No os podéis imaginar la última ocurrencia de la SGAE. Hasta ahora la lucha contra la piratería y las descargas ilegales de había basado en lo obvio y lo más habitual. Perseguir a las mafias, acorralar el top-manta, control de fronteras. Incluso controlar las descargas de Internet y los servidores. Ahora, y made in Malasia llega el terror del e-mule, perros. Si, perros, de los de cuatro patas, ya sabéis.
El gobierno malayo se ha hecho con los servicios de Lucky y Flo, dos canes adiestrados para detectar en las fronteras todo tipo de dispositivos ópticos que almacenan películas, programas y otros objetos de deseo. Estas dos hembras zainas de labrador, que ya han demostrado sus habilidades en Estados Unidos, Hong Kong y Dubai, son la respuesta de varios gobiernos a la poderosa “Motion Picture Asociation” (MPA), una especie de SGAE a lo bestia, que presiona insistentemente para que se ponga freno a la piratería, y que ha puesto encima de la mesa mas de 24.000 € para entrenar a estos perros, a fin de que sean capaces de olfatear los productos químicos presentes en estos discos de almacenamiento.
Según explico Mike Ellis, vicepresidente de la MPA, los gobiernos deben ser conscientes del peligro global que para la industria del ocio suponen estas prácticas, por lo que la respuesta debe ser, así mismo, global.
Los dos chuchos (o chuchas, pues son hembras), realizan el trabajo de 20 policías en una décima parte de tiempo, gracias a su habilidad para detectar el policarbonato de estos dispositivos. Conocido el sistema, Ramoncin, en nombre de la SGAE, ha exigido al gobierno la creación de una brigada canina, formada por decenas de estos legionarios cibernéticos que, apostados en cada casa y cada felpudo, olfateen a los ciudadanos, en busca del delito.
Y es que España bate records. Yo creo que cuanto más lo dicen es peor. De hecho, el 46% de todos los programas informáticos que se usan en España, contando empresas y distribuidores, son ilegales, según datos de la Business Software Alliance (BSA).
Y el problema crece de manera proporcional al crecimiento de la banda ancha en España. Claro que con lo cara que es, no me extraña que haya gente que quiera así amortizar la inversión. De hecho España esta a la cabeza del uso de software ilegal con doce puntos por encima de la media de los países occidentales y sólo superado por Grecia (61%) e Italia (51%).
Según BSA, eso supone pérdidas de 689 millones de euros para el sector –que factura 2.500 millones– y la creación de 4.000 empleos menos.
El uso de programas piratas se eleva al 80% en los hogares, el 75% en las PYMEs y casi el 50% de las compañías de distribución. Lógico, casi no podemos comprar pollo, vamos a pagar por un programilla.
Luego viene el asustarnos, ya no solo con el tema del empleo, sino diciéndonos que España ha pasado del puesto 25 al 32 en el ranking mundial del uso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación, con lo que dejamos de ser competitivos. También podríamos potenciar el software libre, o pagar más a los investigadores, en este campo y los demás, que hay mucho científico de calidad, medio muerto de hambre o en el extranjero, y no porque yo me baje dos películas de la red. Quizá si hubiera menos ladrón en las grandes compañías, no hablaríamos del tema. Lo dicho, si veis un perro labrador, negro y hembra, formatear el disco duro, o tirar el iPod a una papelera, por si muerde.
El gobierno malayo se ha hecho con los servicios de Lucky y Flo, dos canes adiestrados para detectar en las fronteras todo tipo de dispositivos ópticos que almacenan películas, programas y otros objetos de deseo. Estas dos hembras zainas de labrador, que ya han demostrado sus habilidades en Estados Unidos, Hong Kong y Dubai, son la respuesta de varios gobiernos a la poderosa “Motion Picture Asociation” (MPA), una especie de SGAE a lo bestia, que presiona insistentemente para que se ponga freno a la piratería, y que ha puesto encima de la mesa mas de 24.000 € para entrenar a estos perros, a fin de que sean capaces de olfatear los productos químicos presentes en estos discos de almacenamiento.
Según explico Mike Ellis, vicepresidente de la MPA, los gobiernos deben ser conscientes del peligro global que para la industria del ocio suponen estas prácticas, por lo que la respuesta debe ser, así mismo, global.
Los dos chuchos (o chuchas, pues son hembras), realizan el trabajo de 20 policías en una décima parte de tiempo, gracias a su habilidad para detectar el policarbonato de estos dispositivos. Conocido el sistema, Ramoncin, en nombre de la SGAE, ha exigido al gobierno la creación de una brigada canina, formada por decenas de estos legionarios cibernéticos que, apostados en cada casa y cada felpudo, olfateen a los ciudadanos, en busca del delito.
Y es que España bate records. Yo creo que cuanto más lo dicen es peor. De hecho, el 46% de todos los programas informáticos que se usan en España, contando empresas y distribuidores, son ilegales, según datos de la Business Software Alliance (BSA).
Y el problema crece de manera proporcional al crecimiento de la banda ancha en España. Claro que con lo cara que es, no me extraña que haya gente que quiera así amortizar la inversión. De hecho España esta a la cabeza del uso de software ilegal con doce puntos por encima de la media de los países occidentales y sólo superado por Grecia (61%) e Italia (51%).
Según BSA, eso supone pérdidas de 689 millones de euros para el sector –que factura 2.500 millones– y la creación de 4.000 empleos menos.
El uso de programas piratas se eleva al 80% en los hogares, el 75% en las PYMEs y casi el 50% de las compañías de distribución. Lógico, casi no podemos comprar pollo, vamos a pagar por un programilla.
Luego viene el asustarnos, ya no solo con el tema del empleo, sino diciéndonos que España ha pasado del puesto 25 al 32 en el ranking mundial del uso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación, con lo que dejamos de ser competitivos. También podríamos potenciar el software libre, o pagar más a los investigadores, en este campo y los demás, que hay mucho científico de calidad, medio muerto de hambre o en el extranjero, y no porque yo me baje dos películas de la red. Quizá si hubiera menos ladrón en las grandes compañías, no hablaríamos del tema. Lo dicho, si veis un perro labrador, negro y hembra, formatear el disco duro, o tirar el iPod a una papelera, por si muerde.
1 comentario:
muchisimo trabajo.
Un buen articulo Zina, por cierto lo de la SGAE y Ramoncin ya pasa de castaño oscuro.
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