sábado, 3 de noviembre de 2007

Velos


Este mes he encontrado un blog muy interesante, que trata a diario temas de actualidad, pero de esos que, a veces, son contraportada, no primera. Se llama lordismo, y le mantiene un joven periodista de la Voz de Asturias. Es fácil encontrar allí temas de gran interés, a veces carbonizados en las primeras de los medios, a veces desperdigados por la página 40, a veces desconocidos. Aunque su temática es muy general, los temas sociales y científicos predominan, mostrándose en ellos un pensamiento muy claro, de ese, no se porque, que se llama progresista. Desde que lo encontré, hace unas semanas, he conocido a la verdadera Doris Leesing, a los lados oscuros de Potter, los pliegues del universo o los vericuetos de la revolución de octubre, la de Asturias, no la otra. Claro, que todo tiene sus pegas, y la de este hombre es el rencor. Estaré equivocada, pero sus comentario, acertados y con un fondo de razón, son de una amargura y un resentimiento, que a veces me hacen reír, que por eso lo leo. Y es que una cosa es ser cañero, y otra miserable.

Hace unos días el post iba sobre el velo islámico. Ya de entrada, relacionar en el titulo, el tema con los tangas, no parece de buen gusto, sobre todo porque a quien lo padece no le debe hacer mucha gracia el tema. Pero los tíos son así, las cosas de tías les hacen gracia, podían mirarse lo que tiene debajo del ombligo, que eso si que es para reírse.
Pero no nos desviemos. El tema resultó que no era el velo, sino los velos. Y ya desde ahí a por los colegios privados. El resto del post es una diatriba, con algún toque de humor, sobre lo mal que lo pasaba él en su juventud. Y es que hay que ser masoca, le jodieron en su cole y luego se va a una universidad católica. Solo le falto hacerse portavoz del episcopado.
Hay una idea interesante en el artículo. Expulsar a una niña de un colegio por llevar velo es una salvajada. Porque como él dice, no podemos negar el derecho a la educación a una mujer, para forzarla a quitarse el velo, porque eso es una condena eterna a la dominación por parte de los hombres. Pero por la misma razón, no podemos negar el derecho al trabajo, ni renunciar a su sabiduría a los profesores que por su uniforme o sus comportamientos manifiestan una ideología.
Lordismo es muy admirador del blog de Zizek. Zizek contaba hace tiempo como los jóvenes amish, tras 17 años debajo de la zapatilla de una educación estricta eran soltados al mundo para que en dos disfrutaran a tope del sexo, las drogas, el pop y los coches, para, visto el mundo americano, decidieran si seguir en esa orgía permanente o convertirse en amish comprometidos para siempre. Claro que, dicen estos dos, esa no es una decisión libre porque después de muchos años de disciplina estos adolescentes son lanzados al mundo de forma brusca, sin haber tenido la oportunidad de desarrollar ningún control en esta nueva vida, apareciendo reacciones incontrolables, y una ansiedad insoportable. Así que volverán a su reclusión para salir de ese infierno, que antes parecía un paraíso.
Pero digo yo, no se, que ni los colegios de la iglesia serán tan opresivos, ni el viaje de fin de curso será una orgía permanente, supongo.

También es cierto que se debe proteger a los jóvenes de la paranoia de los padres, de esos que objetan a la ciudadanía, anteponen su derecho a educar a su hijo por sus valores, o se enfrentan a la sociedad satánica de las minis y los bikinis, y dejan de lado el derecho de sus hijos a ser educados en libertad.
Pero, con todo eso, en lo que estoy de acuerdo, no entiendo a esa gente que nos cuenta las atrocidades y maldades de los colegios privados y concertados. Yo estudio en un instituto de barrio de Santander, y esa fotografía que describen de persecución, sometimiento y opresión no la veo en mis compañeros de centros concertados y privados. Es más, la mayoría de ellos están en colegios con muchos menos medios que los ies, y gozan, sin embargo, de una libertad en el trato con sus profesores, o a la hora de plantear iniciativas, que yo ni huelo. A mi me parecen gente normal, que hacen fuera de sus colegios una vida normal, en la que muy pocos tiene una vida familiar elitista. Quizá en las grandes capitales si, pero en lugares como este no. Surfeo, voy al cine, salgo de noche o escribo en una revista con gente de esos colegios, y veo en ellos todo lo bueno y todo lo malo que pueda tener cualquiera de mis amigos de los ies. Quizá estén sembrando en ellos algo que mas tarde salga. También mis profesores siembran y transmiten doctrina. De todas formas, y hablando de velos, los que se definen por oposición (los anti...), ¿no deberían quitarse el velo?.

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