Estoy publicando esta semana una serie de artículos que he pedido que redacten nuestros compañeros que ya están en la universidad, explicándonos el acceso y la experiencia inicial en la universidad. Una serie en la que vamos a contar todo lo que deberías saber antes de iniciar tu andadura universitaria. El primero de esta serie es un artículo de
Cada año miles de alumnos se quedan sin estudiar lo que querían. La limitación de plazas en la mayoría de los grados provoca que las vocaciones queden constreñidas por la ley de la oferta y la demanda, de manera que la única baza para hacerse con un hueco en la carrera deseada es conseguir una buena nota de acceso y pensar la preinscripción con detenimiento. Los vicerrectores de alumnos de varias universidades públicas nos han dejado unos consejos de última ahora para aquellos estudiantes que acaban de superar la Selectividad y se ven desbordados por el papeleo burocrático.
La preinscripción solo se puede hacer una vez, por eso es importante no equivocarse de código o arrepentirse de la elección. Por eso Luís Rodríguez Muñiz, vicerrector de Estudiantes y Empleo de la Universidad de Oviedo, siempre cuenta en las charlas orientativas para los futuros universitarios que el secreto para no equivocarse es evaluar las opciones y tener muy claro lo que se quiere. "No me refiero solo a la primera opción, sino también al orden de las siguientes", puntualiza.
El alumno marca por orden de preferencia los estudios que le interesan en el impreso de solicitud y la universidad procura adjudicarle la primera plaza de su lista que esté disponible. Tendrán prioridad los estudiantes que han superado la Selectividad en junio o en años anteriores y, en segundo lugar, los alumnos que la aprueben en septiembre. Una vez aplicado este criterio, entrarán en cada carrera los alumnos que tengan mejor calificación entre los que han escogido esa opción, hasta cubrir el cupo.
Algunas ingenierías y especialidades de Magisterio son tan demandadas que muchos solicitantes se quedan a las puertas de ser admitidos, de forma que se les adjudica la segunda o tercera opción de su formulario de preinscripción. "Si no has sido admitido en tu grado favorito, lo mejor es matricularse en el que te han concedido o al menos reservar la plaza. Si las listas corren en las siguientes convocatorias [26 de julio y 2 de septiembre] y luego puedes acceder a la carrera que pediste en primer lugar, siempre puedes renunciar", recomienda Rodríguez Muñiz. La vicerrectora de alumnos de la Universidad de Cádiz, Concepción Valero, se suma a su consejo e invita a los estudiantes a no perder la esperanza: "Las carreras más requeridas son precisamente las que más se mueven, porque los alumnos tratan de asegurarse una plaza solicitándola en varias universidades. Eso provoca que en la primera fase de adjudicación [12 de julio] desaparezcan de golpe 40 aspirantes de la lista, porque han entrado en otros centros".
"Otro buen consejo es poner los pies en la tierra", comenta Valero. "Nadie que tenga menos de un 12 va a entrar en Medicina. Una cosa es confiar en subir un par de puestos cuando la calificación del alumno está a unas décimas del corte y otra, esperar que suceda un milagro", especifica. La nota de corte no es otra cosa que la calificación que tenía el último alumno que accedió a una carrera el año anterior. Se trata de un dato meramente orientativo, no de un requisito impuesto por la universidad, como explica la vicerrectora de estudiantes de la Universidad de La Rioja , Mar Asensio: "Podríamos decir que es un indicador de tendencias. Lo normal es que no varíe demasiado de un curso a otro, pero todo depende de la oferta de plazas que haya y los alumnos que soliciten ese grado. Telecomunicaciones se puso de moda una temporada y la nota mínima para entrar era un 9, pero ahora ha descendido el número de solicitudes y la calificación de corte ha caído considerablemente".
Asensio ha pensado también en los indecisos, a quienes recomienda que se tomen su tiempo: "No hace falta que todo el mundo entregue su solicitud el día 24, lo importante es estudiar bien las posibilidades que uno tiene". La mayoría de las universidades han diseñado planes de estudio en los que las asignaturas de los primeros cursos son similares en todos los grados de la misma rama, de forma que se pueda pasar de una carrera a otra sin problemas en la convalidación de asignaturas. "Es habitual que muchos chicos solo tengan claro a los 18 años el área de conocimiento que les interesa. Este sistema permite que un alumno al que le entusiasman las ciencias sociales pase de Economía a Administración y Dirección de Empresas sin complicaciones. La otra ventaja es el fomento de los dobles grados. Aquellos que hacen un esfuerzo extra merecen tener facilidades", señala.
El último consejo de la vicerrectora de Estudiantes de la Universidad de La Rioja va dirigido a los que rondan el 5. "Llegamos un poco tarde para advertirlo pero lo primero que debe hacer un estudiante que llega a Selectividad con notas ramplonas en bachillerato es presentarse a la fase específica, no solo a la general". Se refiere a una de las novedades de la nueva Selectividad, que desde el año pasado ofrece a los alumnos la posibilidad de subir su calificación final hasta 4 puntos presentándose a exámenes voluntarios de cuatro asignaturas como máximo. "No tienen nada que perder", anota Asensio. El vicerrector de Estudiantes y Empleo de la Universidad de Oviedo da un paso más allá y dirige su recomendación a los que se han quedado con el aprobado raspado como nota final: "No pueden permitirse ser ambiciosos y escoger carreras muy demandadas porque se arriesgan a quedarse sin plaza. Lo mejor es que anoten varias opciones y que pidan el mismo grado en distintos centros si están decididos a estudiar algo asequible".
Imagen propia. Texto El País
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