tradiciones y
evitar ser asimilados por una mayoría, además, mas culta. La tensión social se
vio en estos primeros años agravada por dos hechos significativos, las herejías
y la hospitalitas.
Concilio de Toledo en el que inició la integración de las comunidades romana y goda. Foto historiadeespaña.es
3.2. La unificación
del siglo VI.
Derrotados
por los francos en el sur de Francia, el reino se concentró en sus territorios
peninsulares, en los que tuvo que hacer frente, en sus primeros tiempos, a una
situación de conflicto permanente (antes incluso de su independencia, por
petición de Roma), con otros germanos (suevos, vándalos y alanos), con los
bagaudas, los cantabros y vascos, y los bizantinos, finalmente.
El siglo VI
colocó contra las cuerdas a esta frágil sociedad. Pese a algunos éxitos
militares , la lucha contra los suevos del Norte continuó, y llevó a una
victoria agotadora, los levantamientos de las poblaciones vascas y cantabras
continuaron ,la economía se hundió, la oposición hispano-romana creció ante la
marginación, algunos grupos de campesinos visigodos se rebelaron contra las
diferencias nacientes de clase y parte de Andalucía fue invadida por las tropas
del general Belisario, un general Bizantino que intentó bajo el gobierno del
emperador Justiniano, restaurar el viejo imperio romano, y que en el caso
español se aprovechó de las luchas internas entre nobles, uno de cuyos bandos
le pidió ayuda, hecho que desencadenó la invasión.
Ante tanto
desastre, un hábil rey visigodo, Recaredo y algunos de sus sucesores, como
Chindasvinto, Recesvinto, Sisebuto y Suintila, dieron un giro a la política del
reino. En el año 587, Recaredo renunció al arrianismo, bautizándose como
católico, hecho seguido por todo su pueblo (aunque con mas obligación que
devoción).Pocos años mas tarde Recesvinto anulo las separaciones legales entre
razas creando una ley común para todos los habitantes del reino, fuese cual
fuese su origen, el llamado Liber Iudiciorum o Fuero Juzgo. Como complemento,
se apoyo a la iglesia católica, muchos de cuyos obispos pasaron a desempeñar
cargos de consejeros del rey o gobernadores provinciales, lo que mejoró
notablemente la administración. Se ayudó al comercio y se integro a la
comunidad judía, poseedora de la mayoría de las empresas artesanales y
comerciales, aunque se les agravió obligándoles a convertirse al catolicismo. Una
sociedad mas unida facilitó el aumento del poder militar y el sosiego interno
del estado. Los bizantinos fueron expulsados de Andalucía y el problema
cantabro se soluciono con la creación de una región autónoma, el ducado de
Cantabria, origen histórico de nuestra región.
Así la
primera mitad del siglo VII marcó una época de cierto esplendor y leve
recuperación económica y cultural. Esta última estuvo animada por la jerarquía
eclesiástica que llevó a cabo una ingente labor de evangelización y formación
cultural en la que destacaron los obispos de Sevilla, Zaragoza y Toledo,
Isidoro (autor de las etimologías), Braulio y Eugenio, grandes escritores y
pensadores.
San Pedro de la Nave (Zamora), una de las joyas de la arquitectura visigoda. Imagen Ana María Calvo
San Pedro de la Nave (Zamora), una de las joyas de la arquitectura visigoda. Imagen Ana María Calvo
3.3. Los síntomas
de crisis.
Pese a
todo, el reino siguió siendo débil. La razón, su estructura político-social.
Para cubrir su debilidad y las dificultades de gobierno de la España que hemos descrito,
la mayoría de los reyes habían optado por la vía de crear fuertes gobiernos
provinciales, los duques. Estos eran en su mayoría no funcionarios, sino grandes
terratenientes que contaban con el apoyo y la fidelidad de campesinos temerosos
y militares ambiciosos. El rey delegaba en ellos sus funciones de recaudación
de impuestos, administración de justicia, defensa y organización. Ello se veía
favorecido por el hecho de que al ser electiva la monarquía muchos reyes
pagaban a sus electores (desde el siglo V sólo los jefes de horda) repartiendo
poder. Así se había llegado a un estado vacío en el que el rey tenia un poder
limitado y dependiente de la obediencia de los duques, lo que históricamente se
llama una centrifugación del poder del estado. El problema no era nuevo, pues
ya en los últimos años del poder romano se había producido el debilitamiento
del estado y el paso de una sociedad basada en la igualdad ante la ley y el
imperio de la razón a otra en la que predominaba la fuerza y cada hombre
buscaba la protección de otro haciéndose su servidor, ante la falta de poder
del gobierno. Ahora era peor, al darse esas circunstancias en una sociedad
empobrecida y rural.
Dos reyes
intentaron fortalecer el estado y reducir el poder de los duques, que habían
formado una poderosa clase nobiliaria. Primero fue el salvaje Wamba, luego el
astuto Witiza, pero su política solo generó enfrentamientos y luchas
intestinas.
3.4. La
última guerra civil y la invasión musulmana.
En el año
710 murió Witiza. En un ambiente de guerra civil los nobles se reunieron para
nombrar nuevo rey, defendiendo un sector de la nobleza el reparto del reino
entre los hijos de Witiza, una manera de manejar a muchos reyes débiles. Pero
la mayoría de los nobles y la iglesia se opusieron, nombrando al duque de
Andalucía, Rodrigo como nuevo rey, encargándole la reorganización del estado y
el fortalecimiento del poder real. La cuestión acabaría en una breve guerra
civil en la que el nuevo rey derrotaría a los witizanos. Pero lejos de aceptar
la situación, los nobles rebeldes, partidarios de un estado débil y repartido
en el que podrían gobernar sus tierras sin límite urdieron un astuto plan. En
los primeros meses del año 711, el conde Julián, gobernador de la ciudad
visigoda de Ceuta y partidario de los witizanos entabló conversaciones con el
gobernador musulmán de Marruecos a fin de que tropas musulmanas desembarcaran
en Andalucía para apoyar a los witizanos a derrotar a Rodrigo. A cambio, los
vencedores pagarían a los musulmanes una gran cantidad de oro y les entregarían
la plaza de Ceuta. Añadido a este trato el plan contemplaba iniciar una campaña
de desprestigio al rey, acusándole de mantener relaciones extramatrimoniales
con la mujer de un importante noble, a la vez que se instaba a las tribus
vascas a rebelarse contra el rey.
A comienzos
de la primavera del año 711, en un clima de crispación y falsas acusaciones
contra el rey, que le hicieron ganarse muchos enemigos, las tribus vascas
comenzaron una revuelta general que obligó al rey a desplazar a su ejército
hacia el norte. Aprovechando la circunstancia, el ejército del gobernador
musulmán de Marruecos, Tariq, desembarcó en Cádiz para unirse a las tropas
witizanas. A marchas forzadas Rodrigo desplazó parte de su ejército al sur para
enfrentarse a los invasores. En la violenta batalla de Guadalete los witizanos
y los musulmanes derrotaron y mataron a Rodrigo, paseando su cabeza por el
campo de batalla. Sin embargo, los musulmanes pagaron la traición de los
witizanos asesinando a la mayoría de sus líderes. Así, eliminado lo mejor de la
nobleza visigoda, y ante el vacío de poder generado, España fue invadida,
convirtiéndose en una provincia mas del Islam.
Esp 06-visigodos from eolapaz
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