domingo, 21 de septiembre de 2008

Mojar pagando

Mojar, o no mojar, he ahí el dilema, se dijo a si mismo Miguel Ángel Revilla, mientras paseaba su sexo palpitante, y sus 18 añitos de buen mozo, por el Bilbao de la posguerra. Y mojo, y pagando, ahí es nada. Es indudable que es una historia simpática, tal como el personaje que la difunde. Un hombre dicharachero, campechano, sencillo, llano y que vive y piensa al nivel del pueblo, no como esos engolados tecnócratas de Madrid, que viven en otra galaxia, cosiendo y descosiendo a su antojo la vida de la gente, como penélopes de la política. Pero Miguel Ángel, es distinto. Hasta se va de putas, como cualquier mortal. Visto fríamente, ese es todo el resumen de la historia, no hay apología de la prostitución, como recriminan las chicas de Mariano, ni posiblemente mofa de meretrices. No ha sido más que un chiste, una forma de distender al personal en estos tiempos de cólera financiera.

Pero el drama permanece, cuando la actualidad pasa, las palabras no son importantes, por sus letras, sino por sus tonos, y los mensajes se valoran según quien los pronuncia.
Da la impresión de que vivimos en un mundo en el que escandalizarse es motivo de escándalo, y en el que estamos obligados, salvo que queramos ser tachados de retrógrados, a admitir todo. Y no. Hay cosas que por muy vistas y cotidianas no son aceptables. El sexo libre es un derecho, la esclavitud sexual una vergüenza para todos. ¿A mi que me importa que este señor, en sus años mozos viviera en una España en la que la moralina y la represión impidieran echar un casquete, y hubiera que pagar para desahogarse?. ¿A que cuento viene eso ahora?. A mi lo que me importa es que hoy, en la España del 2008, muchas mujeres y algunos hombres luchan por una igualdad y una dignidad que no llegan. Lo que me importa es que hay, aun hoy, mujeres obligadas a permitir el uso de su cuerpo para sobrevivir, soportando cada día, babas, humillaciones y vejaciones por cuatro euros. Y en medio de ese drama que soportan muchas mujeres, condenadas a una vida de ultraje, tratadas como mercancía barata, un representante público, la cabeza de una institución de gobierno, el dirigente de un pueblo, encargado por este de proteger a todos, incluidos los mas débiles, usa el tiempo que le pagamos para, disipado en televisiones y radios, jactarse, regodearse, enorgullecerse de que el tiene el dinero para saciar sus instintos con una mujer. Una de esas que solo sirven para ser jodidas. Hay que joderse con el servidor público. Ya simplemente me inquita el hecho de que un hombre que asume la responsabilidad de gobernar a un pueblo, considere que el término más apropiado para definir las relaciones sexuales con una mujer sea “mojar”. Reduciendo así la sexualidad a un acto fisiológico, como mear, por ejemplo. Bueno, pues igual que si estando en mitad del Paseo Pereda te entra un apretón, pagas por usar una cabina de aseo, o usar el baño de un bar, si estas en Bilbao y te entran ganas de desahogarte, pues pagas a una tía, que para eso están, para abrirse de piernas cuando a un señor le apetezca. Visto así, un violador tampoco es tan malo. Lo único que le distingue es que él se satisface gratis, como los que piratean programas y discos, que tampoco pagan. Si reducimos el valor de una mujer así, porque no hemos de admitirlo.
Y no hablamos de moralidad, ni de virtud, ni de farisaísmo, no vengamos ahora con el rollo progre de siempre. Hablamos de mujeres, de vidas, de miserias, de condenas a vivir en suciedad, en marginación, en venta. Hablamos de un negocio que perpetua una situación de inferioridad y desigualdad total de ciertas mujeres, muchas condenadas por esa falta de educación, de protección y de apoyo, que los poderes públicos han jurado dar.
Pero que queréis que os diga, lo más cómico no me parece la existencia de un político que basa su éxito en el chascarrillo y la comicidad, en caer bien a la gente porque es espontáneo, vulgar e indiscreto. Lo cómico es un pueblo que considera esas características una virtud y un valor a considerar en un gobernante.
Y si de verdad quiere mojar que lo haga. Que moje en el tema de las mercancías peligrosas de Tanos, y no conteste la chorrada que les ha soltado a nuestros compañeros esta semana en eolapaz.com. Que se moje en el tema de Parayas y su desgobierno, accesos incluidos. Que se moje en el tema educativo y en el porque los cantabros apenas pueden estudiar medicina en su ciudad. Que se moje en el uso de los caladeros vascos por nuestra flota. Que se moje en las listas de espera sanitarias. Ahí puede mojarse, y no hace falta que pague, que en esos mojes, ya le pagamos nosotros.

4 comentarios:

elhidalgocaballero dijo...

Sin fariseismos. Estoy de acuerdo. Cuando se tiene razón se tiene razón y a tu artículo no le falta.

torrelavegaforever dijo...

Lo siento Zina, pero creo que en este artículo pecas de feminista. Ahora bien, respeto tu opinión aunque no la comparta.
En lo que si estoy de acuerdo es en que nuestro representante ante el resto de los españoles no se puede permitir esas licencias periodísticas.
Saludos

larosadelapaz dijo...

"Que moje en el tema de las mercancías peligrosas de Tanos"
Totalmnete de acuerdo contigo,



si me permites te voy a enlazar en mi blog

Denis Lizarbe dijo...

En la medida que avanzo este noble artículo, me convenzo cada vez más que hay una necesidad general por nivelar de una vez por todas los derechos humanos sin menoscabo de la condición sexual.

Yo, que he visitado tantas veces burdeles para todas las clases sociales (no para "mojar"), con la finalidad de hallar una razón por la cual pueda validar tamaña vejación contra la sexualidad. Desnaturalizan los varones la intima relación entre dos personas, abusan los incitadores y especuladores este negocio tan antiguo como vergonzante, huyen las almas mas empobrecidas y los espiritus mas esmirriados subyugandose a los poderes del dinero sin importarle la dignidad.

Es un problema social muy complejo, pues en esa población, que "moja" pagando, se hallan también los desvalidos de toda fuerza natural hacia la copulación, las mentes enfermizas y cinicamente timidas que encuentran, en esos antros, una luz que les ayuda superar la oscuridad cegadora que les impone el tunel de sus viles existencias.

de modo que no solo es "mojar" pagando, sino también "secar" las inundaciones del alma, cómo no, pagando.

Un abrazo Zina, has trazado una excelente visión de esta problemática. Como siempre con ese aprehensivo espiritu social que te caracteriza.

Escríbeme pues, a veces me hace falta dialogar contigo.

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