Esta resultando divertido esto de elegir un pueblo para poner allí junta toda la mierda nuclear del país. Hasta ahora las votaciones más frikis habían sido las de OT y últimamente las de eurovisión, que son la bomba. Pero esto es lo más. De hecho, yo propondría implantar el SMS en el mundo atómico. “Si quiere que su pueblo sea un basurero nuclear envíen “quiero mierda” al 7373, y entrara en el sorteo de un kit de descontaminación”. Mola , a que si.
Yo no entiendo mucho del tema, pero hay algo de surrealista en toda esta situación, es como si Berlanga hubiera tomado las riendas de nuestras vidas y una recua de cómicos de la legua hubiera desembarcado en Moncloa. Yo no se vosotros, pero a mi hay cosas que se me escapan, debe ser la falta de experiencia y el síndrome Esteban (solo soy una chica de barrio).
Uno. ¿Es normal que ante una decisión tan importante y trascendente el gobierno no tome la decisión, sino que busque voluntarios?. Porque, yo que se, si todos los pueblos que se postulan están sobre arena o sobre una falla, no creo que sean lugares adecuados. Se me ocurre que podíamos extender esta concepción tan bakuniana de la democracia a otros campos, por ejemplo al fiscal, y que se busquen voluntarios para pagar los impuestos.
Dos. No sabia yo que el soborno es un instrumento legal. Eso de te “lleno el pueblo de átomos desquiciados, pero a cambio me hincho a darte dinero” es chulo. Es normal porque es una compensación a los perjuicios que provoca el almacén. Luego hay perjuicios. Y no me refiero a que la instalación reducirá el turismo, porque a los pueblos que se han propuesto ya no iba ni el cartero. Pero, ¿de que perjuicios hablamos?. Porque nadie los ha explicado, y los del pueblo tienen derecho a saberlos, y los pueblos vecinos también, que en este caso son como los fumadores pasivos.
Tres. Como siempre, nuestra tendencia comparativa es genial. Se ha dicho ya el famoso latiguillo de “en Suiza lo hicieron así..”. Pero hay algo que nos distingue, en esos países con cementerios nucleares centralizados hay un plan global. Por ejemplo, hasta ahora los bidones radiactivos dispersos por España están en silos de agua, bajo unas condiciones de temperatura y presión. Al sacarlos de ahí y trasladarlos a cientos de kilómetros, estas condiciones variaran. ¿Cual será la respuesta de los bidones?. Ni se sabe, y ese es un problema gravísimo que los ecologistas denuncian.
Cuatro. Todos los partidos (menos Iu, pero ese no cuenta), son conscientes de las ventajas de seguridad y control de la nueva instalación (¿?), pero luego ninguno la quiere en el territorio que controla, porque eso resta votos. Mi profesor de filosofía decía que gobernar es demostrar responsabilidad, y coherencia. Lo primero lo hemos dado por perdido hace años, pero lo segundo es la leche. Un vistazo al mapa resulta desolador, estamos convirtiendo, y solo por política, a nuestro país en dos mundos. Uno crea, se enriquece, tiene empleo, grandes ciudades y lujos, el otro alberga toda la mierda que le sobra al primero (procesadores de basura, cementerios nucleares...). En ese marco lo de Montilla es tremendo, la idea se le ocurre a él, la basura la genera su comunidad, pero dice que si se lo instalan en casa lo tomará como un casus belli. Y ya esta, porque en este autonómico país cada uno hace lo que quiere. Cada territorio tiene su sanidad, su educación, sus rótulos o sus carreteras, pero cuando toca hablar de basura o de impuestos, hay que repartir, como cuando íbamos a primaria.
Quinto. Todo este tema, que aun no se ha cerrado, ha revelado un problema más, aunque ya conocido. La falta de fiabilidad de nuestro sistema de partidos. A cualquiera de los líderes nacionales se le ha subido a las barbas cualquier alcalde de pueblo. Dependiendo de a quien oigas, el mensaje, siendo del mismo partido, es dispar. Eso, que puede parecer un signo de democracia interna, y una actitud enriquecedora, no es más que un ejemplo de la debilidad de la democracia española, compartimentada en espacios estancos, sin jerarquía, sin cadena de mando y sin control. Porque ahora hablamos de basureros, y cada uno hace lo que quiere, pero cuando hablamos de hacer pisos, de cargarse el litoral o de no censar inmigrantes es lo mismo, cada uno va a su bola, y los partidos carecen de mando, liderazgo moral y control sobre sus organizaciones, y eso es serio, porque esta es una democracia de partidos, y estos controlan los poderes del estado.
Bueno, y aquí lo dejo, que yo estudie la ESO y solo se contar hasta cinco.
Yo no entiendo mucho del tema, pero hay algo de surrealista en toda esta situación, es como si Berlanga hubiera tomado las riendas de nuestras vidas y una recua de cómicos de la legua hubiera desembarcado en Moncloa. Yo no se vosotros, pero a mi hay cosas que se me escapan, debe ser la falta de experiencia y el síndrome Esteban (solo soy una chica de barrio).
Uno. ¿Es normal que ante una decisión tan importante y trascendente el gobierno no tome la decisión, sino que busque voluntarios?. Porque, yo que se, si todos los pueblos que se postulan están sobre arena o sobre una falla, no creo que sean lugares adecuados. Se me ocurre que podíamos extender esta concepción tan bakuniana de la democracia a otros campos, por ejemplo al fiscal, y que se busquen voluntarios para pagar los impuestos.
Dos. No sabia yo que el soborno es un instrumento legal. Eso de te “lleno el pueblo de átomos desquiciados, pero a cambio me hincho a darte dinero” es chulo. Es normal porque es una compensación a los perjuicios que provoca el almacén. Luego hay perjuicios. Y no me refiero a que la instalación reducirá el turismo, porque a los pueblos que se han propuesto ya no iba ni el cartero. Pero, ¿de que perjuicios hablamos?. Porque nadie los ha explicado, y los del pueblo tienen derecho a saberlos, y los pueblos vecinos también, que en este caso son como los fumadores pasivos.
Tres. Como siempre, nuestra tendencia comparativa es genial. Se ha dicho ya el famoso latiguillo de “en Suiza lo hicieron así..”. Pero hay algo que nos distingue, en esos países con cementerios nucleares centralizados hay un plan global. Por ejemplo, hasta ahora los bidones radiactivos dispersos por España están en silos de agua, bajo unas condiciones de temperatura y presión. Al sacarlos de ahí y trasladarlos a cientos de kilómetros, estas condiciones variaran. ¿Cual será la respuesta de los bidones?. Ni se sabe, y ese es un problema gravísimo que los ecologistas denuncian.
Cuatro. Todos los partidos (menos Iu, pero ese no cuenta), son conscientes de las ventajas de seguridad y control de la nueva instalación (¿?), pero luego ninguno la quiere en el territorio que controla, porque eso resta votos. Mi profesor de filosofía decía que gobernar es demostrar responsabilidad, y coherencia. Lo primero lo hemos dado por perdido hace años, pero lo segundo es la leche. Un vistazo al mapa resulta desolador, estamos convirtiendo, y solo por política, a nuestro país en dos mundos. Uno crea, se enriquece, tiene empleo, grandes ciudades y lujos, el otro alberga toda la mierda que le sobra al primero (procesadores de basura, cementerios nucleares...). En ese marco lo de Montilla es tremendo, la idea se le ocurre a él, la basura la genera su comunidad, pero dice que si se lo instalan en casa lo tomará como un casus belli. Y ya esta, porque en este autonómico país cada uno hace lo que quiere. Cada territorio tiene su sanidad, su educación, sus rótulos o sus carreteras, pero cuando toca hablar de basura o de impuestos, hay que repartir, como cuando íbamos a primaria.
Quinto. Todo este tema, que aun no se ha cerrado, ha revelado un problema más, aunque ya conocido. La falta de fiabilidad de nuestro sistema de partidos. A cualquiera de los líderes nacionales se le ha subido a las barbas cualquier alcalde de pueblo. Dependiendo de a quien oigas, el mensaje, siendo del mismo partido, es dispar. Eso, que puede parecer un signo de democracia interna, y una actitud enriquecedora, no es más que un ejemplo de la debilidad de la democracia española, compartimentada en espacios estancos, sin jerarquía, sin cadena de mando y sin control. Porque ahora hablamos de basureros, y cada uno hace lo que quiere, pero cuando hablamos de hacer pisos, de cargarse el litoral o de no censar inmigrantes es lo mismo, cada uno va a su bola, y los partidos carecen de mando, liderazgo moral y control sobre sus organizaciones, y eso es serio, porque esta es una democracia de partidos, y estos controlan los poderes del estado.
Bueno, y aquí lo dejo, que yo estudie la ESO y solo se contar hasta cinco.
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