domingo, 9 de noviembre de 2008

Obama y los sueños

Sueños son sueños, parafraseando a Helenio Herrera. Aun cuando los retos que se abren ante Obama son inmensos, tanto por la grave situación financiera, política y moral que vive el mundo, como por los inmensos obstáculos y prejuicios que se abaten sobre su mandato, un nuevo camino se ha abierto. Por su raza, y por sus ideas.

Y es que quizá no sea tan importante el color de su piel, que lo es en el mundo de los gestos y las mentalidades, como su disposición ante el poder, su enfoque. Obama esta creando expectativas, sueños, ilusiones en medio mundo, pero comedidas. No ha escondido nunca su fe en el futuro, ni su convicción de los sacrificios y esfuerzos que el destino nos depara. Y para ello no ha tenido rubor ni miramientos en aceptar un hecho incontestable, los gobiernos, máxime en este mundo desideologizado, deben estar compuestos por gestores honrados, experimentados y entregados a una causa común noble, no al saqueo y los delirios de grandeza privada. Y eso se esta plasmando en el diseño de una administración plagada de hombres y mujeres de su partido, de otros, o de ninguno. Al tiempo que plagada de puentes hacia quienes por encima de enemigos, son imprescindibles para los retos que deberá afrontar la humanidad en las próximas décadas.
Pero con eso y con todo, el futuro es muy incierto, y el pasado debe quedar abierto, para recordar que la vida es una acumulación de esfuerzos, de sufrimientos y de pequeños pasos, sin los que las zancadas son imposibles.Los grandes núcleos de población negra de Estados Unidos, han vuelto estos días los ojos a sus caídos en la lucha por lograr un paso más en la normalización de la convivencia entre razas. Miles de flores, y de lágrimas se han depositado estos días sobre la tumba de Martin Luther King, en la Avenida Auburn de la ciudad de Atlanta, frente a ese famoso epitafio que reza "Al fin libre, al fin libre, gracias a Dios. Por fin soy libre".Muy cerca de ese lugar sagrado para la lucha por la igualdad reside otro símbolo de la lucha por la dignidad humana Ann Nixon Cooper, la mujer que a sus 106 años mantiene viva la lucha por que los derechos civiles reconocidos por la ley a las minorías, se cumplan. Y se erradiquen los últimos letreros que en Missouri, Alabama o Georgia, proclaman en empresas y establecimientos "Whites only" o "No Negroes". O lo que es peor, aquellos que sin estar escritos, existen y se sienten. Durante estos años, Anne Nixon Cooper ha luchado, como muchos, no solo por acabar con discriminaciones legales sangrantes, sino con una opresión aun peor, la del analfabetismo y la pobreza que condena irremediablemente a la marginalidad a las minorías, y que fuera de Estados Unidos, condena a países enteros, y es que la ley sin el alma cultivada no es nada, como dice Martieri.
Obama no es ciego a esa realidad que burla la ley, ni a esos luchadores que, aunque por su estética y radicalidad resulten políticamente inconvenientes, son parte de su triunfo y de su futuro. Y en ese terreno de la cotidianidad, de la educación y de las actitudes de barrio se va a dilucidar parte del futuro. Obama lo sabe, y sus detractores también. Los analistas y los grandes políticos mundiales recelan de un sector de la sociedad americana que es difícil prever como asimilará el entregar su destino a un presidente negro. Se discute abiertamente en algunos medios, y se apuesta en algunas empresas de juego sobre cuanto tardarán en matar al Kennedy negro. Sin reparar en que el peor riesgo de asesinato no existe en perpetrarle sobre Obama, sino sobre la mayoría silenciosa de ese país y de todos. Bush se va, pero se queda, y con él sus intereses, vicios y sustentadores.
Una pieza clave en la ejecución cotidiana de la ley son los tribunales. En el sistema americano, los miembros del Supremo son vitalicios, y Bush ha constituido un núcleo conservador que minará cualquier medida de reforma y progreso radical, que la situación exige. Hace meses el Tribunal Supremo ya dictaminó en contra de los programas educativos que buscaban en Estados Unidos el desarrollo educativo y formativo de las minorías, paso sin el cual su papel seguirá siendo gregario. El alto tribunal argumento para frenar esta reforma educativa que la raza no podía ser causa que determinase la escuela a la que podían ir los estudiantes, uno de los derechos civiles más importantes y claves para el nuevo mundo que se pretende construir. El resultado ha sido que los jueces conservadores han desmontado los programas educativos de Seattle, Louisville y Kentucky, encaminados a lograr la integración de las minorías mediante la diversidad racial en los colegios públicos. La sentencia no es única en la deriva conservadora del tribunal que dirigen el Juez Presidente, John Roberts, y el Juez Asociado Samuel Alito, los dos hombres clave designados por el presidente George. W. Bush, y que afecta a temas clave como el matrimonio, el aborto o la sanidad pública, uno de los ejes del nuevo estado que propone Obama. Y no es solo un retroceso en los avances conseguidos contra la segregación racial desde la histórica decisión de Brown v. Board de prohibir la segregación racial en las escuelas en 1954, es un retroceso en la lucha contra la marginalidad y la pobreza que impide la promoción y la participación de millones de hombres y mujeres en el futuro del mundo. Algo que no solo ocurre en la lejana Ámerica.
Hoy el mundo, mientras aplaude la llegada de Obama, como quien recibe a un salvador, en un nuevo y cínico ceremonial de “Bienvenido Mr. Marshall”, olvida en su propia casa lo que reclama en la del vecino. Las esperanzas del mundo quedan así depositadas en el gran hermano atlántico, y en una reunión de jerifaltes que refunden el capitalismo y la democracia, sin reparar en como discurre nuestra vida cotidiana, muy lejos de ese sueño, sin reparar en las responsabilidades que sobre el pasado y el futuro tenemos los europeos y las demás potencias mundiales, y sin reparar en quien fue el culpable, por seguidíimo, inoperancia o ceguera de la situación actual, que es algo más, dicho sea de paso, que la crisis de cuatro bancos supermillonarios y cuatro ejecutivos ambiciosos cuya vida no caminara a la tragedia, como la de millones de inocentes afectados por el desorden creado en bancos, industrias y campos de batalla. Seria interesante averiguar cuantos alcaldes, concejales o cargos políticos medios están ocupados en la vieja Europa por miembros de las minorías raciales más castigadas por el analfabetismo y la pobreza. Seria vergonzante contar cuantos sueños, de los que admiramos o reclamamos a Estados Unidos han sido enterrados en Europa, y cuantos Obamas hay entre nosotros abandonado Europa.

1 comentario:

Marty dijo...

Creo que va a serle dicifil, si no imposible lograr todo lo que se propone. Por los prejuicios, por la Administración del país, por la falta de recursos...

lo que no me cabe duda es que lo intentará, y le aplaudiremos gustosamente si lo logra.

Su asesinato ronda desde que fue candidato, y quedó patente al contemplar esas pantallas de cristal antibalas de mas de tres metros que le cubrian en su primer discurso como presidente electo.

Suerte Obama.

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