domingo, 21 de noviembre de 2010

Erecciones catalanas


Ya nos imaginábamos que las elecciones al Parlamento de Cataluña iban a ser calientes. Lo que no suponíamos era que se iba a cumplir con tal literalidad la previsión.

Y no me refiero a las calenturas verbales, que son muy propias de estos saraos políticos, y que nos han dejado perlas como las que alumbra cada día el bueno de Puigcercos, un hombre pegado a un micro del tamaño de un hilo, capaz de enfurecer a toda Andalucía y parte de Extremadura sin despeinarse (eso de que son unos vagos y allí “no paga ni Dios”, claro que siendo republicano y de izquierdas la comparación venia al caso).
Pero no, no me han llamado la atención ese tipo de calenturas, sino las propias de la excelsa libido de la clase dirigente condal. Y es que, con lo aburridos, serios, modernos, cosmopolitas y europeos que parecían los catalanes, nos han salido unos picardías. Lo mismo se ponen en pelotas los chicos de Ciutadans, que nos provocan un orgasmo las huestes de Montilla. Ahí hay que reconocer que los únicos formales son los del PP. Porque si los demás se abandonan a los placeres mundanos, los de Alicia se inclinan más por el campo de la ira y la flagelación (de los inmigrantes se entiende). Y además usan mejor las TIC, hasta han hecho un videojuego para matar rumanos desde el salón de casa.
En todo este cosmos surrealista, que hubiera sido la envidia de Azcona y Berlanga, esta semana ha sobresalido, por méritos propios, un video publicitario en el que se asocia la idea de votar con la de tener un orgasmo, el cual sufre (es un decir) una paisana al meter la papeleta en la urna (que al final también es meter).
Como el video es de las juventudes socialistas, hemos de pensar que no es propaganda institucional, fomentando el voto, ni de la asociación de solteras del Maresme, apostando por los placeres solitarios, si no que es una campaña publicitaria a favor del candidato del PSC, José Montilla. Como era de esperar, el video en cuestión ha desatado una oleada de críticas jaculatorias y chanzas. Inmediatamente, los micrófonos han apuntado, como impelidos por una fuerza interior irrefrenable, hacia la secretaria de estado de igualdad, más que nada por el morbo de ver como reaccionaba, tras su fulgurante intervención, verbal se entiende, en otros casos de menoscabo público de la imagen femenina. La mujer, cogida entre la espada de la dignidad femenina y la pared del partido, no ha tenido otra ocurrencia que quitar hierro al asunto diciendo que es publicidad engañosa. Vamos, que votar a Montilla no pone, ni da gustirrinín, ni da na. Con lo cual ella ha quedado a la altura del betún, con una reacción tan simplona, y él ha evidenciado su falta de “sex apil”, que era lo único que le quedaba por ofrecer, dada la falta de ideas que muestra (él y los demás).
La verdad es que ya nada nos pilla de sorpresa. Pero el video y su notoriedad (que a fin de cuentas es lo que se buscaba), han coincidido con unas durísimas declaraciones de un conocido catedrático navarro, Xavier Oliver, acusando a los políticos y a su actitud guerrillera y poco positiva, en el deterioro de la imagen de marca de España y en el agravamiento de la crisis económica.
El famoso video de Montilla, el video psudo-erótico de Montserrat Nebrera (la ex del PP y ahora candidata de Alternativa) o los desnudos recurrentes de Ciutadans (por no salir de Cataluña y no hablar del video de Trini en las primarias de Madrid) nos ofrecen una imagen triste de una clase política que nos demuestra cada día con sus actos que todo vale para sus fines. Que los valores democráticos que supuestamente defienden y canalizan desde la sociedad civil no van con ellos, o no existen ya. Difícilmente va a ser posible construir una sociedad sostenida en valores de dialogo, igualdad y respeto, cuando los encargados de llevarlos a cabo y llevar el timón colectivo no creen en ellos, transmitiendo a la sociedad un mensaje claro, en la vida cotidiana, en la real, todo vale para alcanzar los objetivos personales, todo.
Un ejemplo de esa disociación entre supuestos ideales y actitudes cotidianas la hemos visto estos días en cuanto al Sahara. Una muestra palpable de cinismo por parte de la oposición conservadora, a la que el tema le ha importando siempre un pito, hasta que le ha visto desde la óptica de un arma electoral. Y una muestra de cinismo por parte del partido del gobierno (ese cuyo ministro de trabajo esta contra la reforma laboral y se manifiesta contra ella, pero luego acepta el encargo de llevarla a cabo) cuya ministra de exteriores (una de ellas, porque el anterior no se ha ido aun, o al menos ejerce el cargo, bueno un lio) siempre abrazó la causa saharaui, como todo su partido, hasta que llega el momento de pasar a la acción, y entonces te salen con eso de que no hay pruebas de que haya pasado nada, que hay razones de estado, que es mejor que maten saharauis que a españoles, en caso de un conflicto con Marruecos o que ese país caiga en manos de Al Qaeda, etc.
Con eso y con todo, lo más indignante de este tema no me resulta la voracidad y la desvergüenza de los partidos, ni la falta de imaginación de los publicistas y asesores de imagen, una muestra de la vulgarización y falta de imaginación y creatividad de la dirigencia, ni tan siquiera el papel basura que la mujer sigue adoptando en facetas de la vida como esta. Esto casi ya casi lo doy por perdido, sobre todo después de que el libro de la semana (aplaudido por prensa como El País y especialistas en tendencias como CoolHunting o Marc Jacobs) haya sido un acopio de fotografías de tetas femeninas realizado por el ex modelo Henry Hargreaves.
Lo que más me indigna es que el autor de esta campaña, su brazo intelectual hayan sido las juventudes socialistas, como primero fueron las populares en aquel bodrio de “contigo no bitxo”, en la Euskadi del 2009.
Nosotros, los jóvenes, somos los emprendedores de actitudes sexistas, simplistas, indignas, agresivas y zafias que videos como el que nos ocupa ejemplifican. Nosotros, los que debemos subvertir este mundo de mierda y mentira. Nosotros, los que deberíamos ejercer de conciencia social. Nosotros. Y luego Tania, una gran persona por otra parte, me corrige cuando afirmo que una gran parte de la representación estudiantil esta podrida, es una banda de lameculos que pretenden medrar en política y que están hundiendo la universidad. Por favor. Por favor.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Una parte si, la totalidad no. Las críticas siempre son necesarias, pero quizá venga mejor pasar a la acción. Si no te gusta algo intenta cambiarlo, eso es lo que te quería decir.
Tania

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