Esta tarde, Javier Barbero, el director de Onda Deportiva Cantabria, ha realizado una esclarecedora entrevista al presidente ejecutivo del Racing, Francisco Pernia, con la situación financiera y jurídica del Racing como fondo. Y digo jurídica, porque, si he entendido bien, no sabemos quien es el dueño del Racing. Según todos los indicios, Western Gulf Advisory (WGA), es la empresa que compró las acciones del Racing de Santander a Silver Eagle, al gobierno de Cantabria, y a no se quien más. Pero ahora resulta que desconocemos quien está detrás de tal empresa.
Quizá el famoso Ali, quizá la familia real del Bahrein, o algún pariente de esta, o un fondo soberano, o ninguno de los anteriores. Llama poderosamente la atención, al menos a mí, que los recelos continuados de la prensa (raro es el día en que Onda Cero o Cope no ponen encima de la mesa sus dudas sobre este tinglado) hayan tenido un eco tan tardío entre los responsables del club y las autoridades. Ayer mismo, Miguel Ángel Revilla exponía en Popular Tv sus dudas sobre un hombre que llegó a la ciudad en medio de una gran expectación, y con un derroche de mal gusto exquisito, y del que el presidente regional certificó en su momento su honradez “tras mirarle a los ojos”.
En estos meses, sin embargo, tan solo se ha cambiado al entrenador, pagado (no se si del todo) con el dinero de los derechos de televisión. Suponemos (ya nada esta claro), que se pago, todo o parte, de las acciones propiedad del gobierno. Y sabemos que no se han condonado las deudas del club, ni con los jugadores, ni con hacienda, obligando al gestor del equipo (si es que lo es), a pedir un préstamo extra bancario, a no se sabe que interés, para poder tener liquidez y pagar a hacienda. En palabras de Pernia, porque si finalmente Ali no paga la multa de hacienda seria más cara que los intereses de ese préstamo. Mientras, once jugadores siguen sin cobrar casi dos millones de euros.
La cuestión económica es grave, y la deportiva que se esta planteando, y que esta relacionada, también. Pero, a la luz de lo que esta tarde Pernia contaba, no es la peor cara de este asunto. En plena campaña electoral, descubrimos que los propietarios del Racing de Santander, nuestros representantes entre ellos han vendido el equipo, sus cargas y la imagen de la provincia que aquel porta, a no se sabe quien, que no se sabe donde esta, y que no se sabe si afrontará sus obligaciones.
En una cosa si que estaba en lo cierto Pernia, el Racing no es responsabilidad de Ali, sino de la empresa WGA, pero como no sabemos que empresa es esa, estamos en las mismas.
Si que me ha llamado la atención la preocupación de Pernia por discutir el tratamiento de los dirigentes bahrenies, de hecho se ha pasado media entrevista discerniendo entre emires y reyes. Un respeto reverencial tan llamativo que da que pensar quienes son sus jefes.
En su día se nos dijo que la operación era una bicoca, que nos había tocado la lotería con este hombre, y que tras el análisis documental del consejero de hacienda y del presidente, no había dudas de la operación. Si ahora las hay, ¿que ha cambiado?. Podemos estar ante un caso de estafa, o ante un chulo que no le da la gana pagar, o ante una operación financiera tan sutil que no lo pillamos nadie. Pero si es el primer caso, si es una estafa, si este hombre ha firmado papeles que tienen el mismo valor que sus transferencias bancarias, ninguna ¿que ha fallado?. ¿Es este otro error de cálculo, como el de GFB?, ¿Es que no hay en España ninguna manera de protegernos ante embaucadores y estafadores, como Nueva Rumasa, o como aquel fulano que engañó a varias decenas de trabajadores en Torrelavega con una empresa fantasma?.
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