Quizá no ha
recibido tanta atención por parte de la prensa, como situación financiera, pero
la llegada de la tecnocracia a los centros de decisión de la UE no es un hecho
insignificante. Mario Monti y Lukas Papadimos son, desde hace días, los nuevos
primeros ministros de Italia y Grecia, encargados de enormes responsabilidades,
sin que hayan pasado por las urnas y sean el resultado de la voz del pueblo. No
es el mismo caso, pero Mario Draghi, el flamante presidente del BCE resulta ser
un gestor de perfiles parecidos.
Yo no creo
que existan personas apolíticas. Individuos carentes de ideología y alejados de
toda simpatía, relación y sometimiento (real o moral, total o parcial) a un
grupo político o de presión. Más bien creo que los llamados tecnócratas, esos
individuos de probada valía y méritos que ahora nos quieren vender, son
personas cuyos sentimientos, ideologías y afinidades partidistas no conocemos,
no han trascendido. Y esa opacidad es la que me parece peligrosa a la hora de
decidir nuestro futuro y lo que afecta a nuestras vidas. De hecho, los nuevos
dirigentes de Italia y Grecia presentan biografías que revelen un elevado
protagonismo en la resolución de una crisis que ahora se aprestan a resolver.
Bien conocido es el carácter caballeresco de Monti, que en sus años de
comisario europeo de competencia y mercado interior se enfrentó a Microsoft,
multándola por abuso de posición y frenando las intenciones de General Electric
en su intento de compra de competidores europeos. Pasará tiempo hasta que
sepamos cuanto de efectismo a los Robin Hood hubo en esas medidas y cuantas
carencias en la regulación de los mercados, incluidas la falta de control de la
intervención en estos de las administraciones públicas. Pero el super Mario que
se enfrentó a esas multinacionales es el mismo, no lo olvidemos, que asesoraba
a Coca-Cola (igual que el nuevo presidente del BCE Mario Draghi). De la misma
forma que era asesor de uno de los pilares de nuestros males, Goldman Sachs
(curioso, igual que Draghi).
Los tres,
Draghi, Papadimos y Monti, han sido, además, miembros muy relevantes del equipo
de gobierno del BCE. Una institución a la que, como recordaba Rodríguez
Zapatero y otros ministros europeos esta semana, todos los europeos hemos
cedido competencias y soberanía económica, para que no haga nada. Bueno eso no
es exacto, si hace, servir a los intereses de Alemania, obsesionada porque el
BCE se limite a controlar la inflación, haciendo de estorbo para que los bancos
nacionales puedan tomar alguna iniciativa, si es que alguna vez se les hubiera
ocurrido. No podemos cargar las tintas en el BCE, porque la actuación de los
bancos nacionales han tenido actuaciones muy desafortunadas, y un ejemplo es el
español con respecto al descontrol de las cajas. Pero lo que es indiscutible es
que estos tres personajes han estado en la periferia, al menos, de los males, y
en el centro de las soluciones. Pero su llegada al poder tiene otra cara más
relevante, especialmente en el caso de Papadimos y muy especialmente de Monti.
No han sido elegidos por nadie con soberanía. En ambos casos, especialmente en
el italiano, la clase política se ha ofrecido a si misma un líder político no
elegido que ella misma a ratificado.
En el caso
de Monti, previo nombramiento a dedo por el presidente de la republica como
senador vitalicio, para que fuera miembro del legislativo. Algo legal, pero muy
poco ético. Suena como aquel triste suceso de la vida española de principios
del XX, en el que acusados de corrupción y lesa humanidad en sus aventuras
africanas, el general Primo de Rivera se hizo con el gobierno para taparse las
vergüenzas y, ya de paso, evitar la caída de los partidos tradicionales,
amenazados por una manera de indignados que ya no aguantaban más. ¿A que os
suena de algo, comparado con la actualidad?.
En todo
caso, se abren inquietantes preguntas en esta historia. Si Papadimos y Monti y
sus ministros italianos son los mejores, si son profesionales de gran prestigio
y capacidad, los mejores en su campo, ¿Por que no fueron elegidos antes, por
que los gobiernos de esos países no recurrieron antes a esas figuras?. ¿Por que
cuando fueron responsables del BCE no demostraron esa “reconocida” capacidad,
para ayudar a evitar este desastre?. La respuesta de que la dirección política
de un país debe estar en manos de los representantes del pueblo y la técnica en
el más preparado no nos vale, en Italia el gobierno es totalmente apolítico,
según dicen. Pero el último paso de esta lógica es más lamentable, que queremos
decir ¿que para derrochar y meternos en problemas los gobernantes deben ser
elegidos, y para sacarnos de ellos debemos renunciar a la democracia y elegir a
dedo?. Ese era un planteamiento de las viejas sociedades de la Edad Antigua , que
recurrían a tiranos y aristócratas cuando las cosas se ponían feas, pero se
supone que estamos en otro estadio de nuestra evolución, y que un pueblo
responsable y formado sabe elegir y que, además, tiene derecho a equivocarse,
es nuestra vida.
Estamos
metidos en una situación espinosa, en lo político, ¿que ocurrirá si estos
gobiernos tecnocráticos y nacidos al margen de los partidos y las elecciones
triunfan, sanean la economía y sientan las bases de un futuro próspero?.
¿Seguiremos entonces con gobiernos de ese estilo, o volveremos a elegir a
nuestros torpes políticos?. ¿Debemos modificar nuestro sistema para una mayor
regulación y control, de nuestras instituciones y políticos legítimamente
elegidos?.Si nos quedamos con lo primero habremos enterrado nuestra democracia,
pero si hacemos lo segundo ....
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digitalpress
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