domingo, 6 de julio de 2008

Mira que eres malo

En estos primeros días del verano, Lekeitio, la villa ballenera que reina en la margen izquierda del Lea, la que fue retiro de la emperatriz Zita de Austria, la que cada septiembre festeja arrancando cabezas a gansos vivos, celebra sus tradicionales fiestas patronales en honor de San Pedro. Su puesta en escena recuerda a las bramantes guerras entre los gamborinos y los oñacinos de Ondarroa. Las guerras banderizas que con la Isla de San Nicolás de testigo “animaron” la baja edad media vizcaína, en un preludio del enfrentamiento entre las dos Euzkadis, la industrial y moderna y la rural y apegada a la trainera y el olor a roble.

En el fondo, poco han cambiado las cosas en estas tierras bajas de Euzkadi. De hecho, hay quien dice que aun no han salido del neolítico, como una parte de Euzkadi. Y es que las gentes de tierra a dentro siguen depredando al pairo del ganado. Mantienen sus viejas costumbres solidarias, esas que permiten que familias enfrentadas y miradas con ojos ensangrentados, se presten auxilio en cada cosecha o cada burla del destino, aun cuando no se hablen. Un trabajo solidario y comunal, superpuesto a un carácter individual, altivo y orgulloso, el mismo que ha tornado las actividades cotidianas, más rutinarias y terribles, en signos de identidad y comunidad, como arrastrar piedras, exprimir bueyes o cortar árboles. Signos donde la apuesta y el desafío se entroncan con un sentido arraigado y convencido de la convivencia con el medio natural. Si bajamos de los valles interiores a la costa, Lekeitio sigue siendo un buen ejemplo de esto. Desde su imponente y desproporcionada iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de Santa Maria, signo vivo de la importancia medieval de la villa, sale cada año la procesión de San Pedro. Tras danzar el Kaxarranka Los mozos pasean al santo por el puerto en un acto de exigencia, no de petición, de pesca, salud y paz. Llegados al puerto, los mozos hacen tres ademanes de tirar al santo a la ría, como las tres negaciones de Pedro, en un claro aviso de que o les protege o aprende a nadar. Lekeitio, como tantas zonas de Euzkadi, han deambulado por nuestra reciente historia, al margen del progreso, de la industrialización y de los cambios que esta trae, en la visión, además, de que estos solo han beneficiado a los señoriítos de la villa de Diego López de Haro, a los italianos que trajeron las conservas o a los ingleses que se llevaron el carbón, tañido con la piel de los carboneros vascos. Un fresco impresionante Lekeitio, de la raíz de un pueblo noble como el mío, pero con una mezcla explosiva de inmovilismo y rencor.
Lo peligroso en estas situaciones, no son los pueblos que las viven, sino las hienas que las cultivan, prestos a recoger en ellas la flor del odio, y entre sus pétalos, el néctar del poder.
Describía Marión Wells, en sus “Cuentos de Chester”, y entre los sórdidos personajes de su obra, el de un recurrente cretino de mirada viscosa, que acostumbraba a reinar entre las muchedumbres de su aldea, entre el fanatismo inducido en ellas, la ignorancia cultivada y la siega de cabezas entre los rebeldes, los díscolos, o los neutros.
Siguiendo ese patrón, y como, también, recién sacado de un trabajo sobre la psicología de la soberbia de Enrique Rojas, el ex presidente del PNV Xabier Arzalluz se ha despachado a gusto con una crítica rastrera y difamante contra el otrora presidente del PNV Josu Jon Imaz, nombrado hoy por Repsol, como nuevo presidente de Petronor, su filial vasca de hidrocarburos.
Arzalluz, una de las causas mas hondas de las vergüenzas de Euzkadi, ha construido un discurso miserable, que ha sustentado a partir del trabajo que Imaz ha venido desarrollando en estos meses que median desde su marcha de la presidencia del EBB. Y es que en este tiempo, Imaz ha estado trabajando en la Kennedy School de la Universidad de Harvard, donde ha elaborado varios trabajos sobre temas energéticos. Arzalluz ha venido a decir que el ex presidente del EBB ha estado haciendo méritos, poniéndose al servicio de la multinacional “española”, para mendigar un cargo empresarial, que seguro ha tenido un precio político, en lo que Arzalluz ha definido como "un mal ejemplo para la juventud que cree en Euskadi". Como si crear riqueza, desarrollar una gran empresa y cuidar el medio ambiente y el empleo fueran un mal ejemplo. Quizá si para los Kale borrosos.
El ataque de Arzalluz no es una lícita reflexión pública sobre el trasvase de políticos hacia el mundo de la empresa privada, y las consecuencias y condiciones de ese tránsito. Hecho que trata la ley y que en este caso es irrelevante, pues Imaz desempeñaba hasta hace unos meses un cargo interno de un partido, no una representación institucional. El desenvaine de navajas del viejo jesuita responde más al choque entre Lekeitio y Bilbao. Entre dos concepciones de un país. Entre quienes han hecho del clientelismo, el analfabetismo y la cultura del miedo el águila de su bandera, y quienes defienden la identidad de un pueblo y el orgullo de una cultura como dovela clave de una sociedad inserta en la modernidad, que aspira a emplear sus muchos méritos para no ser comparsa sino protagonista del mundo en que vive, sin renunciar a nada, sin odiar a nadie, sin desperdiciar ni cerrar nada.
Los partidos deben brotar de la sociedad y analizadas sus necesidades, y anticipados sus futuros, ayudar a los pueblos a progresar en paz. Esa fue la visión de Imaz, muy alejada de un partido anclado en lo ideológico, inmóvil en lo social y difuminado en la gestión, que aun no ha superado los traumas de las rupturas nacionalistas de ETA y de Karlos Garaicoetxea, y que atemorizado por la sola mención de perder el poder, vive preso de este.
Hoy, cuando los seguidores de Imaz seguimos vivos, y con las ideas de renovación intactas, el viejo Aita no ha pedido la oportunidad de intentar abrir una herida en el costado, para rematar a su enemigo.
Lastima que Xavier no explicara en su día los méritos, que a Imaz niega, de su hijo para formar parte del consejo de CAF y presidir la Denominación de Origen Txakolí de Bizkaia. O los méritos de su hija para trabajar en el museo del modista Balenciaga en Guetaria, donde fue ¿testigo? de la desaparición de varias piezas de la colección del modisto. Lastima que no nos de claves para entender los méritos del ex lehendakari José Antonio Ardanza para presidir Euskaltel al final de su mandato. Lastima que aun no podamos tener explicaciones de por que Arzalluz no tenga a bien criticar al mismo Ardanza por construirse un chalet en zona protegida, tan a bien como hacerlo con los jueces que tratan el caso. Lastima que tengamos que seguir oyendo, de vez en cuando, ese eco desentonado de la prehistoria de Euzkadi, en el blog de Anasagasti, o en el verbo de Arzalluz. Claro que eso, no son malos ejemplos para la juventud vasca.

6 comentarios:

Marty dijo...

Creo que estamos ante otro ejemplo de falta de memoria de los políticos, y personas públicas en general. Que se me pasen ciertos hechos a mi, pase (que a veces tengo memoria de pez), pero que un político como Arzalluz (y otros antes que él) hable y hable sin pararse a pensar en lo que dice, me parece una actitud propia de alguien que tiene muy poca profesionalidad.

Y es que se ve que con esta gente los asesores tienen menos presencia que nunca, y dudo que hasta los tengan.

Toño dijo...

Hace años vi en un periódico una genial tira cómica, no recuerdo el autor ni el periódico, pero se representaba al eterno político inmerso en campaña, exponiendo su máxima ley: prometo lo que quiero y cumplo lo que me da la gana

La total falta de principios es algo común, por desgracia, entre nuestros representantes. Siempre hacen aquello de "tirar la piedra y esconder la mano". Para ello es necesario crear una pantalla, criticar a quien sea necesario para que lo tuyo pase desapercibido, o lo de tus apadrinados y conocidos. Ha sido así desde hace mucho tiempo. Así nos luce el pelo.

Saludos

Toño dijo...

Hace años vi en un periódico una genial tira cómica, no recuerdo el autor ni el periódico, pero se representaba al eterno político inmerso en campaña, exponiendo su máxima ley: prometo lo que quiero y cumplo lo que me da la gana

La total falta de principios es algo común, por desgracia, entre nuestros representantes. Siempre hacen aquello de "tirar la piedra y esconder la mano". Para ello es necesario crear una pantalla, criticar a quien sea necesario para que lo tuyo pase desapercibido, o lo de tus apadrinados y conocidos. Ha sido así desde hace mucho tiempo. Así nos luce el pelo.

Saludos

zina montenegro dijo...

Te he nominado para el premio weblog brillante, te dejo el premio en mi blog. Y gracias por lo que me das en el tuyo

Isabel dijo...

Pues … sobre el citado artículo de ENRIQUE ROJAS "Psicología de la Soberbia" (El Mundo 1.3.08), sin duda es un excelente Autoanálisis. Enrique Rojas lleva casi 25 años identificándose y haciendo creer que es “Catedrático de Psiquiatría de la Universidad Complutense de Madrid”. Es falso.
Actualmente tiene 10 libros a la venta donde se identifica como tal (aunque en algunos dice ser “Catedrático de Psiquiatría y de Psicología Médica” (es decir, se adjudica dos cátedras).

Información: Dpto. de Psiquiatría y Psicología Médica de la UCM: Telfs. 91 394 22 92 y 91 394 14 97; fax 91 394 15 06 (aunque ahora mismo supongo que estarán de vacaciones, en sept. contestarán al telf. / informan estupendamente y si se solicita información vía fax, contestan por escrito vía fax.

Isabel dijo...

Pues … sobre el citado artículo de ENRIQUE ROJAS "Psicología de la Soberbia" (El Mundo 1.3.08), sin duda es un excelente Autoanálisis. Enrique Rojas lleva casi 25 años identificándose y haciendo creer que es “Catedrático de Psiquiatría de la Universidad Complutense de Madrid”. Es falso.
Actualmente tiene 10 libros a la venta donde se identifica como tal (aunque en algunos dice ser “Catedrático de Psiquiatría y de Psicología Médica” (es decir, se adjudica dos cátedras).

Información: Dpto. de Psiquiatría y Psicología Médica de la UCM: Telfs. 91 394 22 92 y 91 394 14 97; fax 91 394 15 06 (aunque ahora mismo supongo que estarán de vacaciones, en sept. contestarán al telf. / informan estupendamente y si se solicita información vía fax, contestan por escrito vía fax.

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