El rey no
quiere interferir al rey. Dicho así puede parecer una adivinanza, pero solo es
un trozo de realidad. Leía el otro día en un periódico nacional que nos
encontramos ante un fenomenal baby boom de mellizos. Un hecho asociado a la
alteración de la naturaleza, lo cual no es malo cuando tratamos de ayudar a la
gente, por ejemplo a la hora de tener hijos. Pero alterar la naturaleza para
otros menesteres es peligroso. Vease , en la actualidad la tendencia a tener
dos papas en el Vaticano, dos estados en Cataluña o dos reyes en España.
Esto último
comienza a tomar aires de sainete. Yo siempre había creído que ciertos cargos
se extinguían con la vida, vamos que un rey lo era hasta el fin de sus días.
Claro que eso se producía en aquellos tiempos en los que por naturaleza o
ambición de otros, la vida era más corta y nunca daba tiempo a que un rey fuera
un estorbo. Pero eso ya paso a la historia.
Esa debe
ser la causa de que el Rey se halla jubilado y ahora tengamos otro, bueno, mas
bien dos.
En todo
caso, tendemos a entender que cuando una persona se jubila se retira del mapa.
No vuelve a su empresa, no vuelve a hacer sus labores cotidianas y no vuelve a
dar la lata a sus compañeros. En España tenemos otra versión de la jubilación.
Hay gente que cuando se jubila deja de trabajar (al menos para su empresa, que
parece que no en beneficio propio), pero no deja de hacer gasto. Mantiene su
despacho, su secretaria, su coche, su seguridad y su agenda (y no me refiero a
la que tiene tapas).
Primero
conocimos el caso de Jordi Pujol. Un crack el hombre. Se retira pero se queda
con todos los privilegios de cargo. También hemos visto el caso de Esperanza
Aguirre, retirada pero con el don de no callar ni debajo del agua. Ahora, por
no aburrir con ejemplos, nos topamos con el ejemplo del rey. Uno de esos
hombres recios con los que no va el viajar con el imserso y mantenerse al
margen.
Como todos
sabemos su majestad dejó el cargo hace unos meses al no poder afrontar el ritmo
de trabajo del puesto, tras convertirse en presa de Sálvame y después de sufrir
más operaciones que una calculadora. Pero sigue trabajando, o eso parece a la
vista de su necesidad de despachos.
Y es que el
rey 2 ha
mantenido hasta ahora su secretaria y su despacho en Zarzuela, para una agenda
no continua y poco definida. Por lo que sabemos encargos concretos del rey 1 y
despacho de sus cosillas. Como parece que esa infraestructura parece ser poca,
la secretaria del rey 2 se mantendrá en Zarzuela pero el abrirá una sucursal en
el Palacio Real. La verdad es que para mantener tamaña actividad igual hubiera
sido prudente que no hubiera abdicado y así nos hubiéramos ahorrado la
explicación oficial, la interferencia.
Y es que la
explicación oficial de esta ampliación de espacios es para que un rey no
interfiera al otro. Lo cual, bien pensado (o mal, no se) resulta muy
desasosegante. En castellano interferir significa colocar algo en el camino de
alguien para interrumpir su acción.
¿Y eso como
hemos de entenderlo? . Porque si hablamos de interferencia puede entenderse que
el rey se cruza continuamente con el rey 1 en los pasillos de la Zarzuela e impide al rey
1 pasar, bien porque es muy grande, porque los pasillos son muy pequeños o
porque maneja mal las muletas.
¿O no
estamos hablando de interrumpir el paso? . Igual se están refiriendo a
obstaculizar no en el sentido físico, si no a interrumpir labores, esfuerzos y
planes.
La verdad
es que resulta encomiable el esfuerzo del rey 1 en por convertir esa
institución en transparente y limpia. Encomiable desde el punto de vista de que
todos necesitamos la mayor estabilidad, limpieza y ejemplo en todas las
instituciones, no enredarnos en más problemas y ganar tiempo para una necesaria
reconstrucción de un estado en ruinas, el que creó el anterior rey.
Igual, si
admira su obra y ama, como dice, a España, seria bueno que cerrara el despacho,
se fuera a un sitio con sombra y nos evitara el dolor de más polémicas,
intereses personales, amantes y divorcios incluidos.
imagen casa
real
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