Hay que ver como pasa el tiempo, parece que fue ayer cuando el guitarrista Ben Gibbard abandonó Pinwheel para crear una nueva banda, rockera, independiente y alternativa, Death Cab for Cutie.
Parece que ha sido ayer y sin embargo han pasado dieciocho años. Dieciochos desde que Ben fichara para su proyecto a Christopher Walla en su remoto y arcadiano estado de Washington. Dieciocho años tras los que la banda de Gibbard parace que va a tener que volver a empezar, tras el abandono de su ex amigo Walla, y en plena grabación de su último trabajo, “Kintsugui”. Y si nacieron en uno de los más remotos estados americanos, parece ser que se han ido igual de lejos para recomponer su historia, a la vista de lo confusa de su nueva propuesta.
Walla ha tenido el buen sentido de acabar la producción del disco antes de largarse del todo, pero el mal rollo nunca produce buenos sonidos, y las banda con dos cabezas rara vez son una genialidad, más bien un monstruo.
De hecho, cosas del destino, la banda toma su nombre de otro monstruo, el que recrea la canción satírica que Bonzo Dog Doo-Dah Band incluyó en 1967 en su álbum Gorilla.
Hace dieciocho años, la critica respiró de manera distinta a como lo ha hecho en esta última grabación. “You Can Play These Songs with Chords”, su primer LP fue un éxito de crítica, en aquella primera formación de la banda en la que junto a Gibbard y Wella, se encontraban Nicholas Harmer como bajista y Nathan Good como batería.
Precisamente Good sería la primera deserción de una banda que nunca ha tenido suerte con los baterías, aunque ha tenido muchos.
Cuando en 2004 la banda dejó a su sello para fichar por Atlantic Records, algunos ya predijeron que la puereza de la banda comenzaba a flaquear, eso que su primer álbum con la nueva compañía recibió una nominación para los Premios Grammy por "Mejor álbum de música alternativa de 2005".
Tras ese cambio la banda se adentró más en el mercado. La banda sonora del juego de carreras para Xbox 360 Project Gotham Racing 3, y la colección de cortos "Directions," son proyectos de esa época. Tres años después llegaban al top 200 de Billboard con "Narrow Stairs", tras un carretón por los platos de media América de la mano de David Letterman y Jimmy Kimmel, entre otros.
Ahora regresen con Kintsugi, su octavo disco, inspirado en las vivencias de Gibbard en Los Ángeles. Un disco que no parece romper con el sonido anterior, como había anunciado el líder de la banda, ni despejar las dudas sobre la viabilidad de la banda sin Wella.
Podremos juzgar con más criterio cuando el 31 de marzo salga al mercado el disco completo, pero de momento, su primer sencillo, “Black Sun”, nos ha dejado un poco fríos, y no por las nevadas. Pero, juzgar por vosotros mismos.
Imagen blogs.courant.com
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