jueves, 6 de noviembre de 2025

50 años después


Cincuenta años después de la muerte de Francisco Franco, España recuerda aquel 20 de noviembre de 1975 no sólo como el final de una dictadura de casi cuatro décadas, sino también como el inicio de una de las etapas más decisivas de su historia contemporánea: la Transición hacia la democracia. A medio siglo de distancia, la valoración del proceso sigue siendo, en conjunto, favorable: pese a sus contradicciones, la Transición logró convertir un régimen autoritario en una monarquía parlamentaria mediante el consenso, evitando el colapso y la violencia que amenazaban al país.

El 20 de noviembre de 1975, a las 5:25 de la madrugada, moría Franco en el Hospital de la Paz de Madrid. La noticia se difundió por la radio estatal con un tono solemne: “Españoles, Franco ha muerto”. Con ella, concluía un periodo caracterizado por la censura, la represión política y el aislamiento internacional. Pero el futuro no estaba escrito. Las fuerzas del régimen —el llamado “franquismo sin Franco”— aspiraban a perpetuar el sistema bajo la figura del rey designado por el propio dictador, Juan Carlos I. Sin embargo, el joven monarca, educado bajo el franquismo pero consciente del desgaste del sistema, decidió encaminar el país hacia la democracia.

La transición española no fue un acto espontáneo ni un proceso predeterminado, sino una compleja operación política de desmontaje controlado del franquismo. El primer paso fue la designación del rey Juan Carlos I como jefe del Estado el 22 de noviembre de 1975. Su juramento ante las Cortes aún incluía la fidelidad a los “Principios del Movimiento Nacional”, pero el monarca, en sus primeras declaraciones, introdujo un matiz decisivo: habló de “una voluntad renovadora de cambio” y de su deseo de “ser rey de todos los españoles”.

Para llevar a cabo esa renovación, el rey necesitaba un interlocutor capaz de reformar el régimen desde dentro. La elección de Adolfo Suárez, antiguo secretario general del Movimiento Nacional y ministro del tardofranquismo, fue en apariencia conservadora, pero en realidad audaz. Suárez comprendió que no bastaban simples reformas administrativas; hacía falta una transformación política completa.

Desde la presidencia del Gobierno, impulsó la Ley para la Reforma Política (1976), aprobada en referéndum con casi el 94 % de los votos. Esta ley fue la clave legal que permitió desmantelar las Cortes franquistas y convocar elecciones democráticas. Era, como muchos historiadores afirman, “la ley que se suicidaba a sí misma”.

A la visión política del rey y a la habilidad táctica de Suárez se sumó la colaboración —a menudo silenciosa— de otros actores: el presidente de las Cortes Torcuato Fernández-Miranda, autor intelectual de la Ley para la Reforma Política; el general Manuel Gutiérrez Mellado, que garantizó la lealtad del Ejército al nuevo proceso; y los líderes de la oposición democrática, como Santiago Carrillo (Partido Comunista) y Felipe González (PSOE), quienes aceptaron el diálogo y renunciaron a la vía revolucionaria.

El año 1977 fue decisivo. En junio se celebraron las primeras elecciones libres desde 1936, ganadas por la Unión de Centro Democrático (UCD) de Suárez. Poco después, se firmaron los Pactos de la Moncloa, acuerdos económicos y políticos entre gobierno, oposición, sindicatos y empresarios que permitieron estabilizar la economía y sentar las bases de la Constitución de 1978.

La Transición no fue un camino sin sombras: hubo violencia política (de extrema derecha, de extrema izquierda y del terrorismo de ETA), tensiones territoriales y heridas que no se cerraron del todo. Pero frente a la tentación del enfrentamiento, la mayoría de los actores apostó por la reconciliación nacional. Tras cuarenta años de división y silencio, España supo negociar su futuro en lugar de repetir su pasado.

La Constitución de 1978, aprobada por referéndum el 6 de diciembre, consolidó un sistema parlamentario, reconoció las autonomías, las libertades fundamentales y la soberanía popular. Fue redactada por un grupo plural —los “padres de la Constitución”— que representaban a casi todo el arco político. El texto fue una síntesis de consensos, una obra pragmática que permitió integrar a todos los sectores en el nuevo marco democrático.

La comunidad internacional reconoció pronto el valor del proceso español. En plena Guerra Fría, la Transición se convirtió en un modelo de democratización pacífica, observada de cerca por América Latina y Europa del Este. Mientras otros países salían de dictaduras mediante rupturas violentas o revoluciones, España optó por la negociación y el pacto.

El historiador británico Raymond Carr lo definió como “una revolución desde arriba y desde abajo al mismo tiempo”; el politólogo Juan J. Linz lo describió como “una transición negociada que evitó el trauma”. Incluso los críticos más severos admiten que el proceso logró lo esencial: establecer instituciones democráticas estables, garantizar las libertades y reintegrar a España en Europa.

Hoy, al recordar el aniversario de la muerte de Franco, conviene mirar la Transición sin mitos, pero también sin cinismo. No fue perfecta, pero fue necesaria. En un país que venía de una guerra civil y de una dictadura de casi cuarenta años, lograr el paso pacífico a la democracia fue un logro histórico.

Frente a las voces que hoy la juzgan como un pacto de élites o una cesión excesiva al pasado, conviene recordar que sin aquella política de acuerdos —sin la renuncia al rencor— difícilmente España habría alcanzado el grado de libertad y estabilidad de que goza. La Transición no fue una rendición: fue una apuesta valiente por la convivencia.

En palabras del propio Adolfo Suárez, pronunciadas en 1976: “Yo no inventé la democracia española; la hicimos entre todos, desde nuestras diferencias, para que nunca más se confundieran las ideas con los fusiles”. Medio siglo después, esa frase sigue siendo la mejor síntesis del espíritu que convirtió el fin del franquismo en el comienzo de una nueva España.


Fuentes consultadas

  • Preston, Paul. El final de la guerra y la larga dictadura de Franco. Penguin Random House, 2019.

  • Juliá, Santos. Transición. Historia de una política española (1937-2017). Galaxia Gutenberg, 2017.

  • El País, “La Transición, medio siglo después: luces y sombras de un pacto que cambió España”, noviembre de 2024.

  • RTVE Archivo, “La muerte de Franco y el inicio de la Transición”, reportaje especial 2025.

  • BBC Mundo, “Cómo se gestó la Transición española y qué papel tuvo el rey Juan Carlos I”, noviembre de 2020.

  • Fundación Adolfo Suárez, discursos y documentos (www.fundacionadolfosuarez.es).

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